Los Astérix de Lecrín que plantan cara al anillo eléctrico de REE en Granada
Un grupo de británicos aúna en solo tres meses el rechazo de la población de un bucólico valle al sur de Granada frente al ramal sur del anillo eléctrico que rodeará Sierra Nevada
Nunca antes se había encontrado Red Eléctrica en Andalucía con una oposición tan sólida y rápidamente armada contra uno de sus proyectos de nueva línea de alta tensión, la que discurrirá entre Saleres (Granada) y Benahadux (Almería). Solo la respuesta ecologista al cable que cruza el Estrecho desde Tarifa tiene alguna similitud, aunque lejana, a lo que hoy se ha generado en este valle recóndito junto a las Alpujarras en contra del ramal sur del anillo que rodeará Sierra Nevada.
En solo tres meses, un grupo de británicos con décadas de residencia en el Valle de Lecrín ha creado La Coordinadora, para aglutinar y argumentar su tajante rechazo a que las torres de REE crucen lo que consideran una joya de la naturaleza. Han aunado tanto apoyo que ahora son ya minoría ante el éxito cosechado entre la población local, aunque su líder sigue siendo el economista inglés Laurence Seidler. “Llevo 33 en España, aquí no hay distinciones entre nacionalidades”, recalca.
Para la compañía que transporta la electricidad en España, el trazado propuesto es la mejor opción de las casi 70 posibilidades analizadas. Su delegado regional, Miguel González, y altos cargos de la compañía celebraron la semana pasada un encuentro con la prensa en la capital granadina para defender las bondades del itinerario. “Con este refuerzo de la línea que discurre por el sur de Sierra Nevada, más el proyecto que hay para reforzar con otro nuevo eje que circula por la cara norte de la sierra, cerramos el anillo y garantizamos el suministro de Granada y su área metropolitana, de la costa y el puerto de Motril, y de la provincia de Almería”, según González.
Seidler, por su parte, asegura que el impacto visual de las torres que puntearán el valle será catastrófico. Un informe encargado a dos profesores universitarios que lo han hecho altruistamente —el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Granada Daniel Arias y Agustín López, economista y analista en la Universidad Rey Juan Carlos— cifra en más de 600 millones las potenciales pérdidas.
El documento, que será presentado como base de las alegaciones del colectivo ante la Junta de Andalucía este martes 5 de febrero, analiza la potencial pérdida de empleo, cierre de negocios, depreciación del valor de las viviendas y la merma de ingresos turísticos. “Esta es una zona que se despoblaba y que nosotros, los que podrían denominarse neo-rurales, hemos ayudado a recuperar y a que tenga un futuro basado en su valor paisajístico y natural. Antes el campo era una mierda para vivir, hoy hay futuro aquí”, asegura Seidler.
Red Eléctrica replica, en primer lugar, que ellos solo construyen aquello que está en la planificación que aprueba el Mministerio de Industria (en este caso, la 2015-2020). Esta línea comenzó a pergeñarse en 2011, ya que la existente —también de 220 kilovoltios como la futura— data de los años setenta del siglo pasado y ha llegado a su tope. Sustituirla no es posible, porque atraviesa hoy espacios naturales inexistentes en su momento y donde no se puede construir.
“El tramo del Lecrín es de 30 kilómetros sobre 182 kilómetros en total. Soterrarlo podría hacer inviable el proyecto, además de que la herida ambiental que crearía hacer una zanja en medio de la sierra sería mucho mayor. Reitero que, por nuestra experiencia en el desarrollo de líneas, la opción que hemos presentado es la mejor. Escucharemos a todos, y contestaremos a todas las alegaciones que nos lleguen tras el periodo de exposición pública, que se ha ampliado hasta el 7 de marzo”, incidió el delegado de REE en Andalucía. González recuerda además que ya existen otras líneas de Endesa (distribución) que atraviesan la zona.
Reticencias municipales
La batalla desde La Coordinadora es implicar a los ocho ayuntamientos de la zona. Seidler, quien quiere recalcar que él personalmente no está afectado por el impacto visual desde su vivienda pero lucha “por la comunidad, por el bien de todos”, asegura que siete de esos ocho consistorios alegarán contra el proyecto. Incluso el de Órgiva, ya fuera del Valle de Lecrín y considerada algo así como la capital informal de Las Alpujarras, ha expresado reticencias.
Algunos números que aporta la cara visible del movimiento antilíneas ayudan a entender la preocupación en los despachos de la empresa que preside Jordi Sevilla. La Coordinadora ha reunido 8.600 firmas, lo que equivale el 52% de la población adulta del valle. Ya agrupa a 22 personas en su órgano de decisión, de los que solo cuatro son británicos. Los potenciales efectos económicos negativos ya citados, en la flora y fauna, los problemas que asegura que genera el electromagnetismo de las torres y el impacto visual son los pilares de estos Astérix del Lecrín.
Los opositores calculan pérdidas de 600 M fruto del impacto visual; REE señala que hay que reforzar una línea antigua y que ha evaluado 70 propuestas
La situación, elevando el foco al conjunto de la provincia de Granada, no deja de ser paradójica, ya que justamente la parte norte de ese proyectado ‘anillo eléctrico’ alrededor de Sierra Nevada ha sido también objeto de fuerte polémica, en este caso política. En el último lustro, la Junta andaluza y los ayuntamiento del eje entre Caparacena y Baza han exigido reiteradamente su inclusión en la planificación de REE que aprueba Industria. Algo aún pendiente, por cierto. Por ello, González, en nombre de la compañía, reclama ahora el mismo apoyo institucional a la construcción de la parte sur.
Una vez REE conteste a las alegaciones, en mayo, la Junta andaluza las analizará y deberá determinar si concede la Autorización Ambiental Unificada a la línea o no. Y, en caso afirmativo, con qué condiciones. Las obras, como pronto, no empezarían hasta 2020.
Nunca antes se había encontrado Red Eléctrica en Andalucía con una oposición tan sólida y rápidamente armada contra uno de sus proyectos de nueva línea de alta tensión, la que discurrirá entre Saleres (Granada) y Benahadux (Almería). Solo la respuesta ecologista al cable que cruza el Estrecho desde Tarifa tiene alguna similitud, aunque lejana, a lo que hoy se ha generado en este valle recóndito junto a las Alpujarras en contra del ramal sur del anillo que rodeará Sierra Nevada.