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El 'boom' mundial (y en España) del almendro: ¿es el nuevo olivo?
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españa, tercer productor global, doblará cosecha

El 'boom' mundial (y en España) del almendro: ¿es el nuevo olivo?

Igualan sus perspectivas de rentabilidad en los formatos superintensivos de regadío, y en España el fruto seco lleva dos años sumando más hectáreas de nuevo cultivo que el árbol de la aceituna

Foto: Campo de almendros en flor en Murcia. (EFE)
Campo de almendros en flor en Murcia. (EFE)

La estampa del almendro en flor en torno a febrero, en lugares como el Valle del Pop en Alicante o la comarca del Campo de Cagitán en Murcia, es solo la punta del iceberg de un negocio que sin hacer mucho ruido ha convertido a España en una potencia mundial. Nuestro país acumula dos años consecutivos (2016 y 2017) en los que la superficie de almendro se incrementa en 40.000 hectáreas en cada uno de esos ejercicios, hasta 660.000 hectáreas a final de 2017. Aumento que supera el crecimiento del olivo en ambos años, un cultivo que ocupa cuatro veces más extensión y, por tanto, se desarrolla más lento (2,65 millones de hectáreas a cierre del pasado año). Incluso pese a que el alza del precio del aceite ha espoleado las nuevas plantaciones, especialmente desde 2014.

¿Es entonces el almendro una suerte de 'nuevo olivo', es decir, superará al árbol de la aceituna como preferencia de nuestros agricultores? Expertos, cultivadores e industriales no llegan tan lejos, pero sí coinciden en que España, como tercer productor mundial con una cuota del 4% tras el superlíder EEUU (80%) y Australia (7%), va a tener un papel clave en el mercado de este fruto seco. España es además el segundo exportador mundial, tras Estados Unidos, con un 9% de cuota global. Todo ello según datos de INC (siglas inglesas del Consejo Internacional de Frutos Secos). La producción española fue de 65.000 toneladas en 2017 y se duplicará en un lustro, según las perspectivas del sector.

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"A la hora de decidir qué plantar, el agricultor profesional mira en el largo plazo y normalmente tiende a diversificar desde el olivo al almendro. El no profesional, el ocasional que dedica una parte de su patrimonio o actividad al agro, se deja llevar más por las oscilaciones de precios a la hora de decidir qué plantar y por eso el olivar vive un nuevo auge al calor del alza de precios de los últimos años". Es el resumen de Pablo Vega, director de la compañía cordobesa especializada en plantaciones CBH.

El experto también disecciona entre terrenos de secano o regadío. "En secano, el olivar no tiene competencia con rendimientos que pueden alcanzar los 800 o 900 euros por hectárea. En regadío, sobre todo con las nuevas plantaciones de almendro y olivo en superintensivo, tanto el plazo para recoger la primera cosecha, unos 24 meses, como la obtención de altos rendimientos está más igualada entre ambos". Vega añade que incluso es más probable mantener rendimientos superiores en almendro superintensivo respecto al olivar en la misma forma de cultivo, "pero nos falta aún experiencia comprobada de ello, porque es muy reciente la apuesta por el almendro en superintensivo", matiza.

La ventaja de las variedades

Dan Cummings preside Blue Diamond, cooperativa de California con 100 años de trayectoria que es el mayor productor y procesador mundial de almendra. Este gurú ha estado en Sevilla en mayo en un certamen de proyectos de innovación agroalimentaria elaborados por estudiantes de bachilletrato y FP organizado por la empresa ec2ce, y también en el congreso global de frutos secos celebrado en la capital andaluza por el citado Consejo Internacional de Frutos Secos. "España tiene una ventaja clave respecto a Australia como productor importante por detrás del líder superdominante que es EEUU. Y es que cultiva variedades de almendra diferentes respecto a EEUU y Australia. La ventaja de España no vendrá de crecer en producción y poder superar a Australia", asegura Cumming.

Blue Diamond ha elegido de hecho a España para empezar a producir, por primera vez ya que ni siquiera lo hace en EEUU, yogur a base de leche de almendra. Tiene un socio local español cuya identidad prefiere no desvelar y está desarrollando este proyecto pionero aquí "por la experiencia de España en el sector del almendro y por el mercado potencial que se nos abre desde aquí", resume. Como retos de nuestro país, señala el menor nivel de mecanización del cultivo, "consecuencia de que en EEUU o Australia las fincas son mucho mayores y se ha favorecido la intrudcción de otras tecnologías"; y la tecnología de riego, muy desarrollada en Australia, cada vez más en California y menos en España.

Quien más convencido se muestra de que el almendro es sin duda 'el nuevo olivo' es el experto en olivicultura Juan Vilar. El consultor jienense coincide en que puede ser un cultivo incluso más rentable que el olivar, en formato superintensivo. "Se plantaron más de cien mil nuevas hectáreas de almendro a nivel global el pasado año, al ritmo del olivar, y todos los tipos, todas las variedades, son interesantes ahora mismo tanto por sí mismas como si se usa este árbol como vía para diversificar a partir del olivo", explica.

Vilar acaba de publicar el libro 'La olivicultura internacional', respaldado por el Consejo Oleícola Internacional, en el que recorre los 58 países del mundo en donde se cultiva olivo y se produce aceite y/o aceituna de mesa. También analiza qué estrategias debe seguir el olivicultor tradicional para garantizar su pervivencia a futuro en España. Pese a este auge del almendro, Vilar reconoce que al olivar le queda aún un amplio recorrido a escala global. Pone como ejemplo de ello las 140.000 hectáreas junto al Nilo, distribuidas en parcelas de al menos 2.000, que el Gobierno de Egipto va a sacar a concesión para plantar olivos.

La estampa del almendro en flor en torno a febrero, en lugares como el Valle del Pop en Alicante o la comarca del Campo de Cagitán en Murcia, es solo la punta del iceberg de un negocio que sin hacer mucho ruido ha convertido a España en una potencia mundial. Nuestro país acumula dos años consecutivos (2016 y 2017) en los que la superficie de almendro se incrementa en 40.000 hectáreas en cada uno de esos ejercicios, hasta 660.000 hectáreas a final de 2017. Aumento que supera el crecimiento del olivo en ambos años, un cultivo que ocupa cuatro veces más extensión y, por tanto, se desarrolla más lento (2,65 millones de hectáreas a cierre del pasado año). Incluso pese a que el alza del precio del aceite ha espoleado las nuevas plantaciones, especialmente desde 2014.

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