¿Qué le pasa a Duty Free? Sus tiendas crecen al ritmo más bajo en cinco años
Las ventas de Duty Free no suben al mismo ritmo que las de los restaurantes, parkings, servicios VIP o demás tiendas del aeropuerto, todas ellas con crecimientos a doble dígito
Los Duty Free no van mal, pero sus vecinos lo hacen mejor. Los ingresos de las tiendas más famosas del aeropuerto han crecido en 2018 al 2,9%, un ritmo muy inferior al de los restaurantes (+14,3%), los aparcamientos (+8,9%), los servicios VIP (+56,5%) o el resto de comercios (+16,1%) de sectores tan variados como moda, complementos, alimentación, productos típicos o maletas.
La comparativa tampoco es favorable si se compara con las generosas subidas de los últimos años. Los comercios Duty Free crecieron un 8,4% en 2017 frente al 13,6% de 2016 o el 34,3% de 2015, unos porcentajes que nada tienen que ver con el del año pasado. La ralentización es evidente.
Con todo, Duty Free tiene un peso del 27,7% en los ingresos comerciales de Aena —que incluyen las rentas mínimas garantizadas devengadas por contrato—, por encima de todos los demás formatos. ¿A qué se debe su traspiés, entonces? "A diferencia de otros establecimientos, la oferta comercial de Duty Free es siempre la misma: Marlboro, Toblerone o J&B: tabaco, chocolate y alcohol. Si quieres cosméticos o 'souvenirs', tienes muchas otras tiendas especializadas con un mayor 'portfolio' de marcas en el propio aeropuerto", opina Marcos Álvarez, consultor independiente de retail.
Eso sin contar con los precios. Antes era habitual que los viajeros aprovechasen la espera en el aeropuerto para comprar perfumes caros libres de impuestos. "Ahora los encuentras a precio de saldo en cadenas baratas como Primor, así que desaparece la ventaja competitiva de Duty Free", añade el también autor del libro 'Retail Thinking: innovación y creatividad para crecer en ventas'. Álvarez destaca la reorganización comercial de Aena para potenciar de ese formato, obligando a los pasajeros a atravesar ese tipo de tiendas para acceder a la puerta de embarque.
De hecho, el gestor aeroportuario ha puesto en marcha un plan de acción para mejorar el rendimiento comercial de Duty Free y definir una estrategia de cara a la renovación de su contrato en 2020, actualmente en manos de la suiza Dufry. Los planes pasan por reubicar o expandir los espacios comerciales o dividir los contratos en más lotes, si bien Maurici Lucena no dio muchos más detalles en la 'call' con analistas del pasado miércoles. "Debemos ser muy prudentes (…) Estamos analizando todas las opciones", matizó el consejero delegado de Aena.
"El negocio de los Duty Free está condicionado por la situación económica, las nuevas tendencias de consumo [como el e-commerce], las necesidades de los pasajeros y retos estratégicos como el Brexit. El objetivo es aumentar la competencia con otros operadores europeos como Lagardère o Heinemman", añadió Lucena.
Otro de los propósitos de año nuevo es renovar la oferta comercial de tiendas y restaurantes para los contratos que vencen en 2019, detalla Aena en su informe anual. Los 48 aeropuertos de la empresa pública albergan marcas de moda y complementos como Adolfo Domínguez, Massimo Dutti, Scalpers, Parfois, Zara, Victoria Secret, Burberry, Carolina Herrera o Boss, así como tiendas de alimentación como Chocolat Factory o Enrique Tomás.
Se suman los comercios de 'souvenirs', estancos, farmacias, deportes, electrónica o conveniencia. Todas las tiendas en su conjunto —al margen de Duty Free— elevaron los ingresos un 16,1% el año pasado, hasta los 106 millones de euros. Algo parecido sucede con la hostelería (+14,3% hasta los 200 millones de euros), uno de los segmentos más dinámicos del mercado español. Urban Grill, Rodilla, Mahou Sports Bar, Starbucks o Burger King son algunas de las cadenas de restauración con presencia en los aeropuertos españoles.
Mención aparte merecen los servicios VIP (salas de descanso, 'fast-track' o embarque rápido, etc.), cuyos ingresos se han disparado un 56,5% frente a la subida del 8,9% en aparcamientos o del 2,3% en alquiler de vehículos.
El plan de choque de Aena con los Duty Free coincide con unas previsiones de tráfico aéreo menos halagüeñas en 2019. El gestor aeroportuario espera un aumento no superior al 2%, en contraste con la subida del 5,8% registrada en 2018 —hasta los 263,8 millones de pasajeros—. Madrid-Barajas (+8,4%) y Barcelona-El Prat (+6,1%) lideraron el crecimiento, a gran distancia de los aeropuertos de las Islas Canarias (+2,8%). Este último grupo incluso sufrió una caída del 3,3% en viajeros internacionales, una tendencia que puede ir a peor este año por la fuga a otros destinos como Turquía o Túnez.
Los Duty Free no van mal, pero sus vecinos lo hacen mejor. Los ingresos de las tiendas más famosas del aeropuerto han crecido en 2018 al 2,9%, un ritmo muy inferior al de los restaurantes (+14,3%), los aparcamientos (+8,9%), los servicios VIP (+56,5%) o el resto de comercios (+16,1%) de sectores tan variados como moda, complementos, alimentación, productos típicos o maletas.
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