Aena apura el último resquicio legal para seguir subastando sus contratos
El retraso en adaptar la ley de sectores especiales, entre ellos el transporte, a las normas europeas de contratación, permite a la cotizada controlada en el 51% por el Estado subastar obras y proyectos
Los vaivenes políticos de los últimos años, que han derivado en una actividad legislativa igualmente convulsa, han dejado en el tintero múltiples asuntos de un segundo o tercer nivel. Uno de ellos, relativo a la plena adaptación de toda la legislación española de contratación pública a la normativa europea, es el que aún permite a Aena utilizar la subasta electrónica sin límite tanto para adjudicar proyectos de ingeniería como de construcción. Tras mostrar su desacuerdo algunas empresas constructoras por el mantenimiento de este método, introducido en 2015, para adjudicar las primeras grandes obras de renovación de terminales este año, ahora son los ingenieros quienes vuelven a levantar la voz.
Fidex, una de las asociaciones empresariales de ingenierías, lamenta que el proyecto de la nueva ley de servicios excluidos que se adapta a la normativa comunitaria de 2014 no haya sido aprobado por el Congreso antes de disolverse las Cortes. "Estaba listo para ser enviado al Pleno para votar su aprobación, la comisión de Hacienda en que se debatió el proyecto aprobó todas las enmiendas que introdujo Fidex para equiparar el tratamiento de los trabajos intelectuales de ingeniería al que ya reciben en la Ley de Contratos del Sector Público", explica el director general, Fernando Argüello. Es decir, que ese tipo de trabajos no puede ser sometido a subasta porque el precio no es la variable clave, sino la calidad de la oferta, según Bruselas.
Mientras que la citada Ley de Contratos del Sector Público entró en vigor el año pasado ya reformulada atendiendo una directiva europea de febrero de 2014, la ley española de sectores especiales (Excluidos, en la terminología europea) sigue sin adaptarse tras quedar a las puertas de poder votarse en el Congreso. Uno de esos sectores es el transporte. Aunque Argüello discrepa también de que Aena pueda ser incluida en este epígrafe: "Aena gestiona infraestructuras de transporte, pero no es una empresa transportista como tal. Y sus licitaciones no deberían estar reguladas como las de las empresa de transporte públicas".
La vigencia de esa ley de 2007 que regula la contratación pública en esos sectores especiales es lo que ha impedido hasta ahora que prospere el envite legal de Fidex y la también patronal Tecniberia contra Aena a cuenta de unos proyectos de ingeniería en Barajas, El Prat y Palma de Mallorca, como informó El Confidencial. Y a ese resquicio se agarra Aena, participada en un 51% por el Estado y por ello sujeta a las normas de contratación pública, para seguir subastando. La empresa, que ya explicó a este medio que las subastas se producen tras estrictas cribas previas que evalúan la calidad de las ofertas, dejaría de verse afectada por esta legislación en cuanto el peso del Estado dejara de ser mayoritario.
El artículo 49 de la ley de 2007 establece: "Las entidades contratantes podrán decidir que se efectúe una subasta electrónica previa a la adjudicación de un contrato cuando el pliego de condiciones de dicho contrato pueda establecerse de manera precisa". Y en el proceso de tramitación de la nueva ley que la sustituirá para adaptarse a Bruselas, Aena alegaba el fuerte peso de accionistas privados para defender el método de subasta electrónica, según Argüello. Los diputados optaron por incluir los argumentos de las ingenierías y es ya solo cuestión de tiempo, el que tarde en llegar al Congreso el proyecto de ley, que el gestor de los aeropuertos españoles que preside Maurici Lucena ya no pueda subastar más proyectos de ingeniería.
Los vaivenes políticos de los últimos años, que han derivado en una actividad legislativa igualmente convulsa, han dejado en el tintero múltiples asuntos de un segundo o tercer nivel. Uno de ellos, relativo a la plena adaptación de toda la legislación española de contratación pública a la normativa europea, es el que aún permite a Aena utilizar la subasta electrónica sin límite tanto para adjudicar proyectos de ingeniería como de construcción. Tras mostrar su desacuerdo algunas empresas constructoras por el mantenimiento de este método, introducido en 2015, para adjudicar las primeras grandes obras de renovación de terminales este año, ahora son los ingenieros quienes vuelven a levantar la voz.