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"Nuestra generación no verá la desaparición del dinero en efectivo"
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Mesa redonda El Confidencial y Aproser

"Nuestra generación no verá la desaparición del dinero en efectivo"

¿Están condenados los métodos de pago tradicionales frente a las criptomonedas, las tarjetas y otras formas de pago contemporáneas?

El fin del mundo no se aproxima para el dinero en metálico. Es más, todavía quedan años, incluso décadas, para que nos podamos plantear su final. Entre los motivos, una mayor seguridad, rentabilidad y libertad de gasto, sin que ello implique que se están cometiendo actividades ilícitas. “Hay que decir la realidad a la población: ninguno de nuestra generación verá el final del dinero en efectivo”, aseguraba Isidoro Alanis, presidente de Global Exchange Group.

Alanis fue uno de los invitados a un encuentro organizado por El Confidencial de la mano de Aproser, que bajo el lema ‘Dinero físico y virtual: el futuro del efectivo en la sociedad’ trató de responder a esa eterna pregunta que ya lleva años resonando en nuestros oídos: ¿qué día dejaremos de pagar con billetes y monedas para hacerlo solo con tarjetas?

placeholder Concha Jiménez, directora general de efectivo y sucursales del Banco de España.
Concha Jiménez, directora general de efectivo y sucursales del Banco de España.

La respuesta, a juzgar por los invitados, es rotunda: quedan muchos años para que eso suceda porque el efectivo tiene una serie de ventajas que los nuevos métodos de pago no han sido capaces de igualar. Y frente a esta percepción general, se presentan los datos. “El primer trimestre de 2019 se movió un 1,9% más de efectivo en nuestro país, con un valor un 4,6% superior al del mismo periodo de 2018”, ilustraba Eduardo Cobas, secretario general de Aproser. “El 96% de los españoles lo consideran un derecho fundamental y quieren tener la libertad de escoger con qué método pagar”, puntualizaba.

Según Cobas, existen diferentes factores que empujan a un cierto sector de la población a adoptar el dinero en efectivo: “Es un medio más visual, permite una mayor sensación de control del gasto y del ahorro, potencia la privacidad del comprador y también es más seguro”. Cobas apostó por defender los nuevos métodos de pago pero sin hacerlo “a costa del efectivo”.

"Más de la mitad de la población prefiere el uso de dinero en efectivo", Concha Jiménez


“Según las encuestas con las que trabajamos, el 53% de los españoles prefiere el dinero en efectivo”, afirmaba Concha Jiménez, directora general de efectivo y sucursales del Banco de España. Jiménez también puso sobre la mesa que el efectivo en circulación ha aumentado en los países de nuestro entorno a diferencia de lo que sucede en Escandinavia. “Las transacciones son una parte del uso del efectivo pero también se utilizan de manera importante como depósito de valor”, puntualizaba.

placeholder Eduardo Cobas, secretario general de Aproser.
Eduardo Cobas, secretario general de Aproser.

Otro defensor de la idea de que el dinero en efectivo no va a desaparecer a corto plazo fue Santiago Carbó, catedrático de economía de CUNEF y director de estudios financieros de Funcas. “Se habla de que las sociedades serían más seguras sin efectivo pero la realidad es que hoy es más sencillo que te dupliquen la tarjeta a que te cuelen un billete falsificado”. Temas como la privacidad o el tamaño de las transacciones también se tienen que tener en cuenta a la hora de tratar de distinguir si se están cometiendo delitos, pero tanto Carbó como el resto de presentes estaban de acuerdo en que pagar con un billete de 500 euros no es sinónimo de ser un evasor fiscal.

Tres veces más efectivo circulando desde 2007

Desde 2007, “se ha triplicado la circulación de billetes y monedas” lo que complica la teoría de que cada vez se utilizan menos. ¿Cómo vamos a limitar la libertad de una persona de 70 años que vive en el campo y no utiliza otro método de pago? Según Alanis, la transacción media de un cliente que cambia dinero en el Grupo Global Exchange es de unos 180 euros y todavía hoy sigue siendo “el único método de pago útil que puede utilizar el 100% de la población”.

La irrupción del comercio electrónico tampoco ha supuesto un golpe de muerte al efectivo en palabras de los ponentes. Existen opciones para comprar bienes y pagarlos una vez se reciben en casa —“es lo que ha hecho Correos toda la vida con el contrarrembolso”, recordaba Alanis— y los presentes señalaron algunos casos en los que vetar el dinero tradicional ha supuesto problemas incluso con la justicia.

placeholder Santiago Carbó, catedrático de economía de CUNEF y director de estudios financieros de Funcas.
Santiago Carbó, catedrático de economía de CUNEF y director de estudios financieros de Funcas.

“En Estados Unidos se ha tenido que regular a nivel local cuando algunos establecimientos excluían el pago en efectivo, lo que deja fuera a un 10% o 15% de la población. Algunas grandes ciudades han exigido que esté disponible como un método de cohesión social”, añadía Cobas. Philadelphia fue la primera gran ciudad en aprobar una ley que prohibía a los establecimientos esta medida y les obligaba a aceptar pagos en metálico. Los motivos detrás de la ordenanza son claros: los legisladores de la urbe entienden que de la otra manera se estaba discriminando a una parte importante de los residentes. Los dueños de locales que no hagan caso de esta medida se enfrentan a multas de hasta 2.000 dólares.

“El efectivo es el único método de pago que ofrece pleno poder a su dueño”, opinaba Jiménez. La directora general de efectivo y sucursales del Banco de España también señaló la creciente tendencia en los países nórdicos a hacer desaparecer las monedas y los billetes. “Empieza a ser común en el norte de Europa y está por ver si es una práctica legal o alguien pone una reclamación. Legislar sobre ellas es una competencia de la Comisión Europea”, afirmaba.

El billete de 500 euros, en retirada

España fue uno de los principales emisores de billetes de 500 euros, pero el cese de la fabricación primero, y de su emisión después, lo han convertido cada vez más en una rara avis. “El cese llegó después de un informe de la Europol que alertaba sobre su uso fraudulento”, recordó Jiménez. Una medida que no implica que usar un billete de 500 euros sea sinónimo de blanqueo de dinero: “En Alemania y Austria, ese billete es el contravalor del de mil marcos alemanes, que era un billete de ahorro”, señalaba Alanis.

Pero, según los ponentes, existen otras causas que fomentan el uso de billetes y monedas tradicionales. Catastrofes naturales o fenómenos tan cotidianos como un apagón en una gran ciudad son otra prueba de que existen momentos, por puntuales que sean, en los que otros métodos de pago se han demostrado insuficientes por requerir de infraestructuras que quedan inutilizadas tras el incidente. El último caso significativo se produjo hace apenas unos días en Nueva York, que se quedó cuatro horas sin luz.

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Isidoro Alanis, presidente de Global Exchange Group.

“Es un medio alternativo importante”, apuntaba, para zanjar, Cobas. El secretario general de Aproser recordó que retirar el efectivo de circulación de manera paulatina de un mercado es peligroso. Para garantizar que haya monedas y billetes disponibles para toda la población es necesario un volumen mínimo de efectivo y en algunos lugares de Europa, como por ejemplo Suecia, ese volumen es tan bajo que no se puede garantizar su supervivencia a medio plazo. Pero a tener de lo visto durante el encuentro, España todavía se encuentra lejos de un panorama como el de los países nórdicos.

El fin del mundo no se aproxima para el dinero en metálico. Es más, todavía quedan años, incluso décadas, para que nos podamos plantear su final. Entre los motivos, una mayor seguridad, rentabilidad y libertad de gasto, sin que ello implique que se están cometiendo actividades ilícitas. “Hay que decir la realidad a la población: ninguno de nuestra generación verá el final del dinero en efectivo”, aseguraba Isidoro Alanis, presidente de Global Exchange Group.

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