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DIA y Fridman piden una quita millonaria a la banca al no poder pagar la deuda
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propone crear un fondo convertible en capital

DIA y Fridman piden una quita millonaria a la banca al no poder pagar la deuda

El magnate ruso ha propuesto a los acreedores crear un vehículo para convertir parte de la deuda en capital con el fin de minimizar las pérdidas para ambas partes

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Foto: Reuters.

La situación de Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA) se complica por minutos. La compañía y su primer accionista, Mikhail Fridman, han comunicado a la banca que el próximo año no será posible atender sus obligaciones financieras, o lo que es lo mismo, hacer frente a los pagos de sus 1.800 millones de deuda. Por ello, el grupo de supermercados y el inversor ruso ya han trasladado a los acreedores la necesidad de aceptar una quita para que la compañía pueda continuar con sus tiendas abiertas.

Aunque algunos de los bancos tenedores de la deuda, como Santander, BBVA, CaixaBank y Société Générale ya esperaban una propuesta similar por parte de la compañía, a otros bancos les ha sorprendido que la petición venga también por parte de Fridman, propietario del 29,9% del capital de DIA y del que se esperaba una aportación de fondos adicional con el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (opa). Sin embargo, el magnate de origen ruso comunicó a los acreedores la semana pasada a través de su banco asesor, PJT Partners, que antes de invertir más dinero en la compañía, es necesario que la banca le condone parte de la deuda.

Según distintas fuentes, la propuesta, todavía no formalizada en un ‘term sheet’ oficial, es que los accionistas y los acreedores tienen que buscar un acuerdo en el que se minimicen las pérdidas para las partes. Porque Fridman trasladó a los tenedores de la deuda que él ya ha perdido mucho dinero en DIA, en cuyo capital entró en julio de 2017 al pagar 300 millones de euros o casi seis euros por acción para tomar el 10% del capital. Posteriormente, incrementó su participación hasta el 29,9% actual comprando títulos a un precio medio de cuatro euros.

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Hoy, la empresa de supermercados apenas capitaliza 320 millones, por lo que el millonario ruso con domicilio en Londres acumula minusvalías por cerca del 90% de lo desembolsado. Su paquete vale tan solo 106 millones. Ante esta situación, su proposición es que la banca refinancie los 900 millones que prestó al grupo entre 2016 y 2017 y le conceda una quita, condición imprescindible para que Fridman aporte más capital a DIA si el consejo de administración propone reflotar el grupo mediante una ampliación de capital.

Ante la primera reacción negativa de la banca, que está siendo asesorada por el especialista estadounidense en situaciones especiales FTI Consulting Global, otro planteamiento que LetterOne ha sugerido a los acreedores es buscar una fórmula intermedia mediante la creación de un vehículo en el que se traspasaría parte de la deuda para convertirla posteriormente en capital.

Sería un rescate por la vía indirecta que, por una parte, salvaría a la compañía y, por otra, reduciría las minusvalías de los acreedores al canjear deuda por acciones que podrían vender inmediatamente después en bolsa. Una alternativa que se ha utilizado, por ejemplo, para salvar Duro Felguera de la quiebra y que también se usó parcialmente en el rescate de Abengoa. Oficialmente, DIA, que está siendo defendida por PwC, mantiene una postura neutral, pero algunos de sus consejeros ven con buenos ojos esta solución intermedia, que debería alcanzarse de forma urgente ante los problemas de pago con proveedores y el riesgo de abastecimiento. La banca, de momento, se niega a refinanciar el circulante imprescindible para comprar productos.

Foto: Supermercados DIA.

Pérdidas del 50%

DIA adeuda dos créditos sindicados por 525 millones que obtuvo de la banca entre abril de 2016 y junio de 2017. Estas líneas de crédito tienen las características de 'revolving' y la compañía tira de ellas conforme las va necesitando. A 30 de junio, el grupo había utilizado 99 millones de este importe, pero en las últimas semanas ha recurrido a este grifo, dadas las tensiones de pago con sus proveedores. Además, las mismas fuentes indican que cuenta con pólizas por 140 millones y préstamos bilaterales por otros 245 millones.

Además de la deuda bancaria, DIA tiene que hacer frente a la devolución de bonos por 900 millones de euros. La primera fecha límite para el repago de estos instrumentos es el 22 de julio de 2019, momento en que expiran los primeros 300 millones. Según distintas fuentes, el cumplimiento de estas obligaciones es ahora imposible debido a la excesiva deuda del grupo.

De hecho, el mercado ya da por descontado que habrá una quita, puesto que los bonos que expiran en apenas seis meses cotizan con un descuento del 31% sobre su valor nominal. Peor es aún el comportamiento de los títulos que vencen en 2021 y 2023, los cuales se cambian en los mercados de renta fija a 55 y 49 céntimos sobre su valor original, respectivamente. Es decir, los inversores dan por sentado que los que suscribieron esos bonos van a perder el 45 y el 51% del dinero que desembolsaron. Ayer se desplomaron cerca del 10%.

La situación de Distribuidora Internacional de Alimentación (DIA) se complica por minutos. La compañía y su primer accionista, Mikhail Fridman, han comunicado a la banca que el próximo año no será posible atender sus obligaciones financieras, o lo que es lo mismo, hacer frente a los pagos de sus 1.800 millones de deuda. Por ello, el grupo de supermercados y el inversor ruso ya han trasladado a los acreedores la necesidad de aceptar una quita para que la compañía pueda continuar con sus tiendas abiertas.

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