Mejorar la calidad del aire para aumentar la esperanza de vida de las personas

En la lucha por la preservación del medio ambiente, la calidad de vida en las ciudades se vuelve fundamental, ya que es uno de los aspectos que más afectan a la población. Según un informe elaborado por Ecologistas en Acción con datos de 800 estaciones medidoras situadas en 127 zonas de España, el 97% de los españoles respiró gases contaminados en 2017 y el 88% del territorio nacional estuvo expuesto a niveles de polución superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, 17 de las 50 provincias superaron todos los criterios contaminantes estipulados por las legislaciones europea y española y medio centenar de ciudades excedieron los niveles recomendados. Entre ellas, Madrid y Barcelona.

Frente a esta situación, no queda otra que empezar a tomar medidas para proteger y preservar la calidad del aire que respiramos a diario. Por ello, es fundamental ofrecer alternativas de movilidad sostenibles, para que haya un reparto equilibrado en la gestión del transporte, así como un uso eficiente de los recursos en las redes de abastecimiento y control de residuos. El informe 'La ciudad digital al servicio del ciudadano del siglo XXI', elaborado por Minsait, la compañía de Indra especializada en Smart Cities, propone soluciones a cuatro claros retos.

Los retos medioambientales de España

1.- Calidad del aire

La contaminación no afecta solo a España. El estudio 'Air Quality in Europe', impulsado por la UE, asegura que la contaminación por partículas es responsable de más de 400.000 muertes anuales en toda la Unión Europea. Así pues, las ciudades deben afrontar la mejora de las condiciones medioambientales, especialmente de la calidad del aire.

Para ello, se puede apostar por iniciativas tecnológicas, como la monitorización en tiempo real del aire presente en las ciudades, al tiempo que se trabaja con planes estructurales de neutralización de emisiones, actuando sobre las fuentes de emisión e incrementando los espacios verdes. Atendiendo a las previsiones del proyecto Aphekom, una mejora en la calidad del aire podría alargar 22 meses la esperanza de vida de los europeos.

2.- Movilidad sostenible

No solo se trata de que los coches no contaminen mientras están en movimiento, sino de tener consciencia de que el tiempo perdido en atascos de tráfico también afecta directamente a la calidad de vida de los ciudadanos, además de suponer una importante fuente de emisión de partículas y contaminación. Por ello, disponer de una estructura de transporte eficiente constituye un reto para muchas ciudades.

Pero ¿qué se puede hacer? El informe de Minsait apuesta por establecer una proporción del uso de cada medio de transporte por parte de la ciudadanía, además de otras medidas como impulsar un transporte público asequible y unificado, de consumo más eficiente y de menor impacto ambiental. También resulta necesario que el entorno físico favorezca el transporte blando, el acceso equilibrado a todos los barrios, las redes urbanas conectadas a las regionales y la conexión de los nodos de transporte no solo a espacios de trabajo, sino también a actividades sociales, culturales y de ocio.

3.- Uso eficiente de recursos

Los recursos son cada vez más escasos y las ciudades tienen gran parte de culpa. De hecho, la propia OCDE las señala como responsables de producir toneladas anuales de residuos y de emitir entre el 60% y el 80% de los gases de efecto invernadero.

A causa de esta situación, las ciudades españolas deben reducir su consumo energético mediante procesos y servicios más eficientes, así como avanzar hacia una economía circular basada en la reutilización y el reciclaje. Entre las posibles iniciativas, se encuentran las prácticas de eficiencia energética o incluso los mecanismos de autogeneración de energías limpias.

4.- Acceso a los recursos energéticos

Los ciudadanos somos en gran parte responsables del empeoramiento de nuestras calidades ambientales, pero tampoco hay que olvidar que, en muchas ocasiones, podemos estar inmersos en situaciones de pobreza energética, un gravísimo problema que afecta a 54 millones de personas en la UE (el 11% de la población total) y al 11% de hogares españoles en 2014 y que, de un modo u otro, impide a muchos ciudadanos poder luchar en favor de prácticas ecológicas más saludables para todos.

Ante esta grave situación, las ciudades españoles deben luchar por atender a los colectivos vulnerables, así como por implantar medidas, como hacer seguimientos a dichos colectivos, establecer bonos sociales o controlar los precios de las facturas energéticas.

La tecnología que favorece el medioambiente

Para Raúl Ripio, director global de los Mercados de Administraciones Públicas y Sanidad de Minsait, "la transformación digital ayuda en el uso eficiente de los recursos en el plano medioambiental, ya que muchas de las cosas que se están moviendo alrededor de las ciudades inteligentes están relacionadas precisamente con una gestión inteligente y óptima de los recursos que, de una forma prácticamente directa, redunda en unas mejores condiciones ambientales".

Hay varios ejemplos de ello: "Si somos capaces de mejorar la eficiencia energética con sistemas de gestión del alumbrado o de la energía consumida por los edificios o las infraestructuras públicas, estamos mejorando el medioambiente. Si somos capaces de mejorar la gestión del agua, reducir las pérdidas y evitar el fraude, estamos mejorando el medioambiente porque evitamos un consumo excesivo de agua", apunta.

Si somos capaces de mejorar la gestión del agua, reducir las pérdidas y evitar el fraude, estamos mejorando el medioambiente

En esta dirección, "la solución tecnológica Onesait Government Cities de Minsait incorpora una innovadora plataforma tecnológica con capacidades IoT y 'big data' que permite una gestión integral de la ciudad inteligente. Se trata de una aproximación diferencial a los retos urbanísticos, medioambientales, económicos y sociales de las ciudades"

La solución, por ejemplo, puede "integrar un módulo de gestión del riego, un módulo de gestión de la eficiencia energética o un módulo de alumbrado con todos los elementos que permitan monitorizar el estado en el que está el aire en la ciudad, obtener datos de las estaciones meteorológicas, etc. Todo eso se integra en la plataforma y suministra un sistema que es capaz de realizar un análisis de datos y además realizar simulaciones que nos permiten predecir qué va a suceder en función de las actuaciones que se tomen en la ciudad", asegura.

Además, "nuestra plataforma permite un uso eficiente de los recursos: provoca un ahorro de hasta un 35% en el agua de riego, de un 40% de la factura energética en los edificios públicos y la iluminación de la ciudad o de un 50% en el tiempo para encontrar una plaza de 'parking', contribuyendo a la mejora del medioambiente y la calidad de vida del ciudadano".