El banquero de Goldman en la cocina del asedio a DIA... y de algo más
Mikhail Fridman, el magnate ruso que quiere hacerse con el control del grupo de supermercados, ha contado como asesor principal con un tiburón de colmillo afilado
Como la velocidad que le caracteriza, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha puesto a investigar los movimientos de Goldman Sachs sobre la cotización de Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA). El anuncio, como pasó en el caso de Banco Popular, lo hizo esta semana después de que la cotización de la compañía de supermercados se hundiera un 90% el pasado año. Una acción que fue toda una merienda para inversores caníbales con capacidad de tumbar el valor con posiciones cortas, tipo fondos buitres, o agresivos departamentos de 'trading', como el del banco de inversión estadounidense.
El organismo regulador, cuya falta de medios ha sido denunciada por expresidentes hace casi dos décadas, está técnicamente mermado para poder seguir en tiempo real el rastro de operaciones bursátiles que se hacen en cuestión de segundos, con estructuras financieras complejas y desde sociedades tendentes a la opacidad. La CNMV poco tiene que hacer por mucho que su nuevo casero, Sebastián 'Tano' Albella, le ponga la mejor voluntad del mundo. Sobre todo si, como el caso de DIA, en la cocina de esta guerra, está un profesional del riesgo como Edward Eisler, socio de Mikhail Fridman, el magnate ruso dueño el 29% de la cadena, que ha iniciado una guerra total contra el consejo de administración con el objetivo de salvar al grupo y quedárselo a precio de saldo.
¿Y quién es el tal Ed, como se le conoce en la industria financiera? En España, un desconocido. En Grecia, un hombre del que tener cuidado. En Londres, un bróker de enorme éxito. ¿Por qué? Porque la división de valores de Goldman Sachs ayudó supuestamente a los gobiernos de Atenas a maquillar sus cuentas con fórmulas mágicas con el objetivo principal de que la Comisión Europea nunca detectase que el país estaba en una bancarrota. El banco estadounidense se puso las botas en comisiones, que fueron de cientos de millones. Un negocio redondo que puso al Viejo Continente al borde de la ruptura tras una crisis sin precedentes desde la creación de la Unión Europea.
¿Y qué tiene que ver este señor con la tormenta de DIA, donde miles de inversores han perdido hasta la camisa? Por un lado, Eisler era el codirector de la división de valores de Goldman Sachs donde trabajó casi veinte años. Durante este tiempo fue director Global de Macro Trading y codirector de Mercados Emergentes, codirector Global de Valores División. Cuando abandonó la institución americana, montó un 'hedge fund' y posteriormente una sociedad de inversión de gran éxito.
Pero, al mismo tiempo, fue nombrado presidente no ejecutivo de LetterOne Tresaury, la división de capital riesgo del fondo dirigido por Fridman. Esiler jugó este rol en LetterOne hasta el pasado diciembre, momento en el que de repente desapareció de la cúpula directiva del fondo londinense con domicilio en Luxemburgo. Aunque la cara visible del multimillonario ruso es Stephan DuCharme, quien ya estuvo en el consejo de administración de DIA y es el encargado de defender las bondades de su propuesta contra la del equipo gestor, del que ha dependido toda la estructura ha sido de Eisler.
Goldman Sachs ha jugado con la cotización de DIA como un malabarista con una cesta de naranjas
El propio DuCharme, a preguntas de El Confidencial, ha admitido que el departamento de LetterOne Treasury fue el encargado de buscar el dinero para ir invirtiendo poco a poco en DIA hasta tener el 29% del capital actual. De su cartera colgaba dicha participación. Pero matiza que Eisler ya no trabaja para el fondo y que su papel era de 'chairman' o presidente sin funciones ejecutivas. Además, sostiene que el desplome de DIA es fruto únicamente de la mala gestión de sus últimos directivos. Otras fuentes aseguran que el rol de este banquero ha sido muy relevante.
Lo cierto es que Goldman ha jugado con la cotización de DIA como un malabarista con una cesta de naranjas. Ha entrado y salido en repetidas ocasiones, Ha comprado y ha vendido sin aparente sentido. Se ha puesto corto y largo con productos derivados indescifrables para el pequeño accionista, que ni lo ha olido. Ha pasado de tener más del 5% a quedarse en el 0,1% de un día para otro.
Y, resulta que, como adelantó este medio, el 5 de febrero, Goldman Sachs es oficialmente el asesor de LetterOne y su financiador. Todo ello sin que la CNMV sospechase nada o, si lo hizo, no pudiese corroborar este potencial conflicto de interés. Lo tiene difícil pero, por si acaso, se ha puesto exquisita. Hasta el punto de que, en un hecho insólito, ha comunicado que admite a trámite el estudio de la OPA del fondo ruso. El mero anuncio, que es un trámite formal y que no vincula en absoluto al organismo a la hora de aceptar o rechazar la oferta, hizo que este viernes se disparase la cotización. Las acciones de DIA llegaron a subir un 12%, si bien cerraron con un avance del 6%.
Sin embargo, el papel del banco será aún más relevante para tumbar la propuesta del consejo para salvar a la compañía con una ampliación de capital de 600 millones tras alcanzar un acuerdo con los acreedores. Se da por hecho que Goldman, que cuenta de nuevo con el 4,27% de DIA para juguetear con la cotización, votará en contra del plan del equipo gestor y a favor de Fridman. 'Alea iacta est'.
Como la velocidad que le caracteriza, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha puesto a investigar los movimientos de Goldman Sachs sobre la cotización de Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA). El anuncio, como pasó en el caso de Banco Popular, lo hizo esta semana después de que la cotización de la compañía de supermercados se hundiera un 90% el pasado año. Una acción que fue toda una merienda para inversores caníbales con capacidad de tumbar el valor con posiciones cortas, tipo fondos buitres, o agresivos departamentos de 'trading', como el del banco de inversión estadounidense.