Naturgy acumula un deterioro de 1.166 M por la aventura de Unión Fenosa en Egipto

Naturgy acumula un deterioro por su participación en Unión Fenosa Gas, cuya propiedad comparte al 50% con el grupo italiano ENI, de 1.166 millones de euros. La devaluación se ha acelerado con la llegada de Francisco Reynés a la compañía, que ha decidido ajustar de golpe 538 millones de euros a los 628 que ha ido provisionando la empresa en cinco años.

El conflicto arranca en 2012, cuando comenzaron los problemas en Egipto, donde Naturgy y Eni tenían un contrato de suministro de gas con la compañía estatal EGAS y una planta de licuefacción en Damietta. Después de que los Hermanos Musulmanes se alzaran con el poder en el contexto de la Primavera Árabe que había derrocado a Hosni Mubarak, Unión Fenosa Gas suspendió las operaciones por los incumplimientos de contratos (EGAS dejó de suministrar a UFG para dar gas a otros y canceló el pago del canon de la planta de procesado). Sin embargo, la llegada al Gobierno egipcio de Al Sisi con un golpe de Estado no ha solucionado las cosas.

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Cotizalia / Agencias J. C. P.

Por todo ello, el nuevo presidente ejecutivo de la multinacional energética ha elevado el deterioro un 85% en el nuevo escenario de expectativas de futuro que ha establecido en la antigua Gas Natural Fenosa y que ha supuesto también reestimar a la baja sus plantas de generación en España en 4.000 millones de euros.

En su nuevo análisis prevé una disminución del volumen de gas para licuar en Egipto entre 2018 y 2022. Una diferencia de coste de aprovisionamiento respecto a la que calculaba la empresa en la era de Rafael Villaseca y una divergencia también en los precios de venta.

Por ello, la pérdida estimada en Egipto no acaba ahí: "Adicionalmente, se ha llevado a cabo un análisis de sensibilidad para un aumento de la tasa de descuento de 50 puntos básicos que implicaría un incremento del deterioro en 16 millones de euros", asegura la compañía. Lo que elevaría el devaluación hasta los 1.182 millones de euros.

Tema crítico para Naturgy

Esta cuestión es un tema crítico para la compañía, al nivel del otro gran conflicto internacional que mantiene con el Gobierno de Colombia por Electricaribe, al que le reclama en arbitraje internacional en Uncitral más de 1.300 millones de euros tras la expropiación en 2017.

De hecho, el director de mercados de capital y relación con inversores de Naturgy, Steven Fernández, aseguraba este jueves a los analistas que la resolución del conflicto que mantiene en Egipto es el tema más importante a la hora de valorar la base de activos con los que cuenta la compañía.

Por el momento, Reynés ha decidido rebajar la valoración de Unión Fenosa Gas desde los 888 millones de euros hasta los 350 millones. La empresa aún no sabe cómo saldrá del país de los faraones y asegura no disponer de información ni positiva ni negativa del caso.

Victoria preliminar

Este mes de enero, Unión Fenosa Gas logró una victoria pírrica en un arbitraje celebrado en Egipto contra la empresa pública Egyptian Natural Gas Holding (EGAS), que le reconocía el cobro de nueve millones de euros después de que esta dejara de suministrarle gas y de pagar el canon de uso de la planta de licuefacción de Damietta. Sin embargo, este es solo el primero de tres arbitrajes y además implica una cantidad irrelevante de reclamación, aunque sirve de base para los dos próximos.

Ahora está por resolverse el arbitraje interpuesto en Madrid y otro mucho más importante en el CIADI, la corte arbitral del Banco Mundial. La reclamación interpuesta escala hasta los 3.000 millones de euros, con lo que el fallo que se adopte será crítico para saber la capacidad de recuperar dinero después de invertir 1.200 millones.

Naturgy considera que "la resolución de los arbitrajes se ha retrasado considerablemente respecto a las expectativas contenidas en la información recogida en las Cuentas anuales consolidadas a 31 de diciembre de 2017".

En cualquier caso, la empresa es consciente de que es imposible colmar la expectativa de cobro que suma su arbitraje, por lo que busca una solución negociada entre las partes implicadas. En febrero, el ministro de Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, estuvo en Madrid donde mantuvo entrevistas al máximo nivel, también con su homólogo español de entonces, Alfonso Dastis. Pero, casi en el mes de agosto, la solución no llega.