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La cúpula de Telefónica pierde un bonus de hasta 350 millones por la caída en bolsa
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ha perdido una cuarta parte de su valor

La cúpula de Telefónica pierde un bonus de hasta 350 millones por la caída en bolsa

Álvarez-Pallete acordó también suspender el plan 2016-2019 por considerar que "no estaba alineado con la planificación estratégica del grupo, teniendo en cuenta el entorno macroeconómico"

Foto: Fachada de la sede corporativa de Telefónica. (EFE)
Fachada de la sede corporativa de Telefónica. (EFE)

En la reciente intervención de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en la Convención de Directivos, el primer ejecutivo de la operadora aseguró que “la acción no recoge el trabajo que estamos haciendo”. Una crítica velada a los analistas que cubren la cotización y que era similar a la que años atrás hacía su predecesor, César Alierta, cuando sus apuestas personales para hacer subir el valor acababan en pérdidas. Un comportamiento de la acción que ha hecho perder a sus directivos un bonus por un máximo de 350 millones de euros.

Según información oficial, los consejeros ejecutivos de Telefónica y un total de 1.300 directivos no van a recibir ninguna de las acciones correspondiente al primer ciclo del plan de incentivos a largo plazo aprobado por la Junta General de 2014. Esa gratificación, denominada ‘Performance and Investment Plan’, tenía una duración de cinco años (2014-2019), dividido en tres tramos que empezaban a contabilizarse desde el 1 de octubre de 2014.

El importe máximo a repartirse no podía exceder del 0,3% del capital de Telefónica o de 350 millones de euros, siempre y cuando la ‘telco’ española ofreciera a sus accionistas una rentabilidad igual o superior a un grupo de 14 competidores, incluido el dividendo. Entre ellas, Vodafone, British Telecom, Telenor, KPN, Orange, Deutsche Telekom, Telecom Italia, Swisscom, Oi, America Movil y Millicom. Incluso en el caso de batirlas con suficiencia, los directivos tenían derecho a percibir hasta el 120% de las acciones asignaciones.

placeholder  El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. (EFE)
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. (EFE)

Cuando entró en funcionamiento el primer ciclo, el 1 de octubre de 2014, la cotización de la compañía presidida entonces por Alierta se cambiaba a 12,06 euros. El pasado 1 de octubre, cuando acabó el periodo de cómputo de este primer tramo, la acción se pagaba en bolsa a 9,19 euros, por lo que durante estos tres años ha perdido un 23,8%. Si se compara con la cesta de sus competidores, Telefónica solo ha acabado por delante de British Telecom y de la escandinava Telia.

Si a eso se suma que la operadora española ha recortado su dividendo desde los 0,70 hasta los 0,40 euros por título, el resultado es que ni Pallete ni su equipo recibirán este bonus. Entre ellos, Ángel Vilá, el nuevo consejero delegado, Guillermo Ansaldo (responsable de recursos humanos), Eduardo Navarro (jefe de Brasil) y Ramiro Sánchez de Lerín, secretario del consejo de administración. En el caso del presidente, tenía derecho a recibir un máximo de 300.000 acciones, valoradas en 3,6 millones cuando empezó el ciclo y 2,75 millones, el pasado 1 de octubre, debido a la caída acumulada.

La cotización de la operadora se ha depreciado cerca de un 24%, mientras el Ibex 35 tan solo ha perdido un 3,45% durante el periodo de cómputo

El segundo ciclo de este ‘Performance and Investment Plan’ arrancó el 1 de octubre de 2015 y acaba en la misma fecha de 2018. Hasta el momento, la evolución de la cotización de Telefónica no hace presagiar mejor fortuna, ya que ha perdido algo más del 24%. Si a ello se suma el recorte del dividendo, la acción debería experimentar un recorrido alcista muy relevante para que los directivos del grupo tuvieran derecho a recibir el bonus extraordinario, algo difícil pero no imposible.

Anulado por los despidos

En lo que se refiere al tercer ciclo de este Plan (2016-2019), el consejo de administración de Telefónica, ya bajo el mandato de Pallete, acordó no ejecutarlo ni implementarlo por considerar que “no estaba suficientemente alineado con la planificación estratégica del grupo, teniendo en cuenta las circunstancias y el entorno macroeconómico”. El nuevo presidente consideró poco ético repartirse un aguinaldo millonario mientras aprobaba un plan de bajas incentivadas para cerca de 10.800 empleados, con un coste de 3.500 millones.

Solo en tres de los últimos diez años, Telefónica ha conseguido acabar un ejercicio natural -desde el 1 de enero al 31 de diciembre- con ganancias en bolsa. Desde finales de 2007, la acción se ha dejado un 61,32%, lo que ha reducido su valor de mercado hasta los 44.500 millones. Su capitalización bursátil es inferior a la deuda neta del holding, que a 30 de septiembre alcanzaba los 47.222 millones de euros.

En la reciente intervención de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en la Convención de Directivos, el primer ejecutivo de la operadora aseguró que “la acción no recoge el trabajo que estamos haciendo”. Una crítica velada a los analistas que cubren la cotización y que era similar a la que años atrás hacía su predecesor, César Alierta, cuando sus apuestas personales para hacer subir el valor acababan en pérdidas. Un comportamiento de la acción que ha hecho perder a sus directivos un bonus por un máximo de 350 millones de euros.

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