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Madariaga acepta vender el 75% de la ingeniería Ditecsa para sacarla de concurso
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LOS ACREEDORES PERDONAN LA MITAD DE LA DEUDA

Madariaga acepta vender el 75% de la ingeniería Ditecsa para sacarla de concurso

Logra el 54% de adhesiones a la propuesta de convenio anticipado, que incluye una quita del 50% y una espera de cinco años. Madariaga, socio único, negocia con dos inversores industriales

Foto: Central de Petroecuador en la que trabajó Ditecsa. (Ditecsa)
Central de Petroecuador en la que trabajó Ditecsa. (Ditecsa)

Ditecsa, el grupo andaluz de ingeniería especializado en mantenimiento y montajes industriales, ve la luz al final del túnel. La compañía controlada por el empresario Gonzalo de Madariaga ha logrado el respaldo del 54% de sus acreedores —por encima del 50% imprescindible— al plan de convenio anticipado para salir del concurso, según un decreto del juzgado mercantil de Sevilla. La firma entró en situación de impago a final del año pasado. Un convenio que supone que la deuda total pasará de 30 a 18 millones y se pagará en cinco años. Una condición ha sido clave para que los acreedores ordinarios aceptaran la quita del 50%: la entrada de un nuevo inversor que asuma el 75% del capital y lidere la gestión en sustitución de Madariaga.

Queda aún pendiente la consecución de sendos acuerdos con Seguridad Social y Agencia Tributaria, que están bien encaminados, según fuentes conocedoras del proceso. Este mismo mes de junio se espera que el juez mercantil Miguel Ángel Navarro dicte sentencia en la que se aprueben el convenio y la salida del concurso. Tras ello, y según se recoge en el plan de viabilidad examinado y aprobado por Deloitte como administrador concursal, se tratará de cerrar a la mayor brevedad la entrada del nuevo inversor. Se prevé que aporte 2,5 millones al capital y otros 10 millones en avales y líneas de financiación. Madariaga negocia con dos inversores particulares (no fondos) del sector industrial.

Foto: Gonzalo de Madariaga, en el centro, presidente y principal accionista. (Ditecsa)

Madariaga se hizo con el control de Ditecsa hace un lustro, tras adquirirla a la familia Ortiz. Con 1.000 empleados y una sólida reputación entre clientes mineros, petroquímicos o siderúrgicos, el nuevo dueño inició un plan de expansión a América Latina. Ahora, otra de las condiciones para la firma del convenio y el fin del concurso es el cierre de toda esa estructura (México, Ecuador y Colombia) así como de la delegación de Madrid. Foco exclusivo en el mercado español y en las dos ramas de actividad: mantenimiento y montajes industriales. En estos últimos ocho meses, alrededor de 300 personas han abandonado la compañía, que cuenta con unos 650 empleados.

Salir del concurso justo ahora, cuando muchos clientes están planificando las paradas para mejoras y mantenimiento a realizar en los meses de verano en múltiples fábricas, es óptimo. La empresa prevé facturar 40 millones este año, perder algo menos de un millón, y crecer en ventas y abandonar las pérdidas hasta 2028, periodo incluido en el plan de viabilidad. Para salir del concurso, ha sido también muy relevante que Deloitte asumiera los tres motivos identificados por la propia Ditecsa como claves de su entrada en concurso: crisis y desconfianza hacia el sector de la ingeniería (crisis de Abengoa, Isolux, Duro Felguera), endurecimiento de las condiciones en el mercado internacional y restricción del crédito bancario.

placeholder Ingresos vs. cartera de negocio, anualmente. (Ditecsa)
Ingresos vs. cartera de negocio, anualmente. (Ditecsa)

En este último sentido, Ditecsa sufrió un recorte de financiación en los 10 primeros meses de 2018 de 11,5 millones. En parte por la necesidad de buscar nuevos proveedores financieros ante la fuerte concentración de riesgo que asumió Santander (incluyendo Popular). La compra de Befesa Medio Ambiente por Ditecsa en 2017 metió ocho millones de deuda adicional a los siete que ya mantenía la ingeniería con el banco cántabro. La entidad dio un año de margen, pero Ditecsa no logró fondos por otras vías y entró en concurso. Santander, Unicaja y Bankia son sus principales acreedores.

La operación supone reducir la deuda ordinaria de 24 millones, incluida la financiera, en un 50%, hasta 12 millones. El resto es con acreedores privilegiados (administraciones públicas), que no admiten quitas. Con ello, se pasa de un pasivo de 30 a uno 18 millones, pagadero en cinco años.

Tampoco ayudaron los conflictos con Iberdrola y Siro por sendos proyectos en Alemania y Reino Unido, respectivamente. En cuanto al primero, una corte de arbitraje alemana ha dado la razón parcialmente al grupo andaluz, al reconocer que tiene derecho a cobrar 3,4 millones de los 5,8 que reclama a la eléctrica. El grupo energético quiere recurrir esa resolución desfavorable ante la Corte de París. Con Siro, accionista minoritario de Ditecsa, no hay novedades respecto al contencioso en torno a una fábrica de galletas montada por el grupo de ingeniería en Reino Unido, en que ambas empresas se acusan de incumplimientos de contrato.

placeholder Gonzalo de Madariaga. (Ditecsa)
Gonzalo de Madariaga. (Ditecsa)

Pese a esos escollos, la firma ha mantenido la contratación con los principales clientes históricos del grupo familiar. Nombres como Navantia, Enagas, Endesa, Fertiberia, Cobre Las Cruces, Mina de Aguas Teñidas, Técnicas Reunidas o Viesgo. Los contratos de la operativa diaria que gestiona Ditesca tampoco hacen sencilla ni rápida una sustitución de proveedor. Madariaga, miembro de la familia fundadora del grupo de ascensores MP, del que se desvinculó en 2012, mantendría un 25% del capital pero con vocación de salir completamente de la compañía en el corto o medio plazo.

Ditecsa, el grupo andaluz de ingeniería especializado en mantenimiento y montajes industriales, ve la luz al final del túnel. La compañía controlada por el empresario Gonzalo de Madariaga ha logrado el respaldo del 54% de sus acreedores —por encima del 50% imprescindible— al plan de convenio anticipado para salir del concurso, según un decreto del juzgado mercantil de Sevilla. La firma entró en situación de impago a final del año pasado. Un convenio que supone que la deuda total pasará de 30 a 18 millones y se pagará en cinco años. Una condición ha sido clave para que los acreedores ordinarios aceptaran la quita del 50%: la entrada de un nuevo inversor que asuma el 75% del capital y lidere la gestión en sustitución de Madariaga.

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