Alcanzia, primera víctima entre las eléctricas alternativas por el alza de precios mayoristas

Alcanzia, la prometedora comercializadora de electricidad que llegó al mercado dispuesta a desafiar a las grandes del sector, se ha convertido en la primera víctima de la subida de precios mayoristas entre las eléctricas alternativas. La compañía valenciana, fundada por cinco socios en 2013, no pudo afrontar a finales del año pasado el impacto del incremento tarifario sobre los contratos pactados con sus clientes, y los propietarios se vieron obligados a desprenderse de ella y dejarla en manos de un nuevo equipo que está acometiendo una profunda reestructuración y negociando con entidades bancarias una refinanciación de la deuda.

El nuevo administrador único de Alcanzia está vinculado a José Elías Navarro, dueño de la cotizada catalana Audax Energía

Entre las razones de los apuros económicos de la empresa con sede social en la céntrica calle Colón de Valencia está la política de compras de electricidad a futuro, a través de derivados que se convirtieron en un arma de doble filo cuando los precios comenzaron a crecer el año pasado. Alcanzia tuvo que empezar a negociar modificaciones en los contratos suscritos con sus clientes, la mayor parte de ellos industrias o empresas. Tal como reveló El Confidencial en septiembre, Alcanzia comenzó a remitir cartas justificando la decisión de modificar al alza el precio pactado en los contratos por "la situación de mercado de electricidad en España, el momento alcista de los precios que llevan seis meses subiendo, llegando a un horizonte no previsto por el sector", señala una de las misivas.

Estos cambios llevaron a muchos clientes a rescindir contratos, lo que impactó en la previsión de ingresos y los compromisos de gasto, y empujó a Alcanzia a una situación límite, señalan fuentes del sector. La consecuencia fue que en noviembre del año pasado se produjo la salida de la compañía del presidente Emilio Giner y del consejo delegado, su hermano Roberto Giner. El consejo de administración cesó en bloque para dar entrada a un administrador único, Miguel Barrios Navarro, una persona cuya actividad empresarial casi comenzó con esa operación y que desde entonces ha ido ocupando puestos en órganos de administración de otras empresas ligadas a los dueños de otra comercializadora, la cotizada Audax Energía, en este caso con un balance más saneado.

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Fuentes oficiales de Audax negaron que Alcanzia haya pasado a formar parte de su red de participadas (algo que habría tenido que comunicar como hecho relevante a la CNMV). No obstante, Barrios Navarro es también desde junio de este año administrador único de Arco Nova Index, una mercantil participada por Inversiones Habiselva, patrimonial de José Elías Navarro, presidente y accionista mayoritario de Audax Energía. Miguel Barrios ocupa igualmente desde marzo el cargo de administrador único de Audax Helicopters, ahora rebautizada como Skyknight Helicopters. Tanto Arcon Nova como Inversiones Habiselva comparten domicilio en la avenida de Navarra de Badalona (Barcelona). Sin embargo, ninguna de las dos figura como nueva única accionista de Alcanzia. Es una nueva mercantil, House Group Miguelin, también administrada por Barrios, la que pasó a figurar como única propietaria de Alcanzia en febrero de este año.

El Confidencial ha tratado de contactar con Alcanzia para conocer de forma oficial la identidad de su nuevo propietario y sus planes futuros para la compañía eléctrica. No obstante, no ha habido respuesta desde la comercializadora. Desde finales del año pasado, ha salido de Alcanzia gran parte del equipo directivo y su plantilla se ha reducido de forma significativa. También se ha producido una importante refinanciación de deuda, según señalan fuentes del sector. Pese a ello, sigue ofreciéndose con total normalidad a través de su web como suministradora de electricidad y gas, tanto a particulares como a empresas.

Las cuentas de 2018 todavía no han sido depositadas, pero en 2017 acumulaba más de cuatro millones en deudas a corto plazo y otros 17 millones en acreedores financieros y comerciales a corto plazo. Aquel ejercicio se produjo un importante crecimiento en las ventas, que pasaron de 54 millones a 76 millones de euros. Alcanzia cerró con un beneficio neto de poco más de 374.000 euros.