Sareb avisa: en la mitad del país el precio de la vivienda sigue en senda negativa
La entidad presidida por Jaime Echegoyen, que cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 878 millones, admite que no ganará en los próximos años...,y puede que nunca
Sareb cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 878 millones, números rojos que la compañía achaca a la fuerte competencia del mercado institucional, con toda la gran banca vendiendo su ladrillo tóxico; al tímido, pero paulatino, empeoramiento de la situación económica; y a la crisis inmobiliaria que sigue sufriendo gran parte del país, cuya realidad dista mucho de lo que se percibe en las grandes capitales.
"En 21 de las provincias donde estamos presentes, los precios, lejos de mejorar, todavía siguen una senda de empeoramiento respecto del pasado", ha señalado Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, tomando como referencia la propia experiencia de su entidad. A pesar de ello, la compañía ha conseguido vender 21.152 inmuebles en 2018, la cifra más alta de su historia; y disparar un 19% los ingresos por gestión de inmuebles, hasta 1.400 millones.
Sin embargo, los ingresos de la cartera de préstamos cayeron un 16%, hasta 2.208 millones, lo que hizo que los ingresos totales de la sociedad se recortaran un 5%, hasta 3.650 millones. Ademas, el margen bruto de los activos financieros se contrajo un 41%; mientras que el de la gestión de inmuebles apenas creció un 2%, debido, precisamente, al deprimido mercado inmobiliario que sigue habiendo en gran parte del país.
"A veces, tenemos que bajar los precios para que el mercado compre lo que queremos vender, porque, si no, a lo mejor no podemos vender todo lo que queremos en Castellón, o en Murcia o en Tarragona", añade Echegoyen a modo de ejemplo ilustrativo de por qué apenas ha crecido el margen, y de la diferente realidad que se vive en Madrid y Barcelona de otros muchos puntos de España, en los que tiene gran parte de su cartera Sareb.
Además, en el caso concreto de la entidad, ésta juega con la desventaja de que los bancos le traspasaron los activos a un precio muy superior al actual, o al que están comprando ahora los fondos. "El precio al que nosotros compramos en su día, no tiene nada que ver con el precio al que ellos han comprado", se ha lamentado Echegoyen, que ha querido recordar que Sareb tuvo que adquirir los activos a la banca a un precio ya fijado por razones de causa mayor.
"Una compañía como esta es una pecera en la que se metieron unos peces, agua, una casita y se cerró con silicona. Pero nunca ha entrado nada nuevo", ha recordado Echegoyen, que en reiteradas ocasiones ha destacado el precio al que se obligó a Sareb a comprar y las consecuencias que está pagando ahora la sociedad.
No obstante, el principal responsable de los números rojos de este año de la entidad son los costes financieros, que se han situado en 658 millones, 117 millones más que un año antes. Este incremento responde, en 90 millones, a un apunte contable extraordinario que se revertirá el próximo ejercicio, lo que no evitará que esta línea de la cuenta de resultados continúe en rojo en 2020.
El origen del problema está en el derivado que firmó la anterior presidenta, Belén Romana, en 2013 para cubrirse ante una eventual subida de tipos. Pero como éstos se movieron en el terreno justo contrario, Sareb ha tenido que pagar cifras millonarias, superiores a 1.000 millones en el pasado, y que actuamente superan los 500 millones anuales.
Esto, unido al creciente número de las inversiones en mejora y transformación de los activos que ha decidido llevar a cabo Sareb para poner en valor su patrimonio inmobiliario (221 millones el pasado ejercicio) conllevan que la entidad seguirá moviéndose en pérdidas los próximos años.
"Nosotros trabajamos para ganar dinero, pero será difícil que lo ganemos. No estamos aquí para eso, estamos aquí para resolver un problema en origen y, lo que nos preocupa, y nos ocupa, es que se nos dejen hacer", ha señalado Echegoyen, que también ha querido contextualizar para qué se creó Sareb (evitar la quiebra del sistema financiero) y cómo debe analizarse su papel: "Imaginaros que un día os levantáis y véis que Sareb gana 3.000 millones, significa que alguien hizo algo mal en el pasado".
Sareb cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 878 millones, números rojos que la compañía achaca a la fuerte competencia del mercado institucional, con toda la gran banca vendiendo su ladrillo tóxico; al tímido, pero paulatino, empeoramiento de la situación económica; y a la crisis inmobiliaria que sigue sufriendo gran parte del país, cuya realidad dista mucho de lo que se percibe en las grandes capitales.
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