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Bayer se atasca con Monsanto por las dudas de Bruselas: retrasa su compra a verano
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Bayer se atasca con Monsanto por las dudas de Bruselas: retrasa su compra a verano

La CE está investigando la adquisición del 'rey' de los transgénicos desde agosto por si vulnera la competencia. Bayer se compromete a vender su negocio de semillas para facilitar el proceso

Foto: Bayer se compromete a vender unidades de negocio para que Bruselas le despeje el camino hacia Monsanto. (EFE)
Bayer se compromete a vender unidades de negocio para que Bruselas le despeje el camino hacia Monsanto. (EFE)

Mayo de 2016. Bayer confirma su interés en el gigante estadounidense de los transgénicos, Monsanto, al que presenta una oferta de adquisición por un importe millonario. Han pasado casi dos años desde entonces y la operación sigue atascada, sobre todo después de que la Comisión Europea pusiese en marcha una investigación en agosto para determinar si una compra de semejante envergadura vulnera la competencia.

“Nuestro objetivo ahora es cerrar la transacción en el segundo trimestre de 2018”, ha dicho este miércoles el presidente de Bayer, Werner Baumann. No es la primera vez que el grupo farmacéutico y químico pospone el cierre de una operación que trae de cabeza a las autoridades de cada país. Ya hizo lo propio en la presentación de resultados del año pasado, cuando vaticinó el final del proceso antes de que acabase 2017.

Foto: Bayer. (Reuters)

No se ha cumplido el plazo en parte porque la comisaria europea de Competencia, Margrete Vestager, ha retrasado el veredicto final de su investigación hasta abril como fecha limite, en espera de recibir más datos por parte de ambas empresas.

Bayer espera mitigar la inquietud de los reguladores con la venta de todo su negocio de semillas

La operación no es baladí. Si prospera, se traducirá en la empresa más grande del mundo en pesticidas y semillas, “un mercado que a escala global ya está concentrado, vistas las fusiones recientes entre Dow y Dupong, Syngenta y ChemChina”, advirtió la Comisión Europea cuando puso la lupa en los planes de Bayer y Monsanto.

Los agricultores y ganaderos “deben tener acceso a productos a precios razonables y no depender exclusivamente de un único proveedor. Los alimentos son los bienes más importantes que tenemos”, dejó claro Vestager en una de sus últimas intervenciones al respecto. También preocupa un hipotético impacto en la calidad, la libertad de elección en algunos mercados o la innovación, aunque este último aspecto es uno de los más resaltados por Bayer cuando defiende la compra de Monsanto.

Contrapartida al 'monstruo' de los transgénicos

En efecto, el propósito de la multinacional alemana es “crear una compañía líder en agricultura” con capacidad para innovar y “hacer frente a retos como el cambio climático o el crecimiento de la población” a nivel mundial. Bayer se ha comprometido a vender todo el negocio de semillas vegetales convencionales (tomate, cebolla, pimiento, etc) -que se sumaría a la desinversión de una parte de estos productos, ya anunciada en octubre- para que se despeje el camino a una de las mayores fusiones de la historia, que daría lugar al 'monstruo' de los alimentos modificados genéticamente.

“Esperamos mitigar así cualquier preocupación por parte de los reguladores”, añaden desde la empresa tras dejar claro que estas medidas están condicionadas al cierre de la operación. No obstante, las semillas apenas representan un 10% dentro de Crop Science, la división de agricultura de Bayer. El 90% de las ventas proviene de protección de cultivos (pesticidas, etc).

placeholder El presidente de la farmacéutica alemana Bayer, Werner Baumann. (EFE)
El presidente de la farmacéutica alemana Bayer, Werner Baumann. (EFE)

Más de la mitad de los 30 reguladores de varios países han aprobado la operación, Brasil y Estados Unidos incluidos, indica Baumann. No obstante, Bruselas podría tumbar una adquisición ahora valorada en unos 54.000 millones de euros, aunque los directivos de Bayer se muestran optimistas. Crop Science es la división de agricultura del grupo alemán, donde trabajan 2.000 de los casi 100.000 empleadosen todo el mundo. A ella se suma Pharmaceuticals (farmacias, medicamentos con receta), Consumer Health (fármacos sin receta, suplementos alimenticios y cuidado corporal), Animal Health (veterinaria) y Covestro (materiales). En esta última ha reducido su participación para financiar la compra de Monsanto.

Bayer facturó 35.015 millones de euros (+0,2%) en 2017 y ganó 7.336 millones (+62%) a nivel global. En términos de ebit (beneficio operativo) se anotó 5.903 millones de euros (+2,9%), pero no todas sus unidades tuvieron un buen desempeño. Las ventas de la división farmacéutica crecieron un 2,6% hasta los 16.847 millones, a diferencia de la agrícola (-3,4% hasta los 9,577 millones) o Consumer Health (-2,9% hasta los 5.862 millones), cuyos resultados estuvieron “por debajo de las expectativas” del grupo.

Mayo de 2016. Bayer confirma su interés en el gigante estadounidense de los transgénicos, Monsanto, al que presenta una oferta de adquisición por un importe millonario. Han pasado casi dos años desde entonces y la operación sigue atascada, sobre todo después de que la Comisión Europea pusiese en marcha una investigación en agosto para determinar si una compra de semejante envergadura vulnera la competencia.

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