Caso Bankia: la Fiscalía pone el foco en Olivas en su acusación por falsedad

El juicio del caso Bankia se reanuda este martes con dos nombres propios: Rodrigo Rato, expresidente del banco, el primero en ser interrogado; y José Luis Olivas, expresidente de Bancaja, que está en el foco de la Fiscalía Anticorrupción por el agujero contable de Bankia heredado de la caja valenciana.

Fuentes próximas a Anticorrupción explican que el interrogatorio a Olivas es tanto o más importante que el de Rato. Es clave por el posible endurecimiento de la acusación que está estudiando el Ministerio Fiscal.

Los acusados -muchos de ellos no van a declarar- están pendientes de qué resuelve el juzgado sobre la doctrina Botín y la expulsión de acusaciones

Tras cinco años de investigación, Anticorrupción solo culpó en 2017 a cuatro exdirectivos de Bankia (Rato, Olivas, Francisco Verdú y José Manuel Fernández Norniella) por un presunto delito de estafa. Pero ahora se plantea incluir falsedad documental e incluso ampliar el número de acusados. Algo en lo que ha tenido mucho que ver la llegada al caso de la fiscal Carmen Launa, experta en presuntas irregularidades de Bancaja y Banco de Valencia.

La sucesora en el caso de Alejandro Luzón ha solicitado que se incorporen al sumario pruebas de causas de Banco de Valencia. Algo que hizo estallar las protestas de las defensas, alegando indefensión y amenazando con la nulidad de la condena por cambiar el proceso a mitad de partido. Sostienen además que este cambio de parecer de la fiscal es una estrategia para que el juicio siga abierto hasta junio para los 30 procesados que solicitaban la doctrina Botín, y evitar así el ruido mediático.

Hasta seis años más de cárcel

Los acusados se juegan mucho. Los cuatro principales investigados podrían ver agravadas sus penas de prisión en entre tres y seis años, que se sumarían a los cinco años que Anticorrupción solicita para Rato, cuatro años para Olivas, tres años para Norniella y dos años y siete meses para Verdú. Los otros 30 acusados que se acogen a la doctrina Botín verían cerrada esta puerta.

El papel de Olivas es clave para la Fiscalía por todos los activos tóxicos que Bankia heredó de Bancaja, muchos de los cuales afloraron después de la salida a bolsa. La fiscal Launa sostiene que hubo irregularidades en la Oferta Pública de Suscripción de julio de 2011, y que parte de ellas pudieron deberse a maniobras irregulares de directivos para camuflar el mal estado del balance, sobre todo el de la caja valenciana.

Hay tres grandes pruebas en las que se apoya para ello: reuniones del consejo y el Comité Ejecutivo de Bankia de finales de 2011, en las que se pone de relieve un agujero inmobiliario del grupo que no se mencionaba unos meses antes en la salida a bolsa; la intervención de Banco de Valencia, también meses después del estreno en el parqué; y presuntas irregularidades en cómo se contabilizó la venta de un 30% de Bancaja Inversiones (BISA) a Deutsche Bank y Guggenheim Partners.

Por su parte, Olivas alegará que no participó en los equipos de la salida a bolsa; que nunca tuvo funciones ejecutivas en Bancaja; y que salió de Bankia antes de que se formularan las cuentas de 2011, las previas a la caída del grupo.

Cuestiones previas

El arranque este martes de los interrogatorios está pendiente de que el juzgado resuelva las cuestiones previas, en las que se pedían la doctrina Botín, expulsar a acusaciones y limitar la estrategia de la Fiscalía.

Con la situación actual, hay muchas defensas que han recomendado a sus clientes no declarar en los interrogatorios ni ante las acusaciones ni ante su propio abogado. Creen que todo lo que dijeran solo podría restar. Su principal arma es que la Fiscalía siga sin acusar a 30 de los 34. Gran parte del juicio está en manos de Launa.