Alcoa plantea el despido de toda su plantilla en Avilés y A Coruña tras triplicar pérdidas
La compañía ha anunciado el inicio de contactos con los representantes de los trabajadores para extinguir el contrato de sus 686 empleados. Perderá 75 millones en 2018, casi el triple que en 2017
Tras varios años dando pérdidas, Alcoa ha anunciado que iniciará contactos con los representantes de los trabajadores para llevar a cabo el despido colectivo de todos los trabajadores de sus plantas de Avilés (317 empleados) y A Coruña (369 trabajadores). Este movimiento de la compañía estadounidense se produce tras agravarse la situación de ambas factorías, que cerrarán 2018 con una pérdidas de 75 millones de euros, lo que supone casi triplicar los números rojos de 2017, cuando se cerró con 27 millones en negativo.
El gigante estadounidense del aluminio culpa de esta situación tanto a factores estructurales como coyunturales. "Las plantas de Avilés y La Coruña se encuentran afectadas por problemas estructurales productivos y tecnológicos como su menor capacidad de producción, una tecnología menos eficiente y elevados costes fijos. Estos problemas estructurales, unidos a factores externos de mercado, como la sobrecapacidad de producción de China, el elevado precio de las materias primas y el coste de la energía, han generado pérdidas significativas en estas plantas en los últimos dos años. Pérdidas que previsiblemente continuarán", señala la empresa en un comunicado.
Cabe destacar que Alcoa es una de las principales beneficiarias de la subasta de interrumpilibilidad, una suerte de ayudas que se dan vía factura de la luz a cambio de que el operador del sistema pueda desconectar a las compañías de gran consumo en caso de necesidad. Este 2018 la empresa americana ha recibido una menor cantidad por este concepto, después que el Ministerio de Energía del extitular del ramo Álvaro Nadal realizara una reforma de la subasta y redujera las primas.
Esto supone un problema para la compañía que más electricidad consume de España. No en vano, la luz ha subido a niveles récord en los últimos meses, lo que está intensificando sus pérdidas. Pero este no es el único factor a tener en cuenta, ya que otras materias primas como la alumina o el coque también se han encarecido, así como el gas o los carburantes, lo que finalmente ha llevado a la empresa a dar un paso hacia el cierre de estas dos fábricas, críticas para el tejido empresarial y económico en donde se encuentran ubicadas.
Alcoa sigue a otras compañías que han decidido recientemente cerrar sus centros de producción industriales como La Naval en Sesta (Vizcaya), Vestas en Villadangos (León) o Siemens Gamesa en Miranda de Ebro (Burgos).
Sigue la planta de San Ciprián
Caso diferente son sus dos plantas de San Ciprián (Lugo), que dan trababajo a 1.200 personas y continúan adelante, gracias a una mejor situación tecnológica y de costes que le permite producir con eficiencia.
Con este panorama, Alcoa ha anunciado hoy su intención iniciar un periodo formal de consultas en el marco de un procedimiento de despido colectivo que afectará a todos los empleados de sus plantas de Avilés y de La Coruña. Conforme a la legislación vigente, la firma de EEUU iniciará un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores que tiene legalmente una duración máxima de 30 días naturales. La empresa se compromete a un "Plan Social". Algunos trabajadore ya barruntaban un deselace así en las últimas semanas.
La compañía toma esta decisión despues de hacer "importantes esfuerzos de reducción de costes y eficiencias". Ya en 2014 planteó un primer ERE de cierre. Las dos factorías del norte de España producen 180.000 toneladas de aluminio.
Tras varios años dando pérdidas, Alcoa ha anunciado que iniciará contactos con los representantes de los trabajadores para llevar a cabo el despido colectivo de todos los trabajadores de sus plantas de Avilés (317 empleados) y A Coruña (369 trabajadores). Este movimiento de la compañía estadounidense se produce tras agravarse la situación de ambas factorías, que cerrarán 2018 con una pérdidas de 75 millones de euros, lo que supone casi triplicar los números rojos de 2017, cuando se cerró con 27 millones en negativo.