Javier Marín elige la milla de oro para instalar el cuartel general de Self Bank

Javier Marín está decidido a pisar fuerte en la pasarela de la banca privada dentro de su nuevo proyecto Self Bank. Para conseguirlo, el primer paso que ha dado ha sido hacerse con el mejor escaparate posible, hito que acaba de conseguir con el cierre de la nueva sede de la entidad y de la primera oficina comercial.

La primera se instalará en el número 11 de la madrileña calle Goya, a pocos metros de la cotizada plaza de Colón, mientras que la segunda se ubica al doblar la esquina, en el número 28 de Serrano, en plena milla de oro de Madrid.

En esta misma manzana es donde Prada acaba de protagonizar una operación de récord, al haber adquirido a Haya Real Estate un antiguo local de Bankia, de 900 metros cuadrados, por 59 millones de euros.

Prioridades

Según afirman varias fuentes conocedoras, Marín llevaba tiempo buscando el espacio ideal para instalar el nuevo cuartel general de Self Bank, y ha rastreado todo el producto que hay actualmente disponible en el barrio de Salamanca de la capital. Para el ex mano derecha de Emilio Botín es una prioridad tener una buena carta de presentación para impulsar su nuevo Banif.

Si algo tenía claro el ex consejero delegado de Santander es que su entidad debía instalarse en una de las arterias más exclusivas de Madrid para usar la ubicación como estandarte de su plan de negocio, una hoja de ruta centrada en la banca privada más pura y elitista.

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Con esta máxima, el directivo lanzó al mercado el mensaje de que estaba interesado en hacerse con 400 metros cuadrados de oficina comercial y 700 metros cuadrados de sede social, activos que estaba dispuesto tanto a adquirir en propiedad como a alquilar.

Esa flexibilidad responde, precisamente, a que la máxima preocupación de Marín era la ubicación, algo que finalmente ha conseguido en dos edificios separados, aunque muy próximos, frente a su objetivo inicial de haber tenido todo junto.

Regreso de Marín

Marín dejó Santander en 2014 tras la llegada a la presidencia de Ana Botín. Lo hizo con una renta vitalicia a cambio de no volver a trabajar en el sector financiero. Un dinero que tuvo que reintegrar tras la compra de Self Bank a Société Générale junto al fondo norteamericano Warburg Pincus.

El fondo de Estados Unidos es el que pone el dinero para el proyecto que ha ideado Marín, de usar la marca Self Bank, conocida en el mundo de la inversión y como entidad digital, para crecer en el negocio de banca privada.

Además de ser consejero delegado, Marín fue responsable del área de banca privada en los años del estallido de la crisis, impulsando la marca Banif en Santander. Ahora intentará un segundo asalto al sector de la gestión patrimonial desde su nueva sede en la milla de oro.