El BCE escruta el relevo de Arbizu en BBVA tras su cese por el caso Villarejo

El Banco Central Europeo (BCE) mira con lupa el relevo de Eduardo Arbizu al frente de Control Interno en BBVA, tras su cese este martes coincidiendo con la imputación de la entidad en el caso Villarejo.

Así, el regulador europeo tiene que dar el visto bueno a la sustituta de Arbizu, Ana Fernández Manrique, hasta ahora directora de Riesgos no Financieros, dentro del proceso conocido como 'fit and proper', en que se evalúa la idoneidad de los consejeros y cargos clave de un banco. Junto a ello, el BCE se reserva la posibilidad de entrevistar al directivo saliente, algo que podría ocurrir en el caso de Arbizu.

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"La dimisión podría afectar a la idoneidad colectiva del órgano de dirección. Podría celebrarse una entrevista con el dimisionario para comprender mejor las circunstancias de su dimisión del órgano de dirección, ya que dicha información podría ser útil para la supervisión continuada de la entidad", señala el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), ligado al BCE, en una guía de gobierno corporativo de 2018.

La entidad presidida por Carlos Torres todavía no ha aclarado los motivos del cese/dimisión de Arbizu. Ante las numerosas preguntas al respecto en la rueda de prensa de resultados, el consejero delegado, Onur Genç, se limitó este miércoles a decir: "No hacemos comentarios sobre personas específicas". Aun así, dio dos pinceladas generales: "Hemos tomado y estamos tomando medidas internas, con dos principios: no interferir en la investigación judicial y actuar solo sobre hechos consumados", y "hemos reforzado nuestros procesos internos como parte de nuestra mejora continua de políticas, prácticas de gobernanza y procedimientos".

Directivo clave

Arbizu ha sido un directivo clave de BBVA desde que fichó en 2002 procedente de Barclays. Ha tenido competencias clave en servicios jurídicos, pero también puntualmente en áreas como Auditoría Interna y Cumplimiento. Estas áreas son determinantes dentro de las entidades para prevenir fraudes y complicaciones como la que ha sacudido al banco con el caso Villarejo.

Por el momento, la Audiencia Nacional está centrando su investigación en 10 personas y la propia BBVA, a la que achaca una presunta "ausencia de mecanismos de control" y "tolerancia con prácticas contrarias a la buena fe empresarial", "medios de los que el banco pudo haberse valido para facilitar la contratación" de Villarejo, según parte del auto adelantado por EFE.

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Por el momento, los imputados en esta pieza del caso Tándem son, además del propio Villarejo y su abogado, el exCEO Ángel Cano; el exdirector de Riesgos Antoni Béjar; el exdirector de Seguridad Julio Corrochano; su sucesora, Inés Díaz Ochagavía; el exdirectivo Ricardo Gómez Barredo; el director de Red, Ignacio Pérez Caballero; el interventor Javier Malagón Navas, y el ejecutivo de Seguridad Nazario Campo Campuzano.

La entidad todavía no ha pasado la línea roja con el BCE de sufrir la imputación de un consejero o directivo clave en activo, algo que llevaría al regulador europeo a activar el proceso de 'fit and proper'.

Genç reconoce que "tenemos un diálogo constante con nuestro supervisor y las autoridades relevantes y son conscientes de que este es un tema que está siendo objeto de una investigación judicial y entienden que el proceso está todavía en una fase muy preliminar". Una de las últimas reuniones fue hace unos días en Madrid, en la evaluación de BBVA con el supervisor. El organismo europeo está tranquilo con esta crisis mientras no afecte en el mercado y la clientela, algo que el CEO descartó ayer. Solo reconoció un impacto reputacional.