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Los bancos pagarán menos impuestos en 2018 pero no generarán créditos a futuro
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LAS PROVISIONes serán deducibles

Los bancos pagarán menos impuestos en 2018 pero no generarán créditos a futuro

Las nuevas normas contables reducirán la factura fiscal anual de la banca porque las provisiones serán deducibles, pero a cambio reducirán sus créditos fiscales para el futuro

Foto:  El ministro de Hacienda, Critóbal Montoro. (EFE)
El ministro de Hacienda, Critóbal Montoro. (EFE)

Durante la crisis, los bancos tuvieron unos gastos que reducían sus beneficios pero que no se podían desgravar en el Impuesto de Sociedades, lo que significa que pagaron más impuestos de los que deberían. Para compensarlo, Hacienda les reconocía el derecho a guardarse esos gastos y utilizarlos en el futuro para reducir los impuestos que debían pagar por los beneficios de los años posteriores: estos créditos o activos fiscales, que por eso se llaman diferidos.

Foto: Edificio del Banco de España.

Estos gastos no deducibles que tenían los bancos provenían principalmente de las provisiones que realizaban para cubrir las pérdidas de sus activos tóxicos, sobre todo el crédito moroso y los inmuebles adjudicados. Provisionar consiste, básicamente, en guardar dinero en un cajón (por un porcentaje del valor de esos activos) para asumir las posibles pérdidas cuando lleguen. Ese dinero se restaba del beneficio, pero como no era una pérdida real (el dinero seguía en el cajón del banco), no disminuía la base sobre la que se calcula el Impuesto de Sociedades, es decir, la base imponible. Por eso, generaba un activo fiscal diferido.

placeholder El gobernador del Banco de España, Luis María Linde. (EFE)
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde. (EFE)

Ahora esta situación va a cambiar con la nueva circular contable aprobada por el Banco de España, que adapta la norma internacional de contabilidad IFRS 9. Esta regla establece que las provisiones pasan a ser deducibles fiscalmente. En consecuencia, las que doten a partir de ahora reducirán los impuestos que pagan con cargo al ejercicio en curso. Pero, a cambio, dejarán de generar DTA, lo que significa que pagarán más a Hacienda el día de mañana.

El grueso de las provisiones ya está dotado

Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las provisiones provocadas por la crisis ya están dotadas -de hecho, algunas entidades como Abanca están liberando una parte porque consideran que han dotado de más-, así que el impacto de esta deducibilidad de las mismas en el Impuesto de Sociedades será limitado... salvo que venga otra crisis. Algo que no es descartable, sobre todo en las entidades con mayor exposición a Cataluña después de las elecciones de esta semana.

Según una importante consultora, el efecto más importante es el del fin de los DTA. Estos activos fiscales han supuesto un verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno y el sector, ya que una parte computa como capital de las entidades pero las normas de Basilea III obligan a restar aquellos cuya recuperación no esté asegurada (esta depende de que las entidades tengan suficientes beneficios en el futuro para ello); un problema de primera magnitud si tenemos en cuenta que la banca española tiene 50.000 millones en estos créditos fiscales.

Santander se llevó 5.000 millones del Popular

Por ello, el Ejecutivo garantizó su recuperabilidad aunque los bancos no alcancen beneficios suficientes, algo que fue considerado inicialmente ayuda de Estado por Bruselas, lo que habría obligado a incluir estos activos en la deuda o el déficit públicos. Finalmente, se llegó a un acuerdo por el que los bancos deben pagar una tasa anual a cambio de salvar 40.800 millones en estos créditos.

placeholder Ana Botín junto a Ronaldo Nazario. (UEFA)
Ana Botín junto a Ronaldo Nazario. (UEFA)

El último ejemplo de la importancia de estos activos fiscales lo ha facilitado la compra del Banco Popular por el Banco Santander. La entidad que preside Ana Botín se apuntará casi 5.000 millones por los DTA del Popular (es decir, ha obtenido ese beneficio en la operación, además de los 2.000 millones procedentes de la amortización de la deuda subordinada del banco intervenido), de los que ha cobrado ya 500 millones en efectivo, como adelantó El Confidencial.

Durante la crisis, los bancos tuvieron unos gastos que reducían sus beneficios pero que no se podían desgravar en el Impuesto de Sociedades, lo que significa que pagaron más impuestos de los que deberían. Para compensarlo, Hacienda les reconocía el derecho a guardarse esos gastos y utilizarlos en el futuro para reducir los impuestos que debían pagar por los beneficios de los años posteriores: estos créditos o activos fiscales, que por eso se llaman diferidos.

Cristóbal Montoro Banca
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