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Santander plantea un ERE de 3.700 empleos que costará hasta 1.000 M
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Santander plantea un ERE de 3.700 empleos que costará hasta 1.000 M

El banco justifica el ajuste por las duplicidades creadas con la integración de Banco Popular y por dinámicas del sector como la digitalización y la baja rentabilidad con los tipos al 0%

Foto: Oficina de Banco Santander.
Oficina de Banco Santander.

Banco Santander ya ha puesto cifras encima de la mesa para su nuevo ajuste de empleo, y es mayor de lo previsto. La entidad cántabra ha comunicado a los sindicatos su intención de recortar 3.700 puestos de trabajo y cerrar 1.150 oficinas. Para ello, acometerá el tercer expediente de regulación de empleo (ERE) desde 2014, o el cuarto del grupo si se incluye el de Banco Popular cuando era una firma independiente.

La cifra planteada por Banco Santander supone el 11% de la plantilla en España, que acabó el primer trimestre del año en 32.607 empleados, según el último informe financiero. Asimismo, el número de sucursales que quiere cerrar alcanza el 26% de la red, según fuentes sindicales, mientras que desde el banco no hay comentarios. Es decir, el banco cántabro quiere que desaparezcan una de cada cuatro sucursales, acelerando la tendencia del sector de tener menos oficinas pero con una parte de sucursales más grandes y preparadas para el asesoramiento, así como con más flexibilidad entre los trabajadores, algo que suele provocar tensiones con los sindicatos en estas negociaciones.

Banco y sindicatos ya han constituido la mesa, y en contra de lo esperado por los representantes sindicales, ya hay cifras encima. La mesa cuenta con 13 miembros, de los que cinco son de CCOO, tres de UGT, dos de FITC, otros dos de CGT y uno de STS. La próxima reunión se celebrará este jueves 16 de mayo, y de fondo el proceso parece encaminado a que haya acuerdo antes de agosto y se empiece a ejecutar en septiembre. En el nuevo encuentro de esta semana, la entidad tendrá que presentar una memoria para justificar el ajuste, aunque ya ha anunciado que el argumento esgrimido son las duplicidades creadas por la absorción de Banco Popular, así como tendencias generales en la banca, como la baja rentabilidad por los tipos de interés al 0%, el mayor peso del asesoramiento y la demanda cada vez más digital de los clientes.

Foto: Oficinas de bancos.

El ajuste de empleo se centrará en la red comercial, después de que hace poco más de un año acordara otro ERE de 1.100 trabajadores en servicios centrales, aunque finalmente el número de bajas voluntarias y prejubilaciones fue mayor. No obstante, habrá un nuevo recorte en servicios centrales equivalente a la reducción de capacidades para dar soporte a la red según disminuya el tamaño de esta.

Hay que tener en cuenta que en estos procesos suele tenderse a reducir la cifra planteada inicialmente. Por ejemplo, CaixaBank acordó la semana pasada con los sindicatos un recorte de 2.024 puestos de trabajo, pero inicialmente propuso el ajuste de 2.157 empleos. En el caso del banco catalán, que mudó su sede a Valencia en 2017, el coste de reestructuración estimado ha sido de 890 millones. Para Banco Santander, los analistas daban por hecho que el coste sería menor, pero también que la cifra de bajas se situaría en torno a las 3.000, con lo que los nuevos números que se manejan en el mercado alcanzan los 1.000 millones de euros, aunque dependerá de las condiciones pactadas.

En concreto, en los dos ajustes previos, hubo un acuerdo con bajas voluntarias y prejubilaciones con indemnizaciones de hasta el 80% del sueldo, con un máximo de 380.000 euros por trabajador. En 2016, por ejemplo, en el informe anual, figura que se acogieron a la oferta de prejubilaciones y bajas incentivadas 1.184 empleados, y el banco constituyó una provisión "para cumplir estos compromisos" de 361 millones de euros. Esto supone una ratio de 305.000 euros por trabajador, que asumida para un recorte de 3.700 empleos supondría más de 1.100 millones, aunque habrá que ver si las condiciones son las mismas y si la cifra acaba siendo definitiva.

La entidad anunció en su último 'investor day' una inversión en tecnología de 20.000 millones que permitirá una reducción de costes de hasta 1.200 millones de euros anuales, de los que el grueso —hasta 1.000 millones— se ahorrará en España. También incrementó las sinergias calculadas con Banco Popular en 250 millones sobre los 500 millones iniciales.

Los sindicatos ya han anunciado su intención de reducir la cifra de recortes en las negociaciones, así como que se prime la voluntariedad. No obstante, al contrario que en procesos anteriores, esta vez temen que no se pueda completar el ajuste únicamente con prejubilaciones y bajas voluntarias, aunque también tratarán de que la dirección del banco recoloque a parte de los empleados de las sucursales que se cierren. Los representantes de los trabajadores también piden la recualificación profesional de la plantilla y que se busquen alternativas al uso continuado del ERE como mecanismo para reducir capacidades.

Banco Santander ya ha puesto cifras encima de la mesa para su nuevo ajuste de empleo, y es mayor de lo previsto. La entidad cántabra ha comunicado a los sindicatos su intención de recortar 3.700 puestos de trabajo y cerrar 1.150 oficinas. Para ello, acometerá el tercer expediente de regulación de empleo (ERE) desde 2014, o el cuarto del grupo si se incluye el de Banco Popular cuando era una firma independiente.

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