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El Banco de España baraja activar el colchón anticíclico y pedir más capital a la banca
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SUPERVISIÓN MACROPRUDENCIAL

El Banco de España baraja activar el colchón anticíclico y pedir más capital a la banca

El supervisor admite que hay un debate en la supervisión macroprudencial sobre cómo evaluar los riesgos. Los bancos podrían enfrentarse a más capital con tipos negativos

Foto: Sede del Banco de España, en la plaza de Cibeles de Madrid. (EFE)
Sede del Banco de España, en la plaza de Cibeles de Madrid. (EFE)

“Metodológicamente, hay una discusión interesante, un debate abierto en el que cada trimestre actualizamos los indicadores”, admiten desde el Banco de España (BdE). Pero es algo más que una discusión académica, porque implica que los bancos se vean obligados a tener un colchón de capital anticíclico.

La supervisión de los bancos significativos está centralizada desde Europa a través del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), que está bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE). Así, el entramado comunitario ha elevado la presión sobre el sector en los últimos años por dos vías: endureciendo la regulación y con una política de tipos bajos que presiona a la baja sus márgenes.

Europa decide los requisitos de capital (SREP y MREL —deuda anticrisis—) de forma discrecional, según el perfil de riesgo de cada banco, con Liberbank y Cajamar como las entidades más exigidas en la última revisión. Además, el marco de supervisión deja espacio para que los entes nacionales, como el Banco de España, decidan sobre la conveniencia de implementar un colchón de capital anticíclico adicional (CCA) para la exposición crediticia local.

Foto: El símbolo del euro, a las afueras de la sede del Banco Central Europeo (BCE). (Reuters)

El BdE no ha optado por esta vía, y sigue en el 0%, aunque el organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos se plantea imponer un colchón en sus próximas revisiones trimestrales. De hecho, ya ha estado preparando el terreno para ello, con argumentos académicos y con declaraciones de su máximo responsable, que la semana pasada dio argumentos de su uso pese a que no haya un crecimiento desbocado del crédito como en la década de la burbuja.

El supervisor utiliza como fórmula la brecha crédito-PIB. Dicho de otra forma, la desviación de la ratio de crédito total sobre PIB respecto a su nivel tendencial de largo plazo, que reconoce que “no está exenta de dificultades técnicas”. Precisamente, el ‘boom’ inmobiliario y crediticio previo a la crisis distorsiona las comparaciones, por lo que el BdE usa su propia metodología, para ajustar la evolución de los préstamos y el crecimiento con el ciclo económico.

El trabajo del Banco de España se basa aun así en el crédito, que crece a un ritmo inferior al PIB. Pese a ello, “hay países que con la ratio más negativa [de crédito y PIB] han activado el colchón”, admiten fuentes de la dirección general de estabilidad financiera, regulación y resolución del organismo.

También hay supervisores nacionales que han impuesto un colchón anticíclico con la misma situación del 'output gap' que en la macro española, que vuelve a ser positivo este año. Este indicador hace referencia a la diferencia entre el PIB observado y el potencial, con lo que teóricamente cuando se sobrepasa el umbral la economía entra en fase de sobrecalentamiento, lo que sirve de argumento para medidas contractivas como el colchón anticíclico.

Este requisito adicional puede variar entre el 0% y el 2,5%, y ya hay países como Lituania o Eslovaquia que lo han activado, lista a la que se añadirán pronto otros Estados, según el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. El Banco de España podría estar entre ellos, pese a que no haya un crecimiento excesivo del crédito. Y ni siquiera crece el ‘stock’ —los nuevos préstamos no superan a las amortizaciones o vencimientos—. Sin embargo, hay un decalaje entre la activación del colchón y su entrada efectiva en vigor, por lo que “tiene sentido ver dónde van a estar los indicadores en un año”, aseguran desde el supervisor.

Modera los 'shocks' de crédito

El propio Hernández de Cos recordó que diferentes estudios sostienen que un punto porcentual de capital en la ratio de solvencia reduce el crecimiento del crédito en una horquilla de entre uno y 2,5 puntos. Pero, al contrario, ese punto adicional limita la contracción de la financiación en época de recesión en seis puntos porcentuales.

En este sentido, un trabajo de Mikel Bedayo, Ángel Estrada y Jesús Saurina publicado por el BdE encontró que el colchón de capital de los bancos es útil para moderar los ciclos crediticios. También ocurre lo contrario: un nivel de reservas y fondos propios más reducido provoca en épocas de desaceleración o recesión una caída mayor del crédito que agrava la crisis. La investigación ‘Capital bancario, ‘boom’ de crédito y caídas. Evidencia desde España en los últimos 150 años’ sirve de argumentario para el BdE, aunque se centra en la ratio de apalancamiento (capital frente al total de activos) y no CET1 ‘fully loaded’, indicador con el que la banca española sale cerca del promedio comunitario.

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi. (Reuters)

En cualquier caso, los supervisores han puesto el foco en el capital de los bancos españoles, por estar a la cola de Europa. Aunque desde las entidades españolas se argumenta que la comparación no es homogénea porque el modelo que predomina es de banca minorista y con menos perfil de riesgo, el BdE insiste en esta brecha, que ha aumentado en los últimos años.

De hecho, tanto el BCE como los inversores han puesto como referencia un crecimiento sostenido de las ratios de capital de máxima calidad (CET1 ‘fully loaded’) hasta el 12%, para lo que las entidades españolas necesitarían 8.000 millones de euros adicionales.

Paralelamente, la política monetaria penaliza a los bancos. “Con los tipos en mínimos, es de esperar que los bancos medianos, que no han abierto sus puertas a una internacionalización, sean los que más sufran, debido a la falta de una diversificación que consiga aumentar la rentabilidad bancaria”, recuerda Victoria Torre, de Self Bank. De hecho, la falta de rentabilidad es otra preocupación de los supervisores, porque es la garantía de sostenibilidad a largo plazo. Pero el BCE ha abierto la puerta a más recortes de tipos, lo que supone un golpe adicional para las expectativas de beneficios de la banca.

“Metodológicamente, hay una discusión interesante, un debate abierto en el que cada trimestre actualizamos los indicadores”, admiten desde el Banco de España (BdE). Pero es algo más que una discusión académica, porque implica que los bancos se vean obligados a tener un colchón de capital anticíclico.

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