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Reunión entre los presidentes de Sabadell y Deutsche, dos amigos banqueros en apuros
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ENTRE OLIU Y RODRÍGUEZ PINA

Reunión entre los presidentes de Sabadell y Deutsche, dos amigos banqueros en apuros

Josep Oliu y Antonio Rodríguez Pina han mantenido recientemente un encuentro privado para analizar la situación de los dos bancos, que cotizan en mínimos históricos

Foto: El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu. (EFE)
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu. (EFE)

Josep Oliu está pasando posiblemente uno de los peores momentos desde que en 1999 sustituyó a su padre como presidente de Banco Sabadell. La pasada junta general de accionistas celebrada en Alicante hace ahora ocho días fue un calvario, pese a que consiguió que los inversores aprobasen con gran respaldo todos los puntos del orden del día. La caída en bolsa hasta los mínimos de su relativamente corta historia bursátil —debutó en 2001 a 21 euros por títulos— le ha puesto en tal apuro que en la reunión previa con periodistas envió mensajes confusos sobre si la entidad participaría en una fusión.

Además, atacó a los analistas, en especial a Marta Sánchez Romero, la experta del sector de Bank of America Merrill Lynch, a la que llamó "sabia", al señalar que todos aquellos que pronostican que el banco necesita una ampliación de capital están totalmente equivocados. "Perdónales, Señor, porque no saben lo que dicen", afirmó el banquero sobre la directiva del banco estadounidense, que ahora lleva un tiempo advirtiendo de las debilidades de la entidad catalana. Sánchez corrigió posteriormente el citado informe del Sabadell al habar cometido un error de cálculo de 1.000 millones de euros por el posible impacto de la sentencia del IRPH.

Foto: Oficina de Commerzbank (Reuters)

En el Sabadell, que sufre el marcaje de cerca del Banco Central Europeo (BCE), consideran que esta situación es transitoria, motivada por la gestión con el TSB inglés. Confían en que con las ventas de sus inmobiliarias y de otros activos no estratégicos, el mercado reconocerá en un par de trimestres que su nuevo plan estratégico dará sus frutos. Es decir, que hasta después del verano no esperan muchas alegrías bursátiles, pero que después el banco recuperará el pulso y que cotizará a unos niveles más razonables. De momento, vale menos que Bankinter, que tiene la mitad de su balance.

Un tiempo que Oliu no sabe si tiene, dado el valor actual de sus acciones, por debajo del euro, si alguna entidad rival se aprovecha y se abalanza sobre su capital sin pedir permiso. A diferencia de hasta hace un par de años, el grupo nacido en el seno de la burguesía catalana ya no tiene un núcleo duro con el que defenderse. Aquel consorcio formado en 2006 por los dueños de Planeta, de Mango, de Pinturas Titán y Porcelanosa, que llegó a tener el 12% del capital, dimitió de forma progresiva y muy escocidos con pérdidas de más de 1.000 millones de euros, el 80% de lo invertido.

Aunque la filial española de Deutsche Bank nunca ha dado problemas, la matriz germana está viviendo los peores momentos de su historia

Ante esta borrasca que no escampa, Oliu ha buscado consejo en Antonio Rodríguez Pina, presidente de Deutsche Bank en España y uno de los banqueros de inversión con más prestigio tras más de treinta años de carrera profesional. Según han asegurado fuentes del sector, ambas primeras espadas han mantenido recientemente una reunión para hablar de la situación del banco español y de qué alternativas pudiera haber para levantar el ánimo en bolsa de una entidad que siempre ha sido cazadora —adquirió Natwest, el Herrero, el Atlántico, el Urquijo, el Guipuzcoano y la CAM, esta última por un euro y con un paraguas de 5.000 millones en ayudas públicas— y que ahora tiene muchos números para ser presa.

Rodríguez Pina no está para tirar cohetes. Aunque la filial española de Deutsche Bank nunca ha dado problemas —es el único banco extranjero que aún mantiene una red amplía de sucursales— la matriz germana está viviendo desde hace varios años los peores momentos de su historia. El gran grupo financiero de la mayor economía de Europa ha visto hundirse su cotización y su prestigio hasta el punto de que en estos momentos se habla de una fusión con Commerzbank para tapar las carencias de ambos antiguos transatlánticos. Vale hoy en día menos que Caixabank, que no deja de ser el tercer banco de España, tras haber perdido el 90% de su valor durante la última década.

placeholder La matriz alemana de Deutsche Bank está viviendo algunos de los peores años de su historia. (Reuters)
La matriz alemana de Deutsche Bank está viviendo algunos de los peores años de su historia. (Reuters)

Los problemas en Fráncfort han salpicado el negocio en España, que fue puesto en venta un par de veces con escaso éxito y muchos dolores de cabeza para el propio Rodríguez Pina. El banquero tuvo que salir a dar explicaciones a sus más de 2.000 empleados y a sus grandes clientes corporativos, el verdadero negocio del Deutsche, a los que les costó entender como una entidad de tal calibre, con ejecutivos tan duchos en el mundo de las fusiones y adquisiciones, con consejos y asesoramiento para todos, podía pasar por tales apreturas.

Desde el Sabadell admiten el encuentro, pero matizan que se ha debido a la amistad que se tienen mutuamente. Rodríguez Pina ha sido el banquero de cabecera de la entidad catalana en sus últimos movimientos corporativos, pero en el banco niegan que el Sabadell le haya dado ningún tipo de mandato oficial a Deutsche Bank. Insisten en que se ha tratado de una comida entre amigos. Dos buenos amigos que han pasado por mejores momentos.

Josep Oliu está pasando posiblemente uno de los peores momentos desde que en 1999 sustituyó a su padre como presidente de Banco Sabadell. La pasada junta general de accionistas celebrada en Alicante hace ahora ocho días fue un calvario, pese a que consiguió que los inversores aprobasen con gran respaldo todos los puntos del orden del día. La caída en bolsa hasta los mínimos de su relativamente corta historia bursátil —debutó en 2001 a 21 euros por títulos— le ha puesto en tal apuro que en la reunión previa con periodistas envió mensajes confusos sobre si la entidad participaría en una fusión.

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