¡Todos contra Uría! Claves del fichaje de Soraya y tres avisos inmobiliarios

Es el referente jurídico en el mundo de los negocios en España. La impronta de Uría Menéndez sigue siendo imbatible para el resto de firmas que aspiran a ocupar su lugar en los grandes asuntos del Ibex 35. Algunas, incluso, han visto cómo su distancia con el despacho comandado hasta hace días por Luis de Carlos, lejos de menguar, se ha ido ampliando. Hablamos, en concreto, de Cuatrecasas, cuyo fichaje de campanillas —nada menos que Soraya Sáenz de Santamaría— lo ha convertido en protagonista informativo de la semana.

La vicepresidenta del Gobierno durante más de siete años, dicen que la mujer con más poder (y mandona) en España durante ese tiempo, aterriza en el sector privado como socia de Mercantil y consejera de la firma. Una abogada del Estado con mucho oficio político, pocos hay con su bagaje en la cosa pública, pero sin callo en el mundo corporativo, llega a una firma de socios por la puerta grande, aunque en una casa en plena mudanza en su cúpula, por lo que “será una más, muy distinguida, pero una más”, explica el socio de otra firma.

El reto y la exigencia son grandes. De hecho, en Cuatrecasas hay cierta urgencia por corregir dinámicas. En los últimos años, el despacho fundado por Emilio Cuatrecasas ha sufrido algunas bajas relevantes en ese flanco, donde Uría Menéndez marca el paso. La más sonada fue la de Fernando Torrente para volver al 'top' británico Allen & Overy, a la que siguió luego la de otros tres socios, Javier Carvajal, Alfredo Lafita y Pedro Fernández, estos rumbo al despacho Pérez Llorca, una de las firmas españolas con más empuje.

Durante semanas, hubo quien especuló con la posibilidad de que Sáenz de Santamaría recalara en el Ibex. Era ruido malintencionado, aunque no muy desviado. La exvicepresidenta, que solo obtenía ingresos mileuristas como asesora del Consejo de Estado, ha dejado con un palmo de narices a quienes apostaron por que guardaría luto profesional durante dos años para evitar cualquier posible incompatibilidad. Ahora pondrá a trabajar sus capacidades como jurista y su nutrida agenda antes de que se apolille al servicio de Cuatrecasas.

“Es una jugada de riesgo”, explican desde el servicio jurídico de una cotizada. “Primero, porque dentro los socios de carrera van a exigir resultados casi desde el primer día. Y segundo, porque España es un país que entierra muy mal a sus políticos, como dijo Rubalcaba. Una vez que pasas a ex, ya no te cogen ni el abrigo. Sería mezquino cuestionar su valía, pero respecto a la influencia, conviene relativizar, pues no olvidemos que la han rechazado los suyos y que es muy probable que en el país sigan mandando los otros”.

“Los despachos más grandes suelen ser los más políticos”, afirma un abogado del Estado próximo a la exvicepresidenta, por lo que en el contexto de Cuatrecasas, como en otros similares, “este fichaje no es tan raro”. Además, “no llevará asuntos de toga, su trabajo será más de gestión, organización y temas de cumplimiento normativo”. Otra cosa es saber cuánto tiene de definitiva esta decisión, subraya su compañero de carrera, pues falta por saber cómo afectará al liderazgo de Pablo Casado en el PP el inminente futuro electoral.

Permite a Cuatrecasas apuntalar su imagen como despacho nacional, con Madrid como oficina principal, aunque ya lo fuera

Mientras eso se resuelve, Soraya ha preferido no esperar. La negociación se llevó con el mayor de los secretos por parte de Rafael Fontana, hasta ahora primer ejecutivo de Cuatrecasas, y solo estaban al corriente unos pocos, como el socio director, Jorge Badía, candidato a nuevo consejero delegado. Una prudencia lógica y hasta necesaria, pues la tensión en el despacho durante el conflicto catalán hace un año provocó heridas internas en socios que se habrían opuesto al fichaje.

En este contexto, y más allá de los clientes que logre, el fichaje de la ‘vice’ permite a Cuatrecasas apuntalar su imagen como despacho nacional (ibérico), con Madrid como oficina principal (aunque ya lo fuera), un paso que, mientras estuvo Emilio Cuatrecasas al frente, fue imposible consolidar, pues Barcelona seguía siendo principio y fin, dando pie a tensiones internas de todo tipo por oportunidades perdidas, duplicidades… Y mientras todo esto ocurría, Uría Menéndez seguía a lo suyo, sentado a las puertas del Ibex preparando su transición tranquila.

Neinor sigue bajo lupa

Juan Velayos va con la lengua fuera. El consejero delegado ha cumplido los objetivos para 2018 por los pelos y el año presente promete ser igual o más intenso. Ayuda poco el hecho de que la cotización de la compañía esté en mínimos desde el debut en bolsa y que la sombra de un cambio estratégico siga planeando en caso de una nueva revisión de objetivos. De momento, el nuevo consejero independiente (Andreas Segal) es un directivo alemán especializado en promoción residencial para alquiler.

Cerberus tiene prisa

Su continuidad en Haya Real Estate hace tiempo que entró en los minutos de descuento. Más aún cuando Sareb, su principal cliente, se ha decidido por fin a revisar el perverso modelo comercial con los ‘servicers’. El fondo Cerberus prefiere salir de ese negocio —menos comisiones, más volumen— y dedicar sus esfuerzos a maximizar el resto de inversiones ‘inmobiliarias’ en nuestro país, para lo que sigue tratando de armar equipo contra reloj. Hay prisa por dar buenos números a la hoja de Excel.

Merlin amplía el foco

Tras una carrera frenética de crecimiento en cinco años, la reina de las socimis entra en nueva fase. Merlin Properties, como el resto de patrimonialistas, celebra que los tipos sigan congelados. Sin embargo, la compañía liderada por Ismael Clemente, además de poner a funcionar algunas de sus últimas inversiones (Adequa), entra en la fase de comenzar a rotar su cartera de activos. Al menos, esa es la apuesta del mercado, que empieza a tomar posiciones para cuando llegue ese momento.