Los investigadores de Las Cruces dijeron en 2017 que la mina resistiría un terremoto
La minera construyó hace un año una balsa para seguir explotando hasta 2021. El informe del impacto de ese depósito en la parte de la corta colapsada lo firmaron quienes investigan hoy el incidente
Cobre Las Cruces, la mayor mina de cobre de España y la más grande a cielo abierto de este metal en Europa, explicó la semana pasada que estaba investigando la posible incidencia de un terremoto en el gran derrumbe ocurrido el pasado 23 de enero. Es una de las vías de trabajo, no la única. Se trata de un sismo de 3,9 grados localizado a 470 kilómetros de la mina, en medio del Atlántico más allá del Cabo de San Vicente, según la información del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Se produjo a las 05:17, trece minutos antes del derrumbe. Fuentes del IGN señalan que no se sintió en Sevilla: ni saltó ningún acelerógrafo (mide la velocidad de movimiento del terreno) ni ningún ciudadano envió informe al organismo.
Sin embargo, los dos profesores de la Universidad Politécnica de Madrid —Ricardo Laín y José Galera— que están liderando la investigación sobre el derrumbe tras ser contratados por CLC, ya analizaron a finales de 2017 la posibilidad de que la mina sufriera el impacto de un terremoto. Ellos fueron quienes hicieron el estudio de impacto de una nueva balsa sobre la estabilidad de la mina. Y en él decían que tras la construcción de esa balsa, la parte norte de la corta minera de 245 metros —que es la zona que se ha derrumbado— podría resistir sobradamente un "sismo máximo", un gran terremoto, a tenor de los cálculos que utilizaron. Proyectaron que aguantaría un sismo de 0,89g, siendo esta la medida de velocidad de movimiento del terreno y que correspondería a un terremoto muy potente y relativamente cercano (aunque no hay una equivalencia con la escala de Richter, que mide la magnitud del sismo en su epicentro).
Todo ello según la documentación que a finales de 2017 la Junta de Andalucía sacó a consulta pública para poder presentar alegaciones al proyecto que presentó Las Cruces. La mina justificó la necesidad de esa nueva balsa para poder seguir explotando la corta minera hasta el final previsto en 2021. El contenido de ese informe choca frontalmente con que se apunte a ese lejano movimiento sísmico como elemento que colaboró al gran derrumbe de 9 millones de metros cúbicos de tierra. Aproximadamente la mitad de la nueva balsa que se construyó se ha visto ahora afectada por el derrumbe.
El citado informe, denominado 'Revisión de los estudios de estabilidad de las escombreras de Cobre Las Cruces y de su afección a los taludes de la corta', tuvo además una tramitación, como poco, curiosa. Encargado inicialmente por CLC al organismo público Cedex (Centro de Experimentación en Obras Públicas, adscrito al Ministerio de Fomento), el documento inicialmente presentado por la mina no fue aceptado por la Junta. El motivo era que no incluía todas las exigencias que le planteó la dirección general de Minas de la Junta para autorizar la construcción de esa balsa y permitir la reutilización de otra ya existente desde 2008.
La Junta eligió al Cedex
Por eso, en marzo de 2017, el Gobierno andaluz solicitó a Las Cruces que "en dicho estudio del Cedex se debe tener presente y añadir las modificaciones propuestas por la empresa en referencia a las instalaciones de IEM e IET y su influencia en la estabilidad de la corta minera". IEM e IET son los nombres técnicos de la nueva balsa y de la que se iba a reutilizar para otros fines. La resolución de la Junta recalcaba que el informe presentado solo se refería a la escombrera sur, y no a la norte —que es la que ha colapsado y junto a la que se ubicaban las balsas—. Sin embargo, no fue el Cedex quien hizo esa ampliación del estudio que él mismo había hecho. Se trató de la Universidad Politécnica de Madrid, a través de los citados profesores Laín Huerta y Galera. Este último controla la empresa Subterra, que realizó parte del trabajo técnico recogido en la propuesta de la empresa.
El Cedex declinó la petición de ampliar el informe, como le solicitó Las Cruces, porque en el plazo de tres meses que daba la Junta no tenía disponible personal técnico. La empresa decidió apoyarse en otro organismo público, la Escuela de Ingenieros de Minas de la UPM, para dar cumplimiento al requerimiento de la Junta. Consultada CLC por todos estos hechos, no contesta detalladamente sobre cada uno. "Desde Cobre Las Cruces consideramos que lo oportuno y prudente en estos momentos es esperar a que los distintos expertos independientes que están participando en esta investigación finalicen sus estudios, sin perjuicio de que se puedan realizar otros análisis adicionales, antes de plantear conclusiones al respecto".
La Junta, abierta a solicitar informes adicionales si con los que entregue la empresa no queda claro lo ocurrido en torno al derrumbe
La compañía, filial del grupo cotizado canadiense First Quantum, reconoce que todos estos elementos "están actualmente en estudio dentro de la investigación abierta por Cobre Las Cruces sobre las causas y circunstancias del deslizamiento, que continúa desarrollándose".
Por su parte, la consejería de Hacienda e Industria de la Junta señala que la valoración sobre lo ocurrido en torno al derrumbe "se realizará una vez se analice el informe que ha de presentar la empresa, en el que se reflejen las posibles causas y, en su caso, del resto de informes que se estimen necesarios para aclarar las causas del incidente. Entendemos que es aún prematuro concluir que el sismo haya contribuido al incidente". Y respecto a que fuera la UPM, y no el Cedex, el ente que amplió el informe sobre las balsas, la secretaría general de Industria, Energía y Minas defiende que la Escuela de Ingenieros de Minas de la universidad madrileña "es una entidad pública, cuyos técnicos tienen experiencia y prestigio nacional e internacional en el ámbito geotécnico, contando además con un conocimiento exhaustivo de la Faja Pirítica". La faja es el área del norte de las provincias de Córdoba, Sevilla, Huelva y abarca también parte del sur de Badajoz y entra en Portugal.
Respecto a la fiabilidad del informe que presenten CLC sobre el colapso, habida cuenta de la relación previa de sus autores con la compañía minera, el Ejecutivo regional "considerará la solicitud de aquellos informes adicionales que sean necesarios para clarificar las causas del incidente, tras el análisis de la documentación definitiva que presente la empresa". Hasta ahora, desde CLC se está manteniendo una interlocución con sus responsables técnicos de primer nivel, tanto en España como en Canadá, y la voluntad de la compañía es reconducir el incidente, seguir explotando hasta 2021 la parte de la corta aún operable y mantener el proyecto de ampliación a 2034, como ya publicó este medio hace unos días.
Cobre Las Cruces, la mayor mina de cobre de España y la más grande a cielo abierto de este metal en Europa, explicó la semana pasada que estaba investigando la posible incidencia de un terremoto en el gran derrumbe ocurrido el pasado 23 de enero. Es una de las vías de trabajo, no la única. Se trata de un sismo de 3,9 grados localizado a 470 kilómetros de la mina, en medio del Atlántico más allá del Cabo de San Vicente, según la información del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Se produjo a las 05:17, trece minutos antes del derrumbe. Fuentes del IGN señalan que no se sintió en Sevilla: ni saltó ningún acelerógrafo (mide la velocidad de movimiento del terreno) ni ningún ciudadano envió informe al organismo.
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