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Cuenta atrás para 2030: lo que necesita España para cumplir la transición energética
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la meta: construir un país de renovables

Cuenta atrás para 2030: lo que necesita España para cumplir la transición energética

España se ha marcado un objetivo: que el 42% de toda su energía consumida proceda de fuentes renovables. ¿Cumplirá ese propósito? Este es el camino que debe seguir para hacerlo

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La lucha contra el calentamiento global y el cambio climático no escapa a casi ningún país. Con mayor o menor prisa, todas las naciones desarrolladas están implantando estrategias para que su energía deje de depender de combustibles fósiles y se encamine a un futuro cada vez más renovable. Los objetivos de España están marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (Pniec 2021-2030), cuyo borrador fue presentado el pasado 22 de febrero por el Gobierno y remitido a la Comisión Europea, encargada de dar el visto bueno a la versión definitiva, que deberá aprobarse antes de final de año. En este documento, España planifica los compromisos que asume de aquí a 2030:

  • 21% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a las cifras de 1990
  • 42% de energía renovable sobre el consumo total de energía final
  • 39,6% de mejora de la eficiencia energética
  • 74% de energía renovable en la generación eléctrica

El nuevo escenario plantea algunas preguntas: ¿está España preparada para continuar una transición energética que es irreversible? ¿Cuenta el sector con inversiones para adaptarse a este progreso? ¿Tiene nuestro país la normativa idónea? Estos factores sumergen al sector eléctrico en una inevitable transformación interna: no solo deberá adaptarse al nuevo contexto energético, sino que también deberá hacerlo de manera más eficiente que nunca para luchar de manera efectiva contra el cambio climático y el calentamiento global.

Según el cálculo que hace el propio Gobierno en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, el camino hacia la transición energética implicará unas inversiones cercanas a los 236.124 millones de euros. En este contexto, Red Eléctrica de España (REE) ha elaborado el informe Hacer posible la transición energética: red eléctrica y la integración de renovables, en el propone una serie de medidas necesarias para que España cumpla los plazos de la transición energética.

Cambios normativos

Según dicho informe, España debe contar con un marco regulatorio que ofrezca la suficiente seguridad y estabilidad a los inversores, así como llevar a cabo una serie de medidas para que nuestro país cumpla los plazos de la transición energética.

1.- Acceso a la red de renovables

La capacidad de conexión a un punto de la red es un recurso limitado y, además, cuenta con un problema añadido: la posibilidad de que, dentro de la gran demanda existente de conexión, esta se conceda a proyectos que no estén maduros y que acaben llevando a cabo una labor especulativa. El propio Ejecutivo reconocía esta posibilidad en su Real Decreto 15/2018, de modo que el informe insta al Gobierno a que delimite, de manera concreta y precisa, aspectos esenciales en la solicitud de capacidades de conexión. Entre los nuevos requisitos se encontrarían la firmeza del proyecto en sus etapas iniciales, la continuidad de la instalación o la información y transparencia por parte de los gestores de redes en su gestión de los accesos, entre otros.

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Fuente: REE.

2.- Desarrollo de la red de transporte y de las instalaciones

Actualmente, la tramitación de proyectos de líneas de transporte suele llevar entre 3 y 10 años, a los que hay que sumar otros 6-18 meses para el desarrollo del proyecto y 12-14 meses adicionales para la construcción del mismo. El informe apuesta por acortar dichos plazos a un máximo de 2-3 años, sobre todo en el caso de las instalaciones que, al margen de las tramitaciones a nivel nacional, requieran de permisos especiales de la comunidad autónoma o el municipio donde se ubiquen. Además, también pide que la legislación sea flexible en los casos en que haya que introducir cambios en el desarrollo de las redes de transporte.

3.- Almacenamiento e interconexiones

Hay dos circunstancias esenciales en el nuevo escenario energético. Por un lado, España se ha comprometido a que en 2030 el 74% de su generación eléctrica proceda de energías renovables; por otro, con el nuevo modelo, dicha generación ya no estará tan concentrada. Por tanto, para evitar los vertidos las empresas españolas deberán aumentar sus exportaciones de energía. Partiendo de este contexto, según el informe de REE, nuestro país debe apostar por las interconexiones internacionales hasta llegar al objetivo del 15% en 2030 (actualmente están muy por debajo de la media de la UE, como se puede observar en el siguiente gráfico) e impulsar el desarrollo de proyectos de almacenamiento para aportar flexibilidad y seguridad de suministro.

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Fuente: REE.

Las empresas, más tecnologizadas

Si las compañías energéticas y eléctricas deben ser más eficientes en su generación y garantización del consumo, necesitan desarrollar las estrategias adecuadas para avanzar en esa eficiencia. Y aquí es donde la transformación digital juega un papel protagonista: tecnologías como la inteligencia artificial, el big data o incluso el machine learning permitirán a las empresas controlar en todo momento sus procesos operativos y hacerlos más eficientes.

Red Eléctrica de España cuenta con Manint, un nuevo sistema que dota de inteligencia al mantenimiento de las redes de alta tensión para que sea más óptimo y eficiente: "Estamos empleando inteligencia artificial y análisis avanzado de datos para gestionar los activos de la red mediante la recogida de datos, su análisis y su posterior conversión en conocimiento útil", asegura Sergio Quintín, jefe del Departamento de Mantenimiento de Subestaciones de REE. "Somos una empresa altamente tecnológica y nos apoyamos en tres pilares esenciales: los procesos internos (en los que pasaremos de estrategias de mantenimiento a estrategias de futuro), la tecnología (que nos permite transformar los datos en inteligencia) y las personas (como motores impulsores del cambio)".

En su opinión, "la digitalización no pasa por cambiar a personas, sino por rentabilizar los procesos y llevar a personas a tareas menos operativas y más estratégicas". Este es un ejemplo de los diversos proyectos que ha desarrollado REE, que invertirá 3.221 millones de euros dentro de su nuevo Plan Estratégico 2018-2022 para hacer posible la transición energética.

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"La lucha contra el cambio climático es irreversible"

Para el presidente de REE, Jordi Sevilla, la situación actual no admite debate: "La lucha contra el cambio climático es irreversible. No solo no hay marcha atrás, sino que de hecho ya vamos tarde y tenemos que correr más. Y por eso tenemos que estar todos alineados: gobiernos, empresas y ciudadanos. Hacerlo posible es una obligación de todos".

"Tenemos que estar todos alineados: gobiernos, empresas y ciudadanos. Hacerlo posible es una obligación de todos" (Jordi Sevilla, REE)

En su opinión, "el futuro es eléctrico y el nuevo modelo de generación distribuida exige cambios regulatorios que hagan posible la transformación del actual transportista". Para Sevilla "sería conveniente acompasar la retirada de los generadores térmicos a la disponibilidad de un margen de cobertura suficiente, garantizar la actual capacidad de observación y control del operador del sistema y establecer incentivos adecuados para modernizar las actuales redes de transporte y distribución y dotarlas de mayor inteligencia".

Jordi Sevilla, por tanto, asume la responsabilidad propia al mismo tiempo que reclama la del resto: "En Red Eléctrica de España vamos a estar a la altura, vamos a dar la talla, pero hay más agentes implicados en la transición energética, y necesitamos que todos los demás, todos los que creen que la lucha contra el cambio climático no tiene marcha atrás y queda mucho por hacer, se planteen si están haciendo todo lo que pueden hacer. Tenemos que trabajar todos juntos", asegura.

La lucha contra el calentamiento global y el cambio climático no escapa a casi ningún país. Con mayor o menor prisa, todas las naciones desarrolladas están implantando estrategias para que su energía deje de depender de combustibles fósiles y se encamine a un futuro cada vez más renovable. Los objetivos de España están marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (Pniec 2021-2030), cuyo borrador fue presentado el pasado 22 de febrero por el Gobierno y remitido a la Comisión Europea, encargada de dar el visto bueno a la versión definitiva, que deberá aprobarse antes de final de año. En este documento, España planifica los compromisos que asume de aquí a 2030:

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