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El accionista 'outsider' de DIA, un 'cruyffista' rico y amante del buen vivir catalán
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gregoire bontoux halley, dueño del 3%

El accionista 'outsider' de DIA, un 'cruyffista' rico y amante del buen vivir catalán

El órgano de gobierno de DIA se enteró ayer por burofax de la presencia en su capital de este hombre de 52 años, millonario por castigo

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Tres semanas después de que El Confidencial publicase que Gregoire Bontoux Halley había puesto sus ojos en la tormenta de Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA), el heredero del imperio Carrefour afloró este jueves que ya tiene el 3,24% del capital de la compañía de supermercados, junto con dos pequeños inversores. Esta participación minoritaria tiene por sí sola poco valor, más allá del beneficio especulativo de la lucha de poder entre el consejo de administración de DIA y LetterOne, el fondo dirigido por Mikhail Fridman, pero puede ganar músculo y tener mucho peso si engorda hasta el 10%.

El órgano de gobierno de DIA se enteró ayer por burofax de la presencia en su capital de este hombre de 52 años, millonario por castigo. Un método poco habitual si las intenciones fueran apoyar las decisiones de la cúpula, por lo que su comunicación ha activado las alarmas de los que se temen que Fridman, dueño del 29% del capital, tiene ya a varios infiltrados —Goldman Sachs es el principal sospechoso— para tumbar las pretensiones del actual equipo directivo.

Foto: El magnate ruso Mikhail Fridman. (Reuters)

¿Pero quién es en realidad Gregoire Bontoux Halley? ¿De dónde saca el dinero para emerger como un accionista de referencia de DIA? ¿Qué pretende con la toma del 3,2%? Y, lo más importante, ¿de qué bando está en esta batalla? Las respuestas no son sencillas, porque Bontoux Halley es un hombre de perfil bajo, alejado de las fotos públicas, preocupado hasta el límite por su intimidad. Pero, pese a su discreción, en la compañía se han puesto a rastrear sus movimientos más recientes y han dado con una descripción más o menos aproximada.

Nacido en 1967 en Neuilly-sur-Seine (Francia), Bontoux es hijo y nieto de la familia fundadora del grupo de supermercados que en su día dio origen a Carrefour tras la fusión entre Pryca y Continente. Por tanto, es heredero de una gran fortuna familiar que ha invertido en todo tipo de activos. Algunos, para mover su dinero con fines puramente financieros. Otros, para uso y disfrute, como el último que adquirió en Barcelona, lugar de residencia que combina con su casa de lujo en Madrid.

Bontoux es hijo y nieto de la familia fundadora del grupo de supermercados que en su día dio origen a Carrefour tras la fusión entre Pryca y Continente

Según distintas fuentes, Gregoire adquirió el pasado año el palacio propiedad de Johan Cruyff, el eterno símbolo del Fútbol Club Barcelona. Tras el fallecimiento hace casi tres años del entrenador que más ha influido en la historia del equipo azulgrana, su viuda, Danny Coster, consideró que el inmenso chalé situado en la parte alta de la ciudad, en el conocido barrio de Pedralbes, se le había quedado muy grande. Prefería algo más pequeño y más fácil de mantener. Por ello, lo puso a la venta por varios millones de euros, oferta que Gregoire no quiso desaprovechar.

Según fuentes financieras, la mansión se tasó finalmente en cinco millones de euros. La operación la intermedió la inmobiliaria Luxury Font, que la tenía a la venta por 5,3 millones, y que mantuvo el nombre del comprador en el más completo anonimato.

Se trata de una torre ubicada en el barrio de la Bonanova, entre las calles de Margenat y Escoles Pies, de cuatro plantas y casi 600 metros cuadrados. La vivienda, una villa modernista, fue adquirida por la familia Cruyff en 1991, tres años después de que el holandés iniciara una época dorada en el banquillo culé. Reformada antes de su venta, el edificio tiene orientación a cuatro vientos, cuenta con nueve habitaciones, siete baños, bodega, terrazas y jardín privado.

Foto: Mikhail Fridman. (Reuters)

Bontoux tiene otra residencia en Madrid, situada en la calle María de Molina, y otra en Montreal (Canadá). Pero ha comprado casi el 3% de DIA con una sociedad con domicilio en Luxemburgo que, curiosamente, tiene el mismo problema de solvencia que el grupo de supermercados. Porque, según las últimas cuentas de Naturinvest Sarl, esta empresa de tributación laxa tenía unos fondos propios negativos de 20,27 millones de euros, tras registrar unas pérdidas de 26,57 millones. En consecuencia, debería ser rescatada mediante una ampliación de capital.

El empresario de origen francés no ha querido hacer declaraciones sobre esta información. Pero fuentes de su entorno matizan que, pese a no haberse puesto en contacto de una forma más diplomática con el consejo de administración, tampoco estarían a favor de la opa de Fridman. Lo que no aclaran es por qué afloran ahora ese 3%, cuáles son sus intenciones reales y de qué parte se van a poner cuando toque retratarse en la junta general de accionistas que debe aprobar el rescate o firmar la sentencia de DIA.

Tres semanas después de que El Confidencial publicase que Gregoire Bontoux Halley había puesto sus ojos en la tormenta de Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA), el heredero del imperio Carrefour afloró este jueves que ya tiene el 3,24% del capital de la compañía de supermercados, junto con dos pequeños inversores. Esta participación minoritaria tiene por sí sola poco valor, más allá del beneficio especulativo de la lucha de poder entre el consejo de administración de DIA y LetterOne, el fondo dirigido por Mikhail Fridman, pero puede ganar músculo y tener mucho peso si engorda hasta el 10%.

Mikhail Fridman Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA)
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