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Estados Unidos echa a Iberdrola de una central de ciclo combinado de 565 millones
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Estados Unidos echa a Iberdrola de una central de ciclo combinado de 565 millones

Una compañía americana, que encargó a la española la construcción de una planta para dar servicio a 280.000 habitantes en Boston, la ha expulsado del proyecto millonario

Foto: Central de ciclo combinado en Castellon. (EFE)
Central de ciclo combinado en Castellon. (EFE)

Malas noticias para Iberdrola desde Estados Unidos. Salem Harbour Footprint, la compañía americana que a finales de 2014 encargó a la eléctrica española la construcción de una central de ciclo combinado por 700 millones de dólares (565 millones de euros), ha decidido echar de “forma unilateral” a la empresa vasca del proyecto por presunto “incumplimiento de contrato”. Un conflicto que viene de lejos y que las dos partes han decidido elevar a un tribunal de arbitraje estadounidense.

Fuentes oficiales han confirmado que Iberdrola Energy Projects, la filial de Iberdrola Ingeniería y Construcción (Iberinco) en Estados Unidos, ha sido expulsada del proyecto denominado Salem Harbour, situado a 30 kilómetros de Boston (Massachusetts) y que consistía en el desarrollo de un ciclo combinado de gas de 674 megavatios de potencia instalada. El objetivo era dar energía a casi 300.000 hogares.

Desde la compañía española, se califica la postura de Footprint como de “mala fe y sin causa objetiva”, porque la obra estaba terminada al 98%. Por contra, el contratista estadounidense asegura que Iberinco ha incumplido sus obligaciones, ya que la central debía haber estado terminada a finales de 2016, por lo que se ha visto en la obligación de rescindir el contrato. Burns & McDonnell, con sede en Kansas City, Misuri, ahora supervisará el proyecto después de haber estado ya trabajando en un segundo plano desde diciembre de 2017 ante el conflicto con Iberdrola.

El anterior consejero delegado de Iberinco, Tomás Muruzabal, destituido el pasado verano, se trasladó a Boston varios meses para enderezar la situación

Iberdrola ha dedicado mucho tiempo a resolver este desencuentro. De hecho, el anterior consejero delegado de Iberinco, Tomás Muruzabal, destituido el pasado verano, se trasladó a Boston varios meses para enderezar la situación, estrategia que siguió posteriormente su sucesor, Fernando Bocharán. Pero ante las dificultades, Ignacio Sánchez Galán envió como última carta a Óscar Fortis, consejero ejecutivo de Iberdrola Generación, que tampoco ha conseguido alcanzar un acuerdo.

El ciclo de Salem era una de las obras estrella de Iberinco para expandir su marca al mercado estadounidense. La filial de Iberdrola se iba a encargar de todas las fases del proyecto, lo que incluye la ingeniería, los suministros, la construcción y la puesta en marcha de la instalación, así como de los trabajos de paisajismo que se llevarán a cabo tras la finalización del contrato. Sin embargo, el proyecto se ha convertido en una pesadilla que ha acabado en los tribunales y con reivindicaciones millonarias.

Por una parte, Iberdrola reclama a varias empresas 300 millones de dólares, 242 millones de euros, mientras que Footprint le exige 140 millones de dólares, unos 115 millones de euros, por daños y perjuicios. Ambos han acudido a un tribunal de arbitraje estadounidense, uno más que acumula Iberinco, la subsidiaria de ingeniería que la matriz ha decidido absorber por los problemas legales derivados de su mala ejecución.

Millones de reputación

De hecho, la compañía, en cuyo consejo está Ignacio López del Hierro, marido de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, tiene otro conflicto en Norteamérica. En concreto, en Canadá, donde la empresa eléctrica se enfrenta a otro arbitraje en Vancouver por dos proyectos de biomasa que suman unos 353 millones de euros. El cliente también reclama una indemnización en una vista que se celebrará el próximo mes de junio.

Foto: La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y su marido Ignacio López del Hierro. (EFE)

Situación similar a la batalla judicial que tiene con el Gobierno de Kenia en una corte de arbitraje en Londres y al litigio en otro tribunal de París por la construcción de una planta en un barrio del suroeste de Berlín, por 240 millones. Una colección de problemas que ha dañado la reputación del grupo —antes ya pagó a Argelia por sobrecostes de 270 millones en una obra— y que ha llevado al presidente de Iberdrola a tomar medidas drásticas: integrar Iberinco en la matriz, poner en marcha un plan de ajuste y dejar de trabajar para clientes externos con el fin de sacar de la crisis a una filial que entró en causa de disolución.

Malas noticias para Iberdrola desde Estados Unidos. Salem Harbour Footprint, la compañía americana que a finales de 2014 encargó a la eléctrica española la construcción de una central de ciclo combinado por 700 millones de dólares (565 millones de euros), ha decidido echar de “forma unilateral” a la empresa vasca del proyecto por presunto “incumplimiento de contrato”. Un conflicto que viene de lejos y que las dos partes han decidido elevar a un tribunal de arbitraje estadounidense.

Arbitraje Ignacio López del Hierro Ignacio Sánchez Galán
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