Escaso apoyo a la huelga en el 'retail' para mujeres: solo Women's Secret echa el cierre

El tramo de la calle Orense, en Madrid, que va desde General Perón hasta Nuevos Ministerios es uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad. Se da la circunstancia, además, de que en 200 metros se agolpan buena parte de las marcas más populares de cosméticos y moda para el público femenino, sectores doblemente afectados en la jornada de hoy, con sendas huelgas de trabajo y consumo sobre la mesa.

A media mañana el ambiente en la calle Orense era como el de cualquier otro día. "No, aquí ninguna compañera ha hecho huelga, y yo tampoco. Hablamos de secundar los paros, pero finalmente no se ha hecho nada", dice una empleada de Oysho, propiedad de Inditex. Bajando la calle, hacia Raimundo Fernández Villaverde, las responsables de las tiendas de cosméticos sostienen que no han notado una disminución de la clientela y lo achacan al nivel adquisitivo de la zona: "Las señoras que vienen aquí no hacen huelga... y nosotras tampoco podemos dejar de venir, porque comemos gracias a ellas", dice otra empleada.

Ninguno de los comercios de la calle está lleno, lógico por otra parte un jueves a mediodía, si bien la mayoría de las clientas son mujeres. "A mí me parece muy bien la huelga, y esta tarde voy a ir a la manifestación, lo que no sabía es que hoy no podíamos comprar, me entero por ti", explica Isabel, una ciudadana en torno a 50 años que espera con un bolso la cola del H&M. El minorista sueco, con uno de los mejores locales de la calle, ha registrado en torno a ocho bajas hoy de una plantilla de cuarenta; las empleadas no saben si se les descontará de la nómina, aunque lo dan por hecho.

El mejor local es el de Mango, a espaldas de esa joya de la arquitectura brutalista que es la parroquia Hispanoamericana de la Merced. Aquí se encuentran en cuadro, pero porque han coincidido las vacaciones del personal: "Estamos solo cinco personas para toda esta tienda por las vacaciones", dice otra empleada. "No hemos notado nada en cuanto a clientes. Tenemos un pico por la mañana, poco después de abrir, y luego otro por la tarde, como sucede todos los días. Yo apostaría a que haremos la misma caja". En esta tienda de Mango las empleadas no han parado ni secundado la huelga, aunque algunas informaron ayer a la dirección de que esta tarde abandonarán su puesto de trabajo para acudir a la manifestación. No les han puesto trabas.

La única tienda de la calle con el cierre echado es Women's Secret. La minorista de Cortefiel dedicada a la lencería ha cesado su actividad durante dos horas esta mañana y volverá a cerrar otra hora por la tarde en apoyo a la huelga feminista. Sobre la verja, tres carteles: uno explicando las causas y dos reivindicaciones: "Feliz día de la Mujer Trabajadora" y "¡Como mujeres nos unimos al parón!". Justo fuera, en torno a la boca de metro de Nuevos Ministerios, en torno a treinta personas, de ambos sexos, se agolpan en un extremo de la acera. Son trabajadores de la agencia de publicidad DDB, que han extendido el parón durante más de una hora. "Estamos pasando bastante frío, pero estamos aquí para que se nos vea, que si no todo se queda en Twitter", dice una de ellas, que porta un cartel contra la brecha salarial. Por aquí no han pasado los piquetes.

Al final de la calle está El Corte Inglés, cuya planta baja está dedicada a la cosmética, la perfumería y los complementos de marcas de lujo. Las empleadas consultadas afirman que muchas han realizado el parón de la mañana, pero que pocas han faltado a trabajar. Aquí la clientela es especialmente refractaria: "¡Uy, qué sandez!", responde una señora enfundada en un visón al ser preguntada. "Las huelgas son para ayudar a la gente que lo necesita, no para hacer el ganso", concluye. Fuentes oficiales de los grandes almacenes apuntan a un seguimiento "bastante inferior al 1%" del total de sus 92.000 trabajadores.