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El beneficio ecológico y social, claves para ser más sostenibles y salvar el planeta
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Mesa redonda de El Confidencial y CaixaBank

El beneficio ecológico y social, claves para ser más sostenibles y salvar el planeta

¿Cómo pueden los gobiernos, empresas y ciudadanos luchar contra el cambio climático? Para los expertos, el problema se debe abordar también desde perspectivas socioeconómicas

El cambio climático es uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado el ser humano. Los acuerdos de París firmados en 2015 supusieron un gran empujón a nivel institucional para poner fin al calentamiento del planeta, pero esta es una tarea que requiere del esfuerzo de todos los actores: gobiernos, empresas y ciudadanos.

En este contexto, El Confidencial y CaixaBank organizaron un encuentro en el marco del Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social, celebrado en Málaga la pasada semana bajo el lema ‘Las compañías como motor de cambio hacia un mundo sostenible’. Finanzas y responsabilidad corporativa, pero también desigualdades socioeconómicas y redistribución de la riqueza, fueron algunos de los temas que los presentes pusieron encima de la mesa.

Las empresas deben dejar de mirar solo por el beneficio económico. La responsabilidad social corporativa es cada día más importante y las ganancias de las corporaciones deben medirse por otros factores, como pueden ser los sociales o los mediambientales. Peter Holbrook, CEO de Social Enterprise UK, fue la voz más dura frente a los problemas que el capitalismo actual presenta a la hora de luchar contra el cambio climático y demás retos derivados. Recordó que no existe “una sola receta” para acabar con los problemas actuales y que es necesario cambiar algunos paradigmas. “No podemos seguir obsesionados en Europa y Estados Unidos con el crecimiento económico, porque es incompatible con los objetivos que tenemos”.

La reducción de la huella de carbono es esencial, desde la neutralidad en emisiones hasta la ausencia de gases de efecto invernadero

Por ello, Holbrook abogó por “un pensamiento más radical que el capitalismo ético, para que el sistema trabaje para el planeta y para el ser humano y no para buscar el máximo beneficio económico”. Ese beneficio, en palabras de Holbrook, también tiene que ser “social y ecológico”, y todo ello sin descartar el económico. “No es malo querer obtener beneficios por tener un negocio”. Pero sí remarcó la necesidad de que las grandes empresas empiecen a asumir mayores responsabilidades: “Existen compañías más poderosas que algunos estados y a las que no se les exige nada”.

El contrapunto optimista a la situación actual lo puso Meritxell Ripoll, directora de Responsabilidad Corporativa de CaixaBank, para asegurar que las empresas tienen que jugar un papel importante en estas transformaciones y especialmente las grandes, que deben liderar estos cambios para inspirar a la sociedad. “Los efectos del cambio climático han tenido un coste hasta la fecha de 320.000 millones de dólares, según las Naciones Unidas”.

El problema se debe resolver entre todos, empresarial e individualmente, por ello, Ripoll cree que cada vez tiene más valor que el ciudadano se preocupe por “aquello que compra o por si la empresa en la que trabaja es respetuosa con el medio ambiente”. ¿Qué pueden hacer las empresas para atajar el cambio climático? La reducción de la huella de carbono debe ser uno de esos objetivos, pasando primero por la neutralidad en emisiones hasta llegar a un punto en el que no se emitan gases de efecto invernadero.

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Rajiv Joshi, director de B Team.

Apoyo económico para empresas verdes

¿Cómo se aplican todas estas ideas en el día a día? ¿Cómo se logra concienciar no solo a los individuos sino también a las empresas para que pongan en marcha una agenda ecológica por el bien de todos? “Hemos hecho pública una lista de prácticas en empresas a las que no vamos a apoyar económicamente”, explicaba Ripoll.

En la actualidad, Ripoll incide en que los clientes de los bancos todavía no ponen especial énfasis en estos aspectos. “Primero quieren saber si una inversión es segura y luego cuánta rentabilidad pueden obtener. Una vez que han respondido a esas dos preguntas es cuando se preocupan por la sostenibilidad”. Holbrook, por su parte, bromeó respecto a esa idea: “Me cuestiono si la segunda y la tercera pregunta que hacen los clientes son compatibles”.

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Meritxell Ripoll, directora de Responsabilidad Corporativa de CaixaBank.

Pero Ripoll recordó que la intención de CaixaBank es dar apoyo financiero a empresas que trabajen por el medio ambiente —y penalizar a aquellas que no lo hagan— de la misma manera que pretenden concienciar a empleados y clientes de que pongan en marcha prácticas “como la reducción en el uso de papel” en el entorno de trabajo. Esa labor de concienciación es esencial para que el ciudadano conozca qué medidas concretas puede poner en marcha para poner su grano de arena.

Desigualdad, el otro gran objetivo de desarrollo

En un plano más cercano, Rajiv Joshi, director de B Team, recalcó la idea de que la redistribución de la riqueza es una condición necesaria para poder atravesar la crisis actual. “El sistema debe permitir que la gente viva una vida sostenible, y eso pasa por redistribuir la riqueza”. Pero también advirtió de que lograr ese cambio no será sencillo, y más teniendo en cuenta que la transición a una economía verde provocará “un periodo con mayor paro estructural”.

Para mitigar este problema, Joshi abogó por “sentar a compañías y trabajadores en una misma habitación para que comiencen a trabajar ya en soluciones, con políticas sociales y medioambientales que vayan de la mano y redes de seguridad para aquellos países que no las tengan”. Según el director de B Team, la revolución económica a la que nos enfrentamos está a la altura de la industrial y sus problemas han escalado con el paso del tiempo: "Los pronósticos más optimistas auguran que llegaremos al tope de emisiones de CO2 dentro de 12 años, pero no paramos de ver cómo la población aumenta y cómo millones de personas viven en la pobreza”.

El cambio climático, la desigualdad o la pobreza “son problemas conectados e interdependientes”

Para Joshi, las decisiones que se tomen en los próximos años “determinarán si el ser humano tiene futuro en este planeta” porque “es hora de comenzar a pensar a largo plazo, y no a corto”.

Llegados a este punto, Holbrook recordó que vamos “en la buena dirección para detener el cambio climático”. Pero quiso poner especial énfasis en que “existen 17 objetivos de desarrollo” y solo nos estamos centrando en uno, dejando de lado otros tan importantes como son “las desigualdades producidas por la pobreza”. Trabajar en esos aspectos debería ser igual de prioritario que la lucha por detener el calentamiento global, en sus palabras.

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Peter Holbrook, CEO de Social Enterprise UK.

A modo de cierre, Joshi recordó que es importante llegar a las cero emisiones de carbono en 2050 en todo el planeta “y no solo en algunos países”, mientras que Holbrook volvió a poner sobre la mesa la idea de que el cambio climático, las desigualdades o la pobreza “son problemas conectados e interdependientes”. Los jóvenes, apostilló Holbrook, “no compran casas ni tienen pensiones porque no ganan dinero para hacerlo. El crecimiento económico es necesario, pero hay que hacerlo de manera cuidadosa”.

El cambio climático es uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado el ser humano. Los acuerdos de París firmados en 2015 supusieron un gran empujón a nivel institucional para poner fin al calentamiento del planeta, pero esta es una tarea que requiere del esfuerzo de todos los actores: gobiernos, empresas y ciudadanos.

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