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CaixaBank reabre el grifo del ladrillo y crea una filial para financiar el crédito promotor
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Nueva marca para financiar promotores

CaixaBank reabre el grifo del ladrillo y crea una filial para financiar el crédito promotor

En 2017, CaixaBank financió 512 proyectos inmobiliarios, un total de 2.280 millones en créditos. En 2018, los proyectos crecieron un 13% y alcanzaron la cifra de 581 promociones

Foto: CaixaBank pagará el 15 de abril un dividendo complementario de 10 céntimos. (CaixaBank)
CaixaBank pagará el 15 de abril un dividendo complementario de 10 céntimos. (CaixaBank)

CaixaBank vuelve al sector inmobiliario. Lejos quedan aquellos tiempos en que la banca decía a los promotores que el suelo que tenían en sus balances no solo es que no valía nada, es que tenían que contabilizarlo en negativo. Ahora, el negocio promotor vuelve a gustar a los bancos, después de años en que la economía ha crecido y la demanda de vivienda está mostrando índices de aumento sostenibles y prolongados en el tiempo. El inmobiliario ya no es pecado para la banca española. Eso sí, se vuelve con más prudencia, intentando no repetir los errores del pasado.

Así, el banco que dirige Gonzalo Gortázar ha creado la marca CaixaBank Real Estate & Homes, una división que supone un nuevo camino, para financiar un sector en crecimiento al que, sin embargo, se vuelve con la lección aprendida. Se buscan acuerdos estables con los promotores, tanto con los de nuevo cuño —tipo Neinor, Aenas o Prycoinsa— como con clásicos del negocio como Vía Célere, Corp o Núñez y Navarro, solo por poner algunos ejemplos.

El negocio comienza cuando se financia al promotor y acaba cuando la hipoteca se subroga al comprador final. Aquí acaba el trabajo de CaixaBank Real Estate & Homes, pero el cliente también queda vinculado a la entidad de ahorro. Es el negocio de banca detallista de toda la vida: utilizar la hipoteca como una manera de fidelizar a los clientes.

Foto: El logo de CaixaBank. (Reuters)

Según los datos aportados por el banco, el 42% de las promociones financiadas en 2018 corresponde a promotores locales, lo que se podría denominar vieja guardia del sector, la que peor lo ha pasado con la crisis. En cambio, un 36% de los créditos de esta nueva división de CaixaBank ha ido a apoyar a grandes promotores y un 21%, a fondos de inversión. Esto refleja cómo ha cambiado el mapa tras la crisis. Los promotores locales han perdido la mitad del negocio después de 2012.

Además, el 84% de las promociones financiadas por CaixaBank en 2018 corresponde a proyectos de menos de 50 viviendas, dato que demuestra la capilaridad del negocio y, a juicio de la entidad bancaria, la apuesta por los promotores locales.

Aumento de la actividad

En 2017, CaixaBank financió 512 proyectos inmobiliarios, lo que supuso un total de 2.280 millones de euros en créditos. En cambio, en 2018, los proyectos crecieron un 13% y alcanzaron la cifra de 581 promociones inmobiliarias. Durante el pasado año, esos 581 proyectos de vivienda captaron un total de 2.600 millones, un 14% más que durante el ejercicio anterior.

Tanto los proyectos como los fondos que se han aportado como finaciación han crecido un 14% de mano de esta nueva división crediticia

Desde el banco, se insiste en que la creación de esta división no quiere decir que se hayan olvidado las lecciones de la pasada crisis. Fuentes de la entidad apuntan que “es un sector en crecimiento y desde CaixaBank apostamos por él, pero de una manera controlada, a través de un proceso de financiación responsable, tanto para el promotor como para el comprador”.

Nuevas exigencias

Así, ahora al promotor se le pide que aporte un porcentaje de capital equilibrado y unas preventas que demuestren que hay demanda contrastada para ese proyecto. Además, se espera una experiencia y profesionalidad. Al comprador, no financiando más del 80% de la compra y recomendándole formalizar a tipo fijo, dado el entorno actual de tipos y siguiendo criterios de extrema prudencia, según apuntan desde la entidad.

CaixaBank vuelve al sector inmobiliario. Lejos quedan aquellos tiempos en que la banca decía a los promotores que el suelo que tenían en sus balances no solo es que no valía nada, es que tenían que contabilizarlo en negativo. Ahora, el negocio promotor vuelve a gustar a los bancos, después de años en que la economía ha crecido y la demanda de vivienda está mostrando índices de aumento sostenibles y prolongados en el tiempo. El inmobiliario ya no es pecado para la banca española. Eso sí, se vuelve con más prudencia, intentando no repetir los errores del pasado.

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