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Urkullu activa el desembarco en empresas vascas tras el retiro obligado de Kutxabank
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Azpiazu busca favorecer el arraigo de la firma

Urkullu activa el desembarco en empresas vascas tras el retiro obligado de Kutxabank

El Gobierno vasco estrena el Fondo Social del Instituto Vasco de Finanzas con la compra de un 1,24% de CAF al banco de las antiguas cajas, que ha desinvertido 1.500 M en empresas obligado por el BCE

Foto: La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu. (EFE)
La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu. (EFE)

El Gobierno vasco ha estrenado el Fondo Social del Instituto Vasco de Finanzas con la compra de un 1,24% de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) por 15 millones de euros a Kutxabank, propietaria de las 425.870 acciones que componen la operación. El Ejecutivo autonómico ha explicado que tiene previsto dotar al fondo de 100 millones de euros de dinero público a los que pretende añadir otros 150 millones de inversores privados. El objetivo es acceder al capital social de compañías vascas con carácter "tractor y estratégico" para "favorecer su crecimiento" y el "arraigo" de las compañías. Y llega en un momento en que la Kutxa, arma indirecta de influencia política en el pasado, se ve limitada por las trabas comunitarias y se ha visto forzada a dar un paso atrás en su presencia en el núcleo duro del empresariado vasco.

Con esta adquisición, la Administración vasca pone un pie directamente en una compañía en la que Kutxabank, la entidad originada por la fusión de las antiguas cajas vascas, está en proceso de retirada. Antes de vender este 1,24%, ya se deshizo de otro 5,8% (68 millones de euros) que compró el empresario malagueño Rafael Domínguez, activo inversor conocido por la ropa de moda infantil Mayoral. Esta no es la primera vez que Kutxabank ha decidido desinvertir de la cartera de participadas que tiene la entidad.

Foto: Ferrocarril de CAF

Desde 2012, la entidad ha reducido sus posiciones en diferentes empresas desde los más de 3.100 millones de euros que llegó a acumular en participadas hasta los 1.500 millones actuales. Una parte importante de las ventas se ha hecho con desinversiones en el núcleo duro empresarial euskaldún como Iberdrola, Euskaltel, Informática de Euskadi, Ibermática, la agencia de publicidad Mediasal ​y la propia CAF, además de otros activos fuera del País Vasco como sus acciones en Enagás, Visa y pequeños negocios procedentes de la herencia de Cajasur, que también se integró en la entidad vasca.

Este adelgazamiento del banco vasco ha venido forzado desde Bruselas. El Banco Central Europeo obliga desde hace cinco años a realizar importantes dotaciones de capital para mantener participadas empresariales en el balance de los bancos, lo que penaliza a las entidades de cara a mantener los ratios de capital exigidos por la propia institución dirigida por Mario Draghi. Al igual que CaixaBank, Kutxabank ha ido sacando de su balance una parte significativa de las participadas industriales heredadas de las estructuras que en el pasado tenían las cajas, en cuyos consejos de administración se sentaba de forma directa o indirecta el poder político. Una práctica que la debacle financiera que irrumpió en la década pasada ha ido transformando.

placeholder Foto de archivo del presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia (c), junto al presidente de la asociación de empresarios de Guipúzcoa, Pello Guibelalde. (EFE)
Foto de archivo del presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia (c), junto al presidente de la asociación de empresarios de Guipúzcoa, Pello Guibelalde. (EFE)

A pesar de las desinversiones, la entidad financiera mantiene alrededor de 1.500 millones de euros en participaciones, la mitad que en 2012. Pese al consumo de capital que supone, actualmente le da más que de sobra para cumplir con Bruselas. La compañía informó en diciembre que mantiene un ratio 'fully loaded' (el más exigente) del 14,76%, lo que es casi el doble de lo que le exige el BCE. De hecho, la entidad sostiene que es el banco más solvente de España. No obstante, la desinversión de hoy demuestra que sigue soltando lastre. Ahora está centrada en deshacerse de una parte importante de su paquete accionarial en la concesionaria Itínere, que gestiona entre otras la AP-1 de Burgos a Vitoria o la AP-15 que atraviesa Navarra de norte a sur.

La penalización del BCE tiene por objetivo sacar de las entidades bancarias todo lo que no se circunscriba a la actividad financiera. Esta profesionalización de Kutxabank y su focalización en el negocio bancario le ha obligado a disminuir su poder sobre esas empresas participadas. En este contexto, el Gobierno Vasco ha iniciado la entrada en el capital de compañías de Euskadi con este fondo, al que pretende inyectar 30 millones este año y está inserto dentro del Plan de Industrialización 2017-20.

El inicio de compras por parte del fondo creado por el Gobierno vasco llega después de que Kutxabank haya desinvertido la mitad de sus participadas

Las compras que haga este fondo estarán vetadas para compañías con problemas, ya que, según explica Ajuria Enea, se podría ver por parte de la Comisión Europea como una ayuda de Estado ilegal. Es decir, el objetivo del fondo no es sostener la acción de las empresas. La idea es entrar tanto en cotizadas como en otras compañías que no lo están. Para el caso de CAF, el consejero vasco de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, aclaró este jueves que aunque en el caso de CAF no hay un "riesgo inmediato" de traslado de su centro de decisión de Euskadi, ello no supone que no pudiera darse.

La consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, señaló que esta participación supone "una decisión de carácter estratégico de permanencia en la empresa" por parte del Ejecutivo vasco, que se convierte en "socio estable y comprometido con el futuro" de la compañía, así como en "colaborador leal" con el resto de sus accionistas. También indicó que no se descarta "poder seguir ampliando" la adquisición de capital en la compañía.

Aunque esta operación no permite al Gobierno vasco entrar en el consejo de administración de CAF, sí que posibilita una "interlocución directa"

Asimismo, apuntó que, aunque esta operación no permite al Gobierno vasco entrar en el consejo de administración de CAF, sí que posibilita una "interlocución directa" para "todos los aspectos técnicos y de crecimiento" que la compañía pretenda asumir, a lo que Azpiazu añadió que "la voluntad no es especulativa". El dirigente del PNV explicó que esta política industrial tendrá "continuidad", con operaciones "similares".

La declaración de intenciones de los mandatarios autonómicos llega después de que actores destacados en el entramado empresarial y laboral vasco, como el sindicato LAB, reivindicaran la participación pública en las empresas estratégicas vascas. Aun así, los representantes de los trabajadores piensan que con esto el Ejecutivo presidido por Iñigo Urkullu no aumenta su poder en CAF, ya que la venta del 1,24% procede de Kutxabank.

El Gobierno vasco ha estrenado el Fondo Social del Instituto Vasco de Finanzas con la compra de un 1,24% de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) por 15 millones de euros a Kutxabank, propietaria de las 425.870 acciones que componen la operación. El Ejecutivo autonómico ha explicado que tiene previsto dotar al fondo de 100 millones de euros de dinero público a los que pretende añadir otros 150 millones de inversores privados. El objetivo es acceder al capital social de compañías vascas con carácter "tractor y estratégico" para "favorecer su crecimiento" y el "arraigo" de las compañías. Y llega en un momento en que la Kutxa, arma indirecta de influencia política en el pasado, se ve limitada por las trabas comunitarias y se ha visto forzada a dar un paso atrás en su presencia en el núcleo duro del empresariado vasco.

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