Blackstone desafía las críticas al juego 'online' y compra Kirolbet, líder vasco

Blackstone quiere ser el gran operador de juego 'online' de España. Tras la adquisición el pasado año de Cirsa a la familia Lao y pese a las crecientes críticas por el aumento de la ludopatía entre los jóvenes, el fondo estadounidense ve más oportunidades que riesgos en el sector. Blackstone ultima la compra de Kirolbet, el mayor grupo vasco de juego 'online' y una de las tres empresas autorizadas por el Gobierno dirigido por el Partido Nacionalista Vasco (PNV) para operar en la comunidad autónoma.

Según distintas fuentes financieras, Teleapostuak, como se llama la cabecera de Kirolbet, pasará a manos de Blackstone en una operación valorada en cerca de unos 100 millones de euros. La compañía vasca con sede en Eibar factura unos 500 millones por las apuestas de sus clientes, aunque en realidad, como al resto de compañías del sector, lo que realmente le entra en caja son unos 50 millones.

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Kirolbet cuenta con una red propia de 4.000 terminales y una plantilla de 300 empleados. Tras iniciar su actividad en el País Vasco, la compañía, reconocida por haber patrocinado equipos de fútbol como el Eibar, la Real Sociedad, el Alavés y el Athletic de Bilbao, así como el Baskonia de baloncesto, ha extendido su presencia a Navarra, La Rioja, Galicia, Castilla y León, Cantabria, Extremadura, Cataluña, Canarias y Asturias.

No obstante, su principal activo es su licencia en Euskadi, ya que el Gobierno vasco, a diferencia de otras comunidades donde la instalación no es restringida, solo concedió tres licencias en 2008. Aunque se presentaron ocho candidatos, los triunfadores de aquella subasta fueron Codere, que concurrió con su socio William Hill, Retabet y Aspe Jugadores de Pelota Vasca, el mayor accionista de Teleapostuak.

Precisamente, Cirsa, que fue comprada el pasado año por Blackstone por 2.000 M de euros, fue una de las que perdieron la puja y se quedaron fuera

Cada una de las tres licencias de juego daba derecho a la explotación de 25 salas de apuestas y a la implantación de 500 máquinas recreativas en bares y cafeterías. Precisamente, Cirsa, que fue comprada el pasado año por Blackstone por 2.000 millones de euros, 1.500 de los cuales fueron deuda, fue una de las que perdieron la puja y se quedaron fuera, por lo que la adquisición de Kirolbet es estratégica para el fondo estadounidense.

Fuentes oficiales de la sociedad de capital riesgo, que ha invertido en España cerca de 24.000 millones de euros, principalmente en el negocio inmobiliario, han declinado hacer ningún comentario sobre esta información. Por su parte, tras la publicación de este artículo, Kirolbet se ha puesto en contacto con El Confidencial para negar la venta a Blackstone. "El grupo eibarrés, en sus once años liderando el mercado a través de su solución tecnológica Kirolsoft, siempre ha estado en el punto de mira de grandes empresas y fondos de inversión, pero nunca y tampoco en esta ocasión, se ha llegado a materializar ninguna venta", agrega.

Pérdidas para empezar

Cirsa tuvo unas pérdidas de 268 millones de euros en 2018 tras pasar a manos de Blackstone y después de separar su filial en Argentina. Unos números rojos que contrastan con el beneficio de 87 millones del ejercicio anterior. A finales de marzo, la empresa ya informó de que sus ingresos de explotación habían ascendido a 1.469 millones en 2018, un 5,2% más, y de que el ebitda había sido de 368 millones, un 5,1% más que en el ejercicio anterior.

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En la auditoría se aprecia que la pérdida de valor de los activos, los costes financieros, el efecto de las divisas y los activos sacados del balance han ido erosionando las cuentas hasta provocar las pérdidas contables de 268 millones. Cuenta con 147 casinos esparcidos por todo el mundo, 178 salones de juego, más de 75.000 máquinas recreativas (en bares y casinos), 70 bingos y 2.000 puestos de venta de apuestas deportivas en España, Italia y diversos países de Iberoamérica.

El otro gran operador del juego en España es Codere, que atraviesa por dificultades financieras tras verse golpeado por su negocio en Argentina y que está inmerso en una pelea accionarial entre sus antiguos dueños, la familia Martínez Sampedro, y los bonistas que tomaron el control por el impago de las deudas que arrastra el grupo. Esta semana celebra junta general en la que se aprobará la destitución de los dos representantes de los fundadores.