Sabadell suelta lastre: vende 900 millones en impagos de consumo y pymes

Banco Sabadell quiere redondear el año con una última gran operación de saneamiento. La entidad presidida por Josep Oliu ha sacado a la venta una cartera de créditos impagados de 900 millones de euros, según fuentes financieras consultadas por este medio.

Se trata del Proyecto Vento, en el que está asesorando KPMG, y con el que el grupo catalán busca unas plusvalías de aquí a final de año con las que redondear sus cuentas. De esta forma, se trata de préstamos fallidos que Sabadell ha ido sacando de su balance durante los últimos años, y que al estar provisionados al 100% permiten conseguir ganancias por todo lo que paguen los fondos.

Consumo y pymes

La cartera está compuesta por préstamos procedentes tanto del propio Sabadell como de CAM —filial comprada en 2011— ligados al consumo y a las pymes, sin colateral inmobiliario.

El grupo financiero se suma así a otras entidades que están acelerando la venta de créditos fallidos en el último tramo del año. Así, BBVA ha sacado recientemente al mercado la mayor cartera de préstamos impagados sin colateral (conocidas como 'unsecured' por su término en ingles) de toda la crisis en España, de casi 5.000 millones de euros, como adelantó este medio.

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J. Zuloaga

Con el Proyecto Vento, Sabadell espera culminar el saneamiento de la mayor parte de su cartera de activos problemáticos, en otro año récord para la entidad, sobre todo tras la venta de su promotora a Oaktree, por 850 millones.

Junto a ello, el grupo presidido por Oliu ha estado este año centrado en firmar operaciones pactadas durante 2018, con la venta de la mayor parte de su ladrillo a Cerberus y Deutsche Bank, y de su gestora inmobiliaria —Solvia— a Intrum. Este mismo año, además de la venta de su promotora de suelos, ha cerrado la venta de una cartera de 342 millones en activos tóxicos a Cerberus.

Foco en NPA y capital

La gestión del último año de Sabadell ha estado centrada en superar los vaivenes de 2018, año en el que la crisis de su filial británica provocó una caída del beneficio del 54%, y que su ratio de capital se resintiera.

Estabilizada la filial TSB, donde al menos ya no pierde dinero —tampoco lo gana—, la entidad espera acabar 2019 con una ratio de capital de máxima calidad próxima al 11,7%, y prevé centrarse en 2020 en ganar rentabilidad tras quitarse de encima la mayor parte de los activos tóxicos.