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El Corte Inglés saldó sus propios pagarés mientras se los colocaba a sus empleados
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El Corte Inglés saldó sus propios pagarés mientras se los colocaba a sus empleados

La Fundación Ramón Areces, la mayor accionista del 'holding' con el 37,9% del capital, se deshizo de forma anticipada de estos instrumentos cuando su interés cayó en picado

Foto: Uno de los centros comerciales de El Corte Inglés.
Uno de los centros comerciales de El Corte Inglés.

La Fundación Ramón Areces, máxima accionista de El Corte Inglés, con el 37,9% de las acciones, ha tenido problemas de liquidez pese a ser la máxima beneficiaria de los dividendos que reparte el 'holding' de la distribución. Hasta tal punto que ha tenido que vender de forma anticipada los pagarés para empleados y jubilados del propio grupo para hacer frente a sus obligaciones contractuales, al tiempo que la compañía pedía dinero a sus trabajadores por hasta 1.300 millones de euros para financiar sus tensiones de tesorería.

Según han confirmado fuentes oficiales de El Corte Inglés, la Fundación Ramón Areces se ha desecho antes de su vencimiento de 15,75 millones de euros que tenía invertidos en los polémicos pagarés internos. Un instrumento histórico de financiación a través del cual la cadena de centros comerciales captaba dinero fresco sin tener que recurrir a los bancos, a cambio de conceder un tipo de interés más elevado que los depósitos tradicionales. Entre los suscriptores de estos pagarés, han estado y están empleados de la firma, jubilados, gran parte del equipo directivo, amigos de estos y hasta la propia Fundación Ramón Areces.

Pero la primera accionista de El Corte Inglés se deshizo de cuatro pagarés por 15,75 millones a finales de 2016 antes de su vencimiento por “necesidades de liquidez”, mientras al mismo tiempo la compañía pedía a sus trabajadores renovar estos títulos por unos 1.300 millones de euros. La decisión de la Fundación Ramón Areces, presidida por Florencio Lasaga, el octogenario directivo y mano derecha del fallecido Isidoro Álvarez, fue adoptada cuando estos pagarés rentaban al 4% y antes de que su rendimiento bajase al 1,2% actual.

placeholder El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, las hijas de Isidoro Álvarez, Marta (2i) y Cristina, y Florencio Lasaga. (Fundación Ramón Areces)
El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, las hijas de Isidoro Álvarez, Marta (2i) y Cristina, y Florencio Lasaga. (Fundación Ramón Areces)

La fundación, dedicada al mecenazgo científico mediante el fomento de la investigación, la concesión de becas y la realización de simposios, ingresaba al año 712.000 euros por esta inversión, que no era otra cosa que financiar al propio El Corte Inglés. Al reducirse el tipo de interés, que estaba muy por encima de cualquier oferta de cualquier banco comercial, al estar el precio del dinero oficial en el 0%, sus ingresos se hubieran reducido a más de la mitad, hasta los cerca de 220.000 euros.

Esta reducción de la rentabilidad ha provocado un desequilibrio en las cuentas de la fundación de casi 1,97 millones de euros, provocado también por el aumento del importe destinado a las becas y por los gastos de la renovación del auditorio de la sede social. Curiosamente, la venta de los pagarés se ha producido pese a que la fundación dispone de una cuenta corriente en una sociedad de cartera por 41,97 millones.

Los trabajadores financiaron la crisis

Los pagarés han sido una vía por la que el grupo presidido ahora por Dimas Gimeno y cuyo consejo de administración está siendo tutelado por Marta y Cristina Álvarez Guil, con el apoyo de Lasaga, se ha financiado históricamente. Especialmente bien le vino al 'holding' entre 2008 y 2014, cuando la empresa tuvo dificultades para obtener dinero de la banca en plena crisis del consumo y tras el 'crash' financiero. Entre esos años, el volumen de los pagarés pasó de apenas 800 a 2.050 millones, lo que puso de manifiesto que explotó esa fórmula para repagar a sus proveedores y a sus acreedores.

Foto: Foto: El Corte Inglés.


Pero siempre han sido unos instrumentos controvertidos sobre los que Deloitte, el auditor de toda la vida del 'holding', nunca dijo nada, pero sobre los que E&Y, la nueva firma que radiografía las cuentas, ha sugerido su eliminación. Sobre todo porque en caso de impago, situación que bordeó en 2014, cuando se pidió la primera renegociación de la deuda, los empleados hubieran corrido el serio riesgo de perder sus ahorros.

De hecho, como adelantó El Confidencial en octubre de 2016, Gimeno ya pidió un informe para regularizar esta fórmula de financiación camuflada de ahorro. Tras obtener el dictamen de E&Y, la compañía decidió incluir los 1.300 millones que aún quedaban en la refinanciación global acordada con los acreedores y firmada a finales de enero de este año. Para ello, El Corte Inglés ha tenido que pedir un préstamo puente con un interés creciente que quiere devolver con una emisión de bonos, para lo que tiene un plazo máximo de 24 meses.

Los pagarés no han sido el único sistema a través del cual la Fundación Ramón Areces financia a El Corte Inglés. La sociedad sin ánimo de lucro también le tiene concedido un crédito de 47,78 millones y dispone de una cuenta corriente de 16,82 millones remunerada a tipos normales de mercado.

La Fundación Ramón Areces, máxima accionista de El Corte Inglés, con el 37,9% de las acciones, ha tenido problemas de liquidez pese a ser la máxima beneficiaria de los dividendos que reparte el 'holding' de la distribución. Hasta tal punto que ha tenido que vender de forma anticipada los pagarés para empleados y jubilados del propio grupo para hacer frente a sus obligaciones contractuales, al tiempo que la compañía pedía dinero a sus trabajadores por hasta 1.300 millones de euros para financiar sus tensiones de tesorería.

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