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Sergio Marchionne, el hombre del jersey que salvó a Fiat de la quiebra
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Sergio Marchionne, el hombre del jersey que salvó a Fiat de la quiebra

Posicionó al Grupo Fiat como sexto fabricante mundial con más de cinco millones de vehículos vendidos cada año y relanzó las marcas Jeep y Ferrari

Foto: Foto de archivo del entonces consejero delegado de FIAT Sergio Marchionne
Foto de archivo del entonces consejero delegado de FIAT Sergio Marchionne

Sergio Marchionne ha muerto. Siempre con su jersey de color azul, que tanto sorprendía con respecto a la vestimenta de traje y corbata de sus colaboradores, supuso un cambio radical para la sociedad italiana. Curiosamente, aunque era de origen italiano, vivió toda su juventud en Canadá donde su familia se trasladó cuando era pequeño, y cursó sus estudios allí. Umberto Agnelli vio en él a un visionario de la industria del automóvil y apostó fuerte para que pudiera sacar al Grupo Fiat de su situación de grave crisis.

Se convirtió en administrador delegado del grupo Fiat en el año 2004, en un momento delicado y dejó la compañía el pasado fin de semana con el Grupo Fiat como sexto fabricante mundial, con cerca de cinco millones de unidades vendidas anualmente, de las que dos millones corresponden a las marcas italianas de la compañía.

En el 2003 Agnelli, el sucesor de la familia fundadora de Fiat, le llamó para formar parte del Consejo, en un momento en el que la compañía atravesaba una grave crisis económica. Solo un año más tarde, en el 2004, Marchionne se convirtió en administrador delegado del grupo. Entonces era un momento muy complicado para el grupo italiano, que acumulaba grandes pérdidas y que veía como sus marcas iban perdiendo terreno salvo en Italia.

La juagada maestra

Como consecuencia de esa grave crisis y de la debilidad de la compañía, General Motors había tratado de hacerse con el Grupo Fiat, y para ello firmó un contrato de adquisición. Pero un error del equipo jurídico de la compañía americana dejó fuera de este acuerdo la división de motores, precisamente la que más interesaba al grupo norteamericano en ese momento por su innovadora tecnología.

Ni General Motors ni Fiat estaban contentos con el acuerdo firmado y por ello fue Marchionne el que negoció con el entonces presidente de General Motors, Rick Wagoner, la retirada del mismo. El resultado fue que el Grupo Fiat recibió una indemnización de 1.500 millones de dólares por volver a la situación anterior.

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Esta importante inyección de dinero, imprevista, permitió al Grupo Fiat adquirir una parte del Grupo Chrysler del que había salido el consorcio alemán Daimler hacia unos años. Es decir, que Marchionne hizo una jugada maestra, propia de un genio empresarial como era, que fue utilizar el dinero de General Motors para comprar el Grupo Chrysler. Pasó de que General Motors comprara Fiat a que Fiat comprara Chrysler con el dinero de General Motors.

El renacer del Grupo

A partir de ese momento, el duro trabajo de Marchionne y de todo su equipo ha permitido que una empresa casi en quiebra, que adquirió otro grupo empresarial también en un situación próxima a la quiebra como era Chrysler-Jeep, se haya convertido en un buen negocio. Cuando Marchionne se hizo cargo del grupo Fiat tenía cinco marcas, la propia Fiat, Lancia, Alfa Romeo, la división de vehículos comerciales y sobre todo las marcas más deportivas, Maserati y Ferrari.

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El piloto de fórmula uno Sebastian Vettel

Ahora Marchionne ha dejado en una posición privilegiada al grupo Fiat-Chrysler que ahora tiene entre sus marcas la propia marca Fiat, Alfa Romeo, Chrysler y Jeep, que atraviesa un gran momento comercial. Y además Dodge, Maserati y Ferrari. La que se ha quedado por el camino ha sido Lancia, que después de ser una marca de coches de lujo en los años 20, se convirtió en una referencia deportiva por sus grandes éxitos en el mundial de Rallyes en los años 80 y que ahora solo queda de manera testimonial en el mercado italiano.

Marchionne había anunciado su salida del grupo Fiat para el año 2017, pero tras la toma de control como presidente de la marca Ferrari, decidió ampliar dos años más su contrato al frente del grupo Fiat, un contrato que finalizaba en abril de 2019. Desgraciadamente, ya no podrá cumplir su contrato. La Bolsa ha castigado al grupo italiano desde que se anunció su salida del grupo por la grave enfermedad del ejecutivo italiano. Ahora, su sucesor tiene ante sí un gran reto, mantener en lo más alto al grupo Fiat-Chrysler, un grande del sector del automóvil.

El balance de los 14 años al frente del grupo italiano no puede ser mejor. La facturación en el año 2004 cuando se hizo cargo del grupo fue de 45.000 millones de euros y en el último balance, al cierre de 2017, la facturación se situó por encima de los 140.000 millones de euros. Ese año de su ingreso en el Consejo del grupo las pérdidas fueron de 1.500 millones y el resultado del pasado 2017 fue unos beneficio neto de 4.400 millones de euros.

Marchionne fue un genio de la industria del automóvil, un hombre que siempre supo tener una visión global del negocio, una persona muy dura en las negociaciones, pero también amable en su trato, muy introvertido y cerrado en sí mismo, poco amante de las grandes fiestas, que pasara a la historia por relanzar el grupo Fiat y por ese clásico jersey de color azul, aunque a veces llevaba otro de color gris, que llevaba incluso en las fiestas de gala.

Sergio Marchionne ha muerto. Siempre con su jersey de color azul, que tanto sorprendía con respecto a la vestimenta de traje y corbata de sus colaboradores, supuso un cambio radical para la sociedad italiana. Curiosamente, aunque era de origen italiano, vivió toda su juventud en Canadá donde su familia se trasladó cuando era pequeño, y cursó sus estudios allí. Umberto Agnelli vio en él a un visionario de la industria del automóvil y apostó fuerte para que pudiera sacar al Grupo Fiat de su situación de grave crisis.

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