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Las 24 horas de Cebrián antes de su caída: café en la Moncloa y desayuno en la Zarzuela
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así intentó frenar su destitución

Las 24 horas de Cebrián antes de su caída: café en la Moncloa y desayuno en la Zarzuela

El hasta hace tres días presidente de Prisa recurrió a Mariano Rajoy, a Felipe VI y a Juan Carlos I antes de que varios accionistas solicitaran su destitución tras un batalla sangrienta

Foto: Foto de archivo del presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián. (EFE)
Foto de archivo del presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián. (EFE)

¿Cuántas acciones de Prisa tiene Mariano Rajoy? ¿Y el Rey? ¿Y Don Juan Carlos? Oficialmente se desconoce si el presidente del Gobierno, el jefe del Estado y Juan Carlos I han invertido o invierten directa o indirectamente en el grupo de comunicación dueño de ‘El País’. No consta en ningún registro oficial que hayan tenido intereses económicos en la compañía presidida hasta hace pocos días por Juan Luis Cebrián. Pero lo cierto es que los tres se vieron con el veterano periodista en las horas previas a que anunciase que dejaba voluntaria, según la versión oficial, o forzosamente el primer puesto ejecutivo en el 'holding' mediático más influyente de España en los últimos 40 años.

Aunque en las agendas oficiales de Rajoy y de Felipe VI no estaban incluidos encuentros con el factótum de ‘El País’, tanto el presidente del Gobierno como el jefe de Estado le hicieron un hueco. El líder del PP, que el martes 14 había acudido a la Cadena Cope, al programa de Carlos Herrera, aceptó la propuesta de reunirse con Cebrián a menos de 24 horas de que el consejo de administración de Prisa votase su continuidad, la destitución de gran parte de los miembros del órgano de gobierno y que la junta de accionistas validase un plan de rescate con la aportación de 550 millones de euros.

[Tres horas y bronca para el adiós a Cebrián]

La tarde de ese martes fue ajetreada para Cebrián, puesto que tras salir del Palacio de la Presidencia del Gobierno asistió a conversaciones con Ana Botín y José María Álvarez-Pallete para remodelar a la mañana siguiente el consejo de administración sin pasar por el dictamen de la comisión de nombramientos y retribuciones. El miembro de la Real Academia de la Lengua apalabró con la presidenta del Santander la destitución de cinco consejeros, entre otros los que se habían dedicado a buscarle un sustituto, como Alain Minc -hombre de La Caixa- y Gregorio Marañón Beltrán de Lis, y el nombramiento de otros cinco que no estaban en el orden del día.

Algunos de los accionistas que no habían sido informados de estas maniobras en la sombra se enteraron a las 9.00 horas del 15 de noviembre de todos estos movimientos en el órgano de gobierno del Grupo Prisa. Fue el momento en el que empezó el consejo de administración, que discurrió lejos del señorío que se les supone a hombres y mujeres que merecen un asiento en una empresa cotizada. Las palabras gruesas y las amenazas fueron la nota predominante en una reunión a la que asistieron dieciséis miembros y que acabó con tan solo nueve tras las dimisiones adicionales voluntarias de Ernesto Zedillo, expresidente de México e íntimo de Cebrián, y Glen Moreno.

La destitución de cinco consejeros independientes fue adoptada sin pasar por la comisión de nombramientos con el silencio de la CNMV

La hostilidad alcanzó su punto álgido cuando el periodista se levantó de la mesa y se fue con presteza. ¿Destino? El Palacio de la Zarzuela. Allí le esperaba Su Majestad el Rey, en cuya agenda pública no aparecía ninguna cita oficial. Así lo aseguran fuentes conocedoras de la reunión, a la que asistió además su padre, el emérito. Juan Carlos I no suele pasar mucho tiempo por la casa de su hijo, pero ese día, a media mañana, estaba allí. ¿Coincidencia? Al rey emérito se le atribuyó un papel fundamental el pasado mes de abril cuando llamó personalmente a Isidro Fainé y Ana Botín para que rebajasen la presión contra el presidente de Prisa. Les pidió que le dieran tiempo para vender Santillana, la editorial de libros educativos, y arreglar la asfixiante situación financiera del grupo. La clave era que llegase sano y salvo a la junta general ordinaria del 30 de junio.

Así fue, pero la desinversión fracasó por los bajos precios que ofrecieron los potenciales compradores. Sin los 1.500 millones que pedía por esta subsidiaria, Prisa entró en causa técnica de disolución, lo que activó el nivel máximo de alerta. O el grupo ampliaba capital, es decir, pedía otra vez dinero a los accionistas a la carrera, o los acreedores ejecutarían las garantías, por lo que el dueño de ‘El País’ pasaría a manos de fondos oportunistas y bancos internacionales. Se optó por la primera opción siempre y cuando Cebrián no estuviera al frente de la sociedad, no gestionara los 550 millones que Telefónica, Santander, CaixaBank, HSBC y otros inversores poco ortodoxos de Prisa debían poner encima de la mesa.

Foto: El empresario Joseph Oughourlian durante su intervención. (YouTube)

En consecuencia, se abrió la batalla por su sucesor. Amber Capital, propietario del 19% de las acciones y el más beligerante, propuso a Luis Velo, exdirectivo de Telefónica en primer lugar, y después a Manuel Pizarro, expresidente de Endesa, a petición de César Alierta, inversor al mismo tiempo del ‘hedge fund’ dirigido por Joseph Oughourlian. Un nombramiento que escondía el deseo del exbróker de bolsa de tomar el control de Prisa, ansia que no pasaba el examen de la Moncloa, un jardín ineludible que el aragonés obvió cultivar.

Aparcada la opción de Amber/Alierta, surgieron los nombres de Javier Monzón y de Jaime Carvajal. Los dos se negaron a aceptar las condiciones que les ponía Cebrián, que quería seguir mandando durante un periodo de transición que, curiosamente, coincide con el cobro de un premio de más de 4 millones de euros y que todos los accionistas han aprobado menos Amber. Lo cierto es que ni Monzón ni Carvajal tenían el apoyo de todos los accionistas, prueba inequívoca de la división interna y la batalla cruenta por hacerse con dos cabeceras periodísticas de mucho valor político y escaso económico.

La independencia con dinero del Ibex 35

A 24 horas de la celebración del consejo del 15 de noviembre y de la junta posterior, convocada para las 13.30 horas en el Teatro Real de Madrid, no había sucesor oficial. La comisión de nombramientos desconocía a quién tenía que designar, demostración manifiesta de que no pintaba nada y que las reglas de buen gobierno corporativo habían sido pisoteadas con el silencio del secretario del consejo y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

A última hora de la tarde del 14, Cebrián y Ana Botín acordaron que el sucesor sería, como adelantó este diario, Manuel Polanco Moreno, hijo del fundador, un hombre de la casa de toda la vida que, como los anteriores, tampoco cuenta con la unanimidad del capital. Pero lo verdaderamente relevante es que los representantes del Ibex 35 accedieron a la última exigencia del periodista, la creación de una fundación desde la que proteger los valores de ‘El País’ de los "intereses bastardos" de los que quieren hacer daño a Prisa, según manifestó con palabras textuales el periodista convertido en empresario.

Para Cebrián, todo esto que han leído y que ha sido contrastado previamente son obviamente 'fake news', 'invención de los juntaletras de los confidenciales', “basureros de opinión”, como los definió en una conferencia el 16 de noviembre. En este acto, despachó la ‘normal’ contienda vivida durante una semana intensa en la que tuvo hasta tiempo de a irse a Argentina para reunirse con Felipe González, Fainé, Alierta y Cristina Garmendia, la exministra de Ciencia y Tecnología en el Gobierno de Zapatero, que también aspiró al puesto y quedó fuera en el primer corte.

Durante su mandato, Prisa ha perdido 3.500 millones de euros, mientras que su valor en bolsa se ha hundido casi un 90% en los últimos diez años

También para revisar las cuentas trimestrales de Prisa, que hablan con claridad de la gestión del presidente, gasta la misma flema. La empresa perdió 55 millones de euros en los nueve primeros del ejercicio, con un tercer trimestre en el que las minusvalías ascendieron a 68,8 millones. Entre julio y septiembre, bajaron todas las líneas de la cuenta de resultados. Los ingresos, un 11%; el Ebit, un 37%; el Ebtida, la principal variable para medir la salud financiera, un 27%; y el 'cash flow' operativo, un 25%. El beneficio operativo de la división de prensa –principalmente ‘El País’– se desplomó un 72,6% entre enero y septiembre y fue negativo entre julio y septiembre. Datos.

Si se computan los cinco años y medio que Cebrián ha estado como presidente, el resultado es que Prisa ha perdido en este periodo 3.450 millones y sus ventas se han reducido exactamente a la mitad. Su capitalización se ha desplomado en más de 3.500 millones, incluidos los 1.300 que él se atribuye que trajo personalmente de inversores extranjeros –Liberty Media, el millonario mexicano Roberto Alcántara y Qatar– en una entrevista publicada el pasado miércoles por ‘Vanity Fair’.

Una publicación en la que el articulista asegura que los bancos no comprometen la independencia de su periódico porque “su presencia es mínima” pese a que tienen una cuarta parte del capital, más que el primer accionista individual y que los fundadores. En esas "horas difíciles", como define Cebrián el momento, estos bancos y Telefónica le han dado 585 millones de euros. una inyección de dinero que presuntamente adultera la competencia. Un rescate en el que el Gobierno no ha tenido “nada que ver, nada que ver es nada que ver, con lo que hemos hecho para salvar el grupo”. De ahí sus visitas a Rajoy, al Rey hijo y al Rey padre.

¿Cuántas acciones de Prisa tiene Mariano Rajoy? ¿Y el Rey? ¿Y Don Juan Carlos? Oficialmente se desconoce si el presidente del Gobierno, el jefe del Estado y Juan Carlos I han invertido o invierten directa o indirectamente en el grupo de comunicación dueño de ‘El País’. No consta en ningún registro oficial que hayan tenido intereses económicos en la compañía presidida hasta hace pocos días por Juan Luis Cebrián. Pero lo cierto es que los tres se vieron con el veterano periodista en las horas previas a que anunciase que dejaba voluntaria, según la versión oficial, o forzosamente el primer puesto ejecutivo en el 'holding' mediático más influyente de España en los últimos 40 años.

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