Société Générale pone a la venta Self Bank y se encuentra con la falta de interés del sector
La falta de masa crítica y las nuevas exigencias regulatorias han llevado al banco francés a poner a la venta Self Bank en España, pero no ha despertado el interés de otras entidades
Comienza el baile en el sector de los brokers. El gigante francés Société Générale (SG) ha puesto a la venta su filial Self Bank en España, según confirman varias fuentes cercanas a la operación. No obstante, añaden que de momento se ha encontrado con una falta de interés generalizada por parte de las entidades con las que ha contactado. Este movimiento responde a la falta de rentabilidad del negocio y al incremento de los costes que implica la nueva regulación europea, la famosa directiva MiFID 2, explican estas fuentes.
SG está llevando directamente la venta y ha contactado con varias firmas bancarias e independientes que cuentan con brokers online potentes, la especialidad de Self Bank, antiguo Self Trade (aunque ahora ofrece también depósitos, cuentas nómina, fondos de inversión y hasta planes de pensiones). Algunas de estas entidades han manifestado su falta de interés por adquirir un negocio que pierde dinero y que no cuenta con suficiente masa crítica en nuestro país.
"Self Bank es un banco que pierde 4 millones al año, con 40 millones de capital y que no tiene suficientes clientes ni con suficiente patrimonio para que nos interese", asegura una entidad que no se plantea ni siquiera el precio que puede pedir SG. Según las últimas cuentas registradas en la AEB, Self Bank perdió 2,4 millones hasta septiembre del año pasado. Un portavoz del banco francés ha declinado hacer comentarios sobre la operación ni sobre las cuentas de la filial.
La MiFID 2 hace estragos en los brokers
Aparte de esta mala situación financiera, detrás de la venta se encuentra la crisis en que se encuentra el sector de la intermediación bursátil a raíz de la entrada en vigor de la MiFID 2. La exigencia de ofrecer a los clientes la "mejor ejecución" ('best execution') implica tener que canalizar las órdenes a varios mercados y plataformas, lo que supone unos elevados costes. Además, esta misma exigencia ha provocado una guerra de precios entre los brokers en la que, como siempre ocurre, tienen las de ganar las entidades más grandes.
Por último, la directiva europea obliga a desligar el análisis de la operativa en bolsa y cobrar un precio por él. Con ello, la comisión por la simple ejecución de órdenes baja, y ese descenso es difícil de recuperar con la venta del análisis porque los pequeños clientes no van a pagar por ellos y las instituciones (gestoras de fondos, bancos privados, etc.) van a ser muy selectivas: van a comprar solo una pequeña parte del 'research' que reciben ahora —el que les aporta valor añadido— y a prescindir del resto. De ahí que el mercado espere que la venta de Self Bank sea la primera de una serie de operaciones que adelgacen notablemente el sector.
Auge y caída del antiguo Self Trade
Self Bank fue creado como Self Trade en el año 2000, con la llegada de Internet y la aparición de los brokers online, y con la popularización de la inversión en bolsa entre los particulares. Sus agresivas campañas de publicidad le confirieron cierta notoriedad, que propició su compra por parte de Boursorama (Société Générale) en 2003. La Caixa también se sintió atraída por el proyecto, y en 2009 adquirió el 49% del capital de la entidad.
Sin embargo, la crisis financiera dejó sus previsiones en agua de borrajas y la entidad catalana se bajó del barco en 2015 y revendió su porcentaje a los franceses. Ahora, SG pretende hacer lo mismo, pero, de momento, parece que lo tiene complicado.
Comienza el baile en el sector de los brokers. El gigante francés Société Générale (SG) ha puesto a la venta su filial Self Bank en España, según confirman varias fuentes cercanas a la operación. No obstante, añaden que de momento se ha encontrado con una falta de interés generalizada por parte de las entidades con las que ha contactado. Este movimiento responde a la falta de rentabilidad del negocio y al incremento de los costes que implica la nueva regulación europea, la famosa directiva MiFID 2, explican estas fuentes.