Dime cómo eres y te diré cómo inviertes: así influye tu personalidad en tus inversiones

A todos nos mueven las pasiones y los criterios subjetivos a la hora de tomar decisiones. Ya sea eligiendo una casa, un trabajo, una pareja o cualquier otra decisión vital, el componente emocional juega un factor importante. Sin embargo, hay circunstancias en las que dejamos a un lado los factores subjetivos y nos volvemos totalmente analíticos. Y una de esas circunstancias es el momento en que decidimos invertir nuestro dinero.

Pero ¿realmente es así? ¿De verdad somos totalmente objetivos y analíticos a la hora de invertir? La evidencia nos dice otra cosa: lo cierto es que, aunque queramos ser lo más racionales posibles, siempre hay cuestiones externas de nuestra personalidad que nos acaban influyendo. Si no crees que tu personalidad te esté influyendo a la hora de invertir, te lo vamos a demostrar.

Los cuatro tipos de inversores

Según investIQ, herramienta de educación financiera y finanzas conductuales de Schroders, se podría agrupar a los inversores en cuatro tipos de perfiles:

1.- El optimista sensato. El inversor optimista es tranquilo, confiado y no se deja llevar demasiado por las pasiones. Su enfoque de inversión, además, es compuesto, estable y racional. Su desventaja es que, en ocasiones, puede dejarse llevar por la multitud.

2.- El jinete solitario. Frente a lo que opinen los demás, el independiente prefiere circular por libre y tomar sus propias decisiones, aunque no por ello deja de ser realista y equilibrado. Sin embargo, esa soledad también puede llevarle a ser ansioso, impulsivo y demasiado condescendiente.

3.- El planificador precavido. Es metódico, cuidadoso y con mucha cautela, con lo que, por lo general, sus opciones de ahorro suelen ser las mejores. Pero también tiene una desventaja: puede caer en el nerviosismo, la indecisión y el posible arrepentimiento de según qué inversiones.

4.- El cazatendencias. No tiene un criterio propio demasiado establecido. Suele dejarse llevar por lo que decida la mayoría y es ahí donde mete su dinero. ¿Su ventaja? Suele ser constante, compuesto y equilibrado.

Tu personalidad afecta a tus inversiones

1.- ¿Cómo afecta el efecto manada a la toma de decisiones de inversión?

Tu compañero de trabajo te acaba de decir que él lleva tiempo invirtiendo en un valor segurísimo y que dará una rentabilidad asombrosa. Otras dos personas en la oficina han hecho lo mismo, y resulta que un familiar tuyo también, así que lo tienes claro: ahí es donde debes meter tu dinero. ¿Estás seguro? Ojo, porque el hecho de que mucha gente invierta en algo no tiene por qué significar que tú también debas hacerlo sin pararte antes a pensar.

​2.- ¿Cómo afecta el exceso de confianza a la toma de decisiones de inversión?

Llevas unos meses invirtiendo y estás teniendo muy buenos resultados. Definitivamente esto es lo tuyo, ¿eh? Pero ojo, no te relajes. A veces, unos buenos resultados previos pueden hacer que bajes la guardia, sobrevalores tus capacidades y des por sentado que, elijas lo que elijas, ganarás. Recuerda: analiza siempre cada inversión como si fuese la primera.

3.- ¿Cómo afecta el exceso de optimismo a la toma de decisiones de inversión?

Te acabas de encontrar con una oportunidad de inversión bastante buena. De hecho, toda la gente a la que conoces ha sacado muy buenos beneficios de ella, y está claro que tiene muchos aspectos positivos. Pero ¿te has parado a analizar los negativos? Toda inversión tiene su parte de riesgo, así que recuerda: que las malas noticias no hayan llegado hasta ahora no quiere decir que no vayan a hacerlo nunca.

4.- ¿Cómo afecta la aversión a las pérdidas a la toma de decisiones de inversión?

Seamos sinceros: a todos nos da miedo perder, y este miedo aumenta a medida que lo hace la cantidad que estamos arriesgando. Cuando analices una posibilidad de inversión, recuerda reflexionar sobre si estás valorando en su justa medida estos riesgos. Ni más ni menos, solo lo justo.

5.- ¿Cómo afecta la aversión al arrepentimiento a la toma de decisiones de inversión?

Hay un sentimiento que a menudo nos tiene dando vueltas en la cama sin poder dormir: el arrepentimiento. Incluso cuando la cosa está yendo bien, cualquier inversión podría provocarnos más de un dolor de cabeza si comenzamos a martirizarnos por ella. ¿La solución? Mesura, tranquilidad y una visión lo más objetiva posible de cada inversión.

​6.- ¿Cómo afecta la aversión a la ambigüedad a la toma de decisiones de inversión?

Te encuentras ante dos oportunidades concretas de inversión: una en renta fija y otra en renta variable. Tienes claro que con la variable podrás ganar mucho más dinero, sí, pero quizás el temor a perderlo —o tu tendencia al sosegamiento— te lleven a optar por la fija. Cualquier modelo es válido, lo importante es que elijas el que mejor se adapte a tu personalidad.

​7.- ¿Cómo afecta la impulsividad a la toma de decisiones de inversión?

Si eres una persona impulsiva, ese carácter te habrá dado muchas alegrías a lo largo de tu vida, pero quizá también algún que otro dolor de cabeza. Con las inversiones pasa lo mismo: por muy objetivo y riguroso que te creas, tu carácter más o menos impulsivo jugará un papel importante en tu toma de decisiones.

8.- ¿Cómo afecta la tendencia a la proyección a la toma de decisiones de inversión?

Antes de empezar a invertir cogiste la calculadora y te pusiste a pensar: cuánto dinero tienes, cuánto vas a gastarte, cuánto ingresas mensualmente, cuánto vas a necesitar en los próximos años... Pero, ojo, que esto no siempre será igual. Lo más probable es que con el tiempo tus condiciones económicas cambien (ganarás más o menos dinero, querrás formar una familia, tendrás que comprarte una casa...), así que tenlo en cuenta cuando vayas a hacer cálculos.

9.- ¿Cómo afecta la ansiedad a la toma de decisiones de inversión?

La ansiedad nunca es una buena compañera en ningún tipo de circunstancia, tampoco a la hora de invertir. Si estás pasando por una etapa de ansiedad, sopesa muy deliberadamente cada proceso de inversión. Si lo necesitas, no dudes en pedir ayuda profesional a la hora de decidir dónde pones tu dinero.

10.- ¿Qué nivel de incertidumbre estás dispuesto a asumir?

Pongamos las cartas sobre la mesa: ¿cuántos riesgos quieres correr? ¿Cuánto dinero estás dispuesto a perder? ¿A qué tipo de volatilidades quieres exponerte y a cuáles no? Antes de empezar a invertir, intenta autodiagnosticar cómo funciona tu personalidad en ese sentido para adecuar a ello tus inversiones.

Descubre qué tipo de inversor eres

Si quieres saber qué tipo de inversor eres, puedes averiguarlo gracias a investIQ, una herramienta de educación financiera y finanzas conductuales de Schroders que, mediante un test, analiza tu perfil de inversor, tus fortalezas y debilidades, y cómo te comparas con el resto de la gente. El test evalúa de qué manera tomas decisiones de inversión mediante una serie de preguntas, para las que no hay respuestas correctas, solo distintos enfoques, y te da consejos para gestionar mejor las tendencias de comportamiento que te puedan estar afectando negativamente.

Y es que, como vemos, el tipo de personalidad de cada cual acaba influyendo de manera determinante en sus inversiones. Y esto es esencial: cuanto mejor te conozcas, mejores inversiones serás capaz de hacer.