De la botica a la asistencia sanitaria: los farmacéuticos piden paso

España va tan deprisa que es posible ser elegido presidente de un colectivo profesional -como el farmacéutico- a principios de mayo, cuando es ministra del ramo la popular Dolors Montserrat, y tomar posesión del cargo un mes después con otro titular al frente, en este caso la socialista recién nombrada Carmen Montón, sin que ello afecte al discurso del protagonista. En el caso de Jesús Aguilar, presidente del gremio burgalés y desde esta semana, de manera oficial, presidente por segunda vez del Consejo General de Colegios Oficiales de Faramécuticos (CGCOF), su paso por la política le hace conocedor de todos estos avatares.

El líder renovado de este lobby profesional tiene claro cuál es la hoja de ruta a desempeñar con el nuevo equipo directivo. Aunque resulte invisble, destrás de este colectivo hay 2,3 millones de personas que entran cada día a una de las 22.000 farmacias repartidas por toda España, desde el pueblo más recóndito de Castilla-La Mancha hasta el centro mismo de Barcelona. El 63% de esta red se concentra fuera de las capitales de provincia, en zonas rurales donde a menudo no hay ni un centro de salud, aunque su ratio es bajo si se compara con otros países europeos: apenas una por cada 2.000 habitantes.

Esa red es la palanca sobre la que los farmacéuticos se apoyan para ir un paso más allá de su negocio, el puro suministro de fármacos. Aguilar está empeñado en que se reconozca su labor en la promoción de la salud, los cuidados y la prevención de enfermedades, junto al seguimiento terapéutico, con ejemplos como el programa de cribado de cáncer de colon en Cataluña, con una adherencia del 46% frente al 16% registrado antes de contar con la implicación de las farmacias. Y este objetivo pasa por convertir esa reclamación en asunto de la agenda política, antes con el PP y ahora con el PSOE.

“Los ciudadanos reclaman un rol asistencial a los farmacéuticos”, explica Jesús Aguilar a este periódico para justificar el impuslo de este colectivo profesional para el reconocimiento de estas competencias. El desarrollo laboral de los 75.000 boticarios para poder asumir esa función es una de las prioridades de su nuevo mandato, más allá de los avances logrados en el sector referidos al avance de la profesionalización en los últimos años, un ámbito profesional en el que se ha reducido la presencia de los auxiliares y donde las mujeres copan con un 74% del total de los empleos.

De la botica a la red

Otro reto de los retos del sector pasa por la transformación digital, también en este campo. Más que concebir la red como un canal de venta, algo imposible por ley, el reto de los farmacéuticos pasa por explotar de forma compartida la información que generan todos los puntos de venta. Como explica Aguilar, el objetivo es construir “una gran red de redes” para poder trabajar conectados, saber al instante cuando falta un fármaco y tener controlada la medicación de sus pacientes. El valor del uso de esos datos es otra de las palancas sobre las que el colectivo quiere poner en valor su servicio dentro del sistema sanitario.

Según datos del colectivo profesional, el 15% del gasto sanitario va a parar a las farmacias, las mismas que contribuyen a generar una parte del ahorro al Sistema Nacional de Salud (SNS). “¿Alguien se ha preguntado cuál ha sido el ahorro que supuso el medicamento contra la hepatitis C?”, plantea Aguilar a modo de réflexión. Sin duda, este es un punto de gran calado en la política sanitaria y casos como el de las vacunas para la hepatitis C, por ejemplo, sirven para hacerse una idea de la trascendencia presupuestaria y de servicio que hay en juego. Y para eso y más, los farmacéuticos piden paso.