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La intrahistoria de Alcoa: así ha sido la lucha política soterrada en 9 meses de negociación
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Parter ha firmado la compra este miércoles

La intrahistoria de Alcoa: así ha sido la lucha política soterrada en 9 meses de negociación

El mantenimiento de la actividad de las fábricas de Avilés y A Coruña para 700 trabajadores durante al menos dos años no ha estado exento de deslealtades y oportunismo electoral

Foto: Juan Carlos López (d), del comité de empresa de Alcoa Coruña, y la ministra de Industria, María Reyes Maroto (i), durante la rueda de prensa tras la reunión en la sede del Ministerio de Industria en Madrid. (EFE)
Juan Carlos López (d), del comité de empresa de Alcoa Coruña, y la ministra de Industria, María Reyes Maroto (i), durante la rueda de prensa tras la reunión en la sede del Ministerio de Industria en Madrid. (EFE)

La venta de las plantas de Alcoa al fondo suizo Parter Capital que se ha sellado este miércoles supondrá mantener la actividad en Avilés y A Coruña durante al menos dos años más, lo que garantiza el empleo para 700 trabajadores, que de no haber mediado una solución hubieran perdido sus puestos de trabajo.

La amenaza de cierre, viva hasta el final, representaba todo un mazazo no solo para los trabajadores sino para la economía de la zona en dos comunidades autónomas, Galicia y Asturias, que están sufriendo con dureza la desindustrialización, con las negativas consecuencias que ello implica también desde el punto de vista social.

Alcoa decidió cerrar el pasado 17 de octubre y activar un plan social para sus empleados, pero los distintos poderes implicados trataron de buscar una solución que se ha escenificado nueve meses después, con la última reunión de la comisión de seguimiento de Alcoa, en la que han participado la empresa vendedora (Alcoa), la compradora (Parter Capital), los sindicatos, la Xunta de Galicia, el Principado de Asturias y el Ministerio de Industria.

La foto de la concordia supone una victoria política de gran calado para la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, quien podrá reivindicarse ante Moncloa en un momento de máxima incertidumbre dado el bloqueo institucional en el que está inmerso el país.

placeholder Última mesa de seguimiento de Alcoa en el Ministerio de Industria. (Ministerio de Industria)
Última mesa de seguimiento de Alcoa en el Ministerio de Industria. (Ministerio de Industria)

Este era un 'match ball' de primer orden para la responsable del ramo del que depende más del 15% del PIB, que ha logrado salvar, lo que le da muchos puntos de cara a su inclusión en un futuro Gobierno todavía incierto y en negociación, con el fantasma de la repetición de elecciones cada vez más presente.

Sin embargo, el del Alcoa no ha sido un camino fácil, ya que ha habido que transitar unos meses de fuerte intensidad electoral donde unos y otros han tratado de jugar sus bazas con el conflicto laboral y social de fondo. Algunos de los presentes creen que en ciertos momentos ha habido deslealtades y oportunismo político.

Este es el caso de los sindicatos. Fuentes presentes en las negociaciones aseguran que los intereses era muy dispares. Así, apuntan a las secciones sindicales como dos apoyos que han contribuido a desatascar la situación. Tanto UGT Fica como CCOO Industria han contribuido con todo lo que han podido para llegar a un acuerdo. Un apoyo que algunos no han percibido tan nítido desde las centrales sindicales. Tanto Pepe Álvarez como Unai Sordo han estado mucho más dispersos, apuntan las mismas fuentes, enfrascados en su guerra por lograr revertir en lo posible la reforma laboral, con lo que por ahí no siempre ha habido un frente común por Alcoa.

placeholder Los responsables de Alcoa y Parter Capital sellan la venta de las plantas de Avilés y A Coruña.
Los responsables de Alcoa y Parter Capital sellan la venta de las plantas de Avilés y A Coruña.

Más particular es el caso de los comités de empresa de ambas fábricas. Entre ellos también han tenido disputas, ya que en un momento clave de la negociación los sindicatos de la fábrica de Avilés se mostraron partidarios de la venta al fondo alemán Quantum, que en un primer momento solo estaba interesado en la planta asturiana. Los sindicatos de la fábrica de Avilés incluso fueron invitados por Quantum a visitar sus instalaciones en otros países. Esto fue algo difícil de entender por parte de sus homólogos en Galicia, que veían peligrar la oferta de Parter, dispuesta a mantener también la actividad en A Coruña, cuya situación es más crítica que la de Asturias.

Quantum ha sido otro de los elementos que han tensado la negociación en las últimas semanas, ya que el fondo alemán apretó a todos los niveles en Asturias pese a que la propia Alcoa ya lo había descalificado, con lo que se convirtió en un elemento de fricción cuando todo estaba dispuesto para vender a Parter. Alcoa pidió más garantías financieras y la negociación se demoró un mes, tiempo que ha tenido el fondo suizo para avalar con casi 30 millones de euros.

En la lógica de desgaste a Pedro Sánchez —el cierre hubiera supuesto un golpe para el Ejecutivo en pleno proceso electoral—, también se ha situado en muchas ocasiones la Xunta de Galicia, comandada por Alberto Núñez Feijóo y el 'conselleiro' de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde. No en vano, Conde ha advertido este mismo miércoles, día en que se ha firmado la venta, de que "el conflicto se cierra en falso", ya que considera la solución como "parcial y con fecha de caducidad".

Foto: Planta de Alcoa de La Coruña (Efe)

Las fricciones han surgido incluso entre el Principado de Asturias y el Ministerio de Industria. Ahí ha aflorado la vieja lucha entre las dos almas socialistas del sanchismo y el susanismo. El presidente de Asturias, Javier Fernández, fue quien dirigió la gestora del PSOE cuando el partido echó a Pedro Sánchez. En los meses de negociación de Alcoa, también se ha producido un cambio de poder dentro del partido a nivel regional.

Los dirigentes afines a Javier Fernández, incluido el consejero implicado en las negociaciones, Isaac Pola —también se mostró cercano a Quantum en un momento clave—, sabían que tras las elecciones, el PSOE de Asturias pasaría a manos de Adrián Barbón, del ala de Pedro Sánchez, y quien además ha logrado el Gobierno de esta comunidad. Todo este proceso también lo ha seguido muy de cerca otro de los pesos pesados de Sánchez, la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Adriana Lastra, otro poder destacado procedente de Asturias.

En las negociaciones para la venta han intervenido desde la alta dirección de Alcoa en Pittsburgh o despachos como Garrigues, hasta el Ministerio de Trabajo, Hacienda o Transición Ecológica. No obstante, este último de forma más intermitente. Su relación con Industria ha sido conflictiva desde el primer momento, ya que existen cuestiones que afectan a ambos departamentos en que chocan de manera recurrente. De hecho, Teresa Ribera fue uno de los miembros del Gobierno que se mostraron más duros con Alcoa por el cierre de las plantas.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la reunión de alto nivel sobre cambio climático y transición ecológica organizada en Madrid. (EFE)

En estos meses de negociación, también Unidas Podemos trató de sacar tajada con el caso Alcoa. La diputada del partido morado por Asturias Sofía Castañón ha criticado la labor del Ejecutivo en diversas ocasiones, incluso durante las negociaciones más recientes para formar Gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. También Yolanda Díaz, diputada de En Marea y muy próxima al líder de Podemos, criticó la labor del Gobierno.

Al final el barco ha llegado a puerto y las plantas de Alcoa en Avilés y A Coruña, que ahora pasarán a llamarse Alu Ibérica, mantendrán su actividad al menos dos años. Antes de la venta hubo otras 12 propuestas que por una u otra razón fueron desechándose.

La victoria tiene si cabe más valor al encontrarse con el no de la CNMC a la solución que buscó el Gobierno para abaratar la factura de la luz antes de las elecciones generales, uno de los factores clave para desatascar la negociación que Competencia y la parálisis política no han hecho posible y pese a lo cual 700 trabajadores seguirán empleados en el aluminio. Sin embargo, del estatuto de los electrointensivos que logre implementar el Gobierno dependerá en gran parte de que Parter Capital mantenga la actividad más allá de los dos años a los que se ha comprometido. La guerra no ha acabado, pero ya hay una tregua duradera.

La venta de las plantas de Alcoa al fondo suizo Parter Capital que se ha sellado este miércoles supondrá mantener la actividad en Avilés y A Coruña durante al menos dos años más, lo que garantiza el empleo para 700 trabajadores, que de no haber mediado una solución hubieran perdido sus puestos de trabajo.

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