Adiós al ejecutivo español que mandó tanto como Florentino sin pisar el Ibex

"Es un hombre hecho a sí mismo". Así define un ex alto cargo político a Francisco Javier García Sanz (Madrid, 1957). El ya ex vicepresidente mundial del grupo Volkswagen dijo adiós este jueves a su puesto en el gigante de la automoción alemán tras 17 años. Su salida se produce al mismo tiempo que la del consejero delegado, Mätthias Müller, sustituido por Herbert Diess.

Difícilmente podría imaginar este hijo de emigrantes españoles que a los 17 años ingresó como aprendiz en la compañía Rewe, en Mainz-Hechtsheim, que acabaría gestionando un presupuesto de 166.500 millones de euros en 2016 como responsable global de compras, una cifra superior a los 154.000 millones de euros que maneja el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en los Presupuestos Generales del Estado de 2018.

Un actor destacado dentro del sector de la automoción le considera "sin duda el español que más lejos ha llegado". Después de formarse en comercio y exportaciones estudió dirección de empresas en Wiesbaden. Inició su carrera en General Motors en 1979, concretamente en la filial alemana Adam Opel AG. Estando allí regresó a España para encargarse de las compras de la planta española de Figueruelas donde se produce el Opel Corsa.

En ese periodo conoció a José Ignacio López de Arriortúa con quien fue de la mano en la primera parte de su carrera. Fue entonces cuando recaló durante un tiempo en la ciudad por antonomasia de la automoción americana: Detroit. Tras 15 años en General Motors saltó al número uno europeo, el Grupo Volkswagen. Primero al frente del área de compras y desde 2001 dentro del comité ejecutivo del grupo.

Desde esa atalaya y actuando siempre con "discreción", comenta un antiguo colaborador, ha ocupado asientos en los consejos de administración de Audi, Scania, Porsche y llegó a presidente del consejo de administración de SEAT y Volkswagen en España. Con ese currículum, presidió la patronal de la industria automovilística española, Anfac, entre 2008 y 2012. Allí provocó una revolución con el objetivo de elevar a esta asociación al lugar que merecía por el peso específico que tiene la industria del automóvil en España.

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Varios allegados consultados por El Confidencial coinciden en definirle como "humilde" y "buena persona". "Sirva como ejemplo la preocupación que siempre mostraba con un hermano sordo que tiene, a pesar del elevado nivel de trabajo con que cargaba", detalla un conocido. También transmiten fuentes cercanas su "devoción por España". "Su labor ha sido buena no solo para Volkswagen sino para toda la industria automovilística española", sostiene un alto directivo de Anfac. "Le dio una dimensión global", comenta otro exmiembro de la patronal.

"Si no hubiera sido por él difícilmente hubiera traído Volkswagen la fabricación del Audi Q3 a España", reconoce un ex alto responsable de la Administración que vivió esa negociación. En 2010 fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil. Incluso hay quien cree que recientemente tuvo su influencia en minimizar los efectos de la crisis catalana para la factoría de Volkswagen en Martorell.

En 17 años en el fabricante alemán ha acumulado 22,54 millones de euros en un fondo de pensiones. Su último salario anual, el de 2017, ascendía a 5,6 millones de euros.

Alta influencia política y económica

Gran aficionado al Real Madrid, es presidente del equipo de fútbol de la empresa para la que trabajaba, el VfL Wolfsburgo, desde 2009. "Esta posición tendrá que abandonarla de manera inminente al igual que el resto de los cargos que ocupa dentro de Volkswagen", comenta una fuente familiarizada con su situación. Desde ese palco alemán ha vivido la consecución de una Bundesliga, una Copa de Alemania y una Supercopa. Pero quizás el momento más surrealista fue cuando en 2016 se enfrentó al Real Madrid de sus amores en los cuartos de final de la Champions League. Los alemanes ganaron 2-0 en la ida pero remontó el equipo blanco 3-0 en el Bernabéu.

No se le vincula claramente con ningún partido político. Tuvo buena relación con Miguel Sebastián, que se fraguó durante la época de ministro de Industria del socialista, y llevó al consejo de Seat al popular Josep Piqué. Aunque fuera del Ibex, su poder e influencia no tenía nada que envidiar al de cualquier alto cargo del selectivo. Mantiene una estrecha relación con Florentino Pérez y también está próximo a Isidre Fainé. Algo que le ha servido para ser miembro del consejo de Hochtief y de Criteria Caixa. De hecho, no es descartable la mano de Paco García Sanz, como le gusta que le llamen, en el desenlace final de la opa sobre Abertis.

La cara más oscura

Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas en su larga trayectoria profesional. Se vio involucrado en un asunto de corrupción. La justicia alemana investigó a Volkswagen por exigir a T-Systems, filial de Deutsche Telekom, que mantuviera sus patrocinios en el equipo de fútbol de la empresa para seguir contratando con la compañía automovilística. La investigación se cerró con el pago de una multa de dos millones de euros.

Pero si Francisco Javier García Sanz ha vivido un momento difícil en Volkswagen fue a raíz del Dieselgate. Fue el elegido para dar la cara por el escándalo de la compañía en Estados Unidos, uno de los lugares donde más repercusión tuvo la manipulación de emisiones en los vehículos germanos. Hasta ese punto llegaba la confianza de la marca, que le renovó en 2015 por cinco años más.

Sin embargo, ha anticipado su salida, sin estar muy claro hasta qué punto fue decisión propia y en qué medida le han enseñado la puerta los nuevos dirigentes. Hay voces que apuntan a que la nueva directiva está buscando distanciarse lo más posible del problema reputacional en que se metió la multinacional germana en 2015.

Los allegados a Paco García Sanz recuerdan que "se trata de un referente de la Marca España en el exterior" que se diluye con su retirada. Habrá que conformarse con el pasado cántabro del nuevo consejero delegado. Herbert Diess estuvo en los años noventa en la fábrica de Bosch en Treto, cerca de Santoña, donde sigue pasando periodos vacacionales y mantiene una residencia. Al menos Volkswagen mantendrá así un castellanoparlante en la cúpula.