La Naval arrastra en su hundimiento a Bankia, Santander, Sabadell y CaixaBank
La gran banca española tiene 100 millones de euros pillados en la liquidación del astillero vasco, que este mismo miércoles ha anunciado un ERE de extinción para sus 180 trabajadores
La quiebra de Construcción Navales del Norte (CNN) ha arrastrado consigo a los principales bancos españoles. Bankia, Santander (su parte más lo heredado de Banco Popular), Sabadell y CaixaBank, por ese orden, y en menor medida Kutxabank y Caja Rural de Navarra, tienen pendientes de cobro unos 100 millones de euros con el astillero vasco, según apuntan fuentes conocedoras de la situación.
Una deuda que dan prácticamente por perdida después de que el administrador concursal de la empresa solicitara al juzgado este mes de septiembre la liquidación del astillero, después de que el último cliente, el armador holandés Van Oord, decidiera cancelar su actividad y dejara a medias la draga Alexia, el último pedido que mantenía la actividad de La Naval de Sestao (Vizcaya).
Precisamente los bancos hicieron frente esta primavera al aval de 42 millones de euros que Van Oord tenía comprometido con la compañía para que se pudieran ir financiando los trabajos.
Pero tras cobrar esa fianza, este cliente exigió la entrada de un inversor de garantía para continuar con la construcción de la draga. Sin embargo, pese al esfuerzo de los propios bancos acreedores, de los administradores concursales e incluso del Gobierno vasco, no ha aparecido ningún inversor que haya querido quedarse con el astillero privatizado en 2006.
Todo ello ha propiciado que, este mismo miércoles, los responsables de la compañía anunciaran un ERE de extinción para los 180 trabajadores que continúan en la empresa, que se sustanciará en las próximas dos semanas. No obstante, el impacto económico y social sobre la zona es de una repercusión mucho mayor, ya que La Naval es capaz de dar trabajo de forma indirecta a 2.000 personas cuando funciona a plena carga.
La banca vasca sortea la crisis
El único gran banco nacional que no ha participado en la financiación de esta empresa y que ha sorteado la crisis ha sido BBVA, curiosamente la única entidad de origen vizcaíno, al igual que el centenario astillero que está a punto de echar el cierre. Tampoco lo ha hecho Caja Laboral, otra entidad vasca. Solo Kutxabank ha participado con una aportación minoritaria. Este banco, fruto de la fusión de las antiguas cajas, cuenta además con una relación accionarial indirecta con Construcción Navales del Norte, ya que es accionista de referencia de Ingeteam, máximo accionista a su vez de La Naval.
La situación de crisis de la empresa comenzó exactamente hace un año, cuando la compañía solicitó el concurso de acreedores. Desde entonces, la situación ha ido cada vez a peor. En el momento previo a declarar el concurso, La Naval estaba trabajando en tres pedidos. El cablero Living Stone, la draga Vox Amalia y la propia Alexia. Además, se estaba negociando la construcción de un ferry para Balearia. Sin embargo, el nuevo proyecto se frustró y dos de los barcos en construcción abandonaron y se fueron a otro astillero. La puntilla ha sido el abandono hace semanas de Van Oord.
Los resultados de la empresa cada vez iban peor. La Naval lleva dando pérdidas desde 2013 ininterrumpidamente. En 2016, el año anterior a declararse insolvente, los números rojos alcanzaron el récord de casi 80 millones de euros en un año, lo que suponía multiplicar por más de cuatro los 15 millones en negativo con los que se cerró 2015. En 2017 continuaron las pérdidas, de casi 40 millones. Ese año ya se declaró el concurso de acreedores, según consta en sus memorias anuales.
Tras dar pérdidas desde el año 2013, que llegaron a los 80 millones en negativo en 2016, los clientes han ido abandonando los proyectos comprometidos
Ante este panorama, la alta dirección decidió contratar a finales de 2016 a Noraction, una compañía que entra en la gestión de empresas con problemas. Esto le ha supuesto, además, incrementar sustancialmente el coste de la alta dirección. Aunque los sueldos de los ejecutivos se han mantenido, Noraction cobró una factura de 230.000 euros, dentro de la cual se metía la retribución de José Escribese, quien pasó a ser el máximo responsable de la compañía.
Pese a todo, finalmente se declaró el concurso de acreedores, que lidera Ignacio Barainca, ejecutivo de la consultora PKF Attest.
¿Futuro a medio plazo?
A pesar de la caída de la empresa, un alto ejecutivo de La Naval cree que la actividad del astillero se mantendrá en el medio plazo. No obstante, opina, al igual que otras fuentes financieras, que será una vez quede liquidada la empresa y liberada de todas las deudas, entre las que están fundamentalmente los 100 millones de euros que se debe a los bancos. Estiman que será cuando estas deudas desaparezcan cuando aparecerá un inversor que se decida a aportar el capital necesario para relanzar la actividad del astillero.
Otro alto ejecutivo próximo a la compañía asegura que hay un rumor alrededor de la firma desde hace tiempo de que quien compre el astillero podría intentar mover su ubicación a otro lugar para desarrollar un proyecto inmobiliario en la zona de Sestao donde se ubica actualmente el astillero, algo que podría generar importantes réditos. Sin embargo, se cree que una operación de esas características tendría que lograr el plácet del Gobierno vasco.
La quiebra de Construcción Navales del Norte (CNN) ha arrastrado consigo a los principales bancos españoles. Bankia, Santander (su parte más lo heredado de Banco Popular), Sabadell y CaixaBank, por ese orden, y en menor medida Kutxabank y Caja Rural de Navarra, tienen pendientes de cobro unos 100 millones de euros con el astillero vasco, según apuntan fuentes conocedoras de la situación.