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Santander retoma la venta de TotalBank, el banco americano de Popular, al chileno BCI
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por cerca de 500 millones de euros

Santander retoma la venta de TotalBank, el banco americano de Popular, al chileno BCI

La filial estadounidense del grupo intervenido no encaja en los planes de Ana Botín, que ha ordenado reanudar las conversaciones con la familia Yarur, una de las más ricas de Latinoamérica

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. (Reuters)
La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. (Reuters)

“No encaja”. Así definen en Banco Santander a TotalBank, la entidad financiera que Popular compró en Florida (Estados Unidos) en 2007. Tras un primer análisis de la cartera de participadas que tenía el banco intervenido por las autoridades europeas, Ana Botín ha dado orden de continuar con las conversaciones que ya Emilio Saracho había emprendido con Banco de Crédito de Inversiones (BCI), el grupo chileno que presentó una oferta por algo más de 450 millones de euros. El principal problema es que Santander quiere un precio más alto.

Fuentes próximas al Santander han confirmado que ni el tamaño —apenas 17 oficinas, varias de ellas cerradas por los efectos de los huracanes— ni la ubicación de TotalBank —opera exclusivamente en un área de Miami— se corresponden con los planteamientos del grupo español en Estados Unidos. Los tentáculos del primer banco nacional al otro lado del Atlántico se centran en la zona noroeste, a través del antiguo Sovereing Bank, con sede en Boston, y en Dallas, donde vende créditos personales principalmente para coches con su financiera Santander Consumer USA. Su único negocio en Florida se corresponde con el 'hub' de banca privada que instaló allí hace años para dar servicios a sus clientes latinoamericanos de grandes patrimonios.

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Por estos dos motivos, Botín ha decidido continuar con el proceso de venta que ya inició Saracho y que no llegó a culminar por la intervención del Popular en la noche del 6 al 7 de junio. La operación, que quedó congelada, estaba prácticamente cerrada con BCI, que en 2015 ya adquirió una filial americana de un grupo español. En este caso, el City National Bank of Florida, propiedad de Bankia, por el que en su día Caja Madrid pagó cerca de 880 millones en dos tramos. El grupo latinoamericano lo compró por 682 millones tras algo más de año y medio de espera por los retrasos en las autorizaciones de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos.

Antes de contactar con otros potenciales inversores, Santander ha optado por ofrecer TotalBank a la familia Yarur, una de las más ricas de Chile, a la que 'Forbes' atribuye una fortuna personal de 2.200 millones de dólares. Los dueños del 54% del capital de BCI, imputados por pagos irregulares a partidos políticos, han mostrado su disposición a continuar con las conversaciones para comprar la exfilial del Popular, por lo que de momento las conversaciones para la desinversión son exclusivamente bilaterales.

Santander no tiene prisa en desprenderse de TotalBank, que en el primer semestre del año ganó 12 millones de dólares, un 19% más. Pero abrirá el proceso a otros interesados si finalmente no se llega a un acuerdo en el precio con BCI. El grupo chileno, uno de los más rentables de su país, ofreció antes de la intervención del Popular cerca de 450 millones, una cifra que para Botín se queda corta y no representa el crecimiento y la mejora del balance de la subsidiaria. El grupo tiene un balance de 3.000 millones de dólares, con algo más de 2.000 millones en préstamos y una tasa de morosidad de apenas el 0,29%. Su volumen de depósitos también ronda los 2.000 millones.

El antecedente del Sabadell

De momento, y a la espera de la decisión final, Santander ha empotrado en el consejo de administración de TotalBank a Víctor Matarranz Sanz, que ayer fue nombrado máximo responsable de la nueva división de gestión de activos, y a Javier Maldonado, jefe global de control de costes y vicepresidente del 'holding' en Estados Unidos.

placeholder Vista del edificio central del Banco Sabadell. (EFE)
Vista del edificio central del Banco Sabadell. (EFE)

Maldonado es una de las personas de más confianza de la presidenta de la entidad cántabra, y su misión es informar a Madrid de la evolución del negocio. Sin embargo, ha mantenido al resto de los miembros del órgano de gobierno, capitaneado por Jorge Rosell, un hombre del Popular de toda la vida, y al equipo directivo, prueba evidente de su intención de desprenderse de la sucursal en Florida. De lo contrario, hubiera nombrado ya a ejecutivos de la matriz.

Tras el aumento paulatino de los tipos de interés y la mejora de la economía, la valoración de la banca americana se ha puesto por los aires, como quedó demostrado en la venta de la filial del Banco Sabadell. La entidad catalana traspasó su negocio minorista, también centrado en Miami, a IberoBank Corporation por 967 millones de euros. El comprador pagó 1,95 veces el valor en libros, lo que ha permitido al grupo presidido por Josep Oliu apuntarse unas plusvalías de 447 millones de euros. La filial vendida gestionaba un volumen de 4.200 millones de dólares en créditos —el doble que TotalBank— y 5.200 millones en depósitos.

Hasta la fecha, la única filial que ha integrado Santander del Popular es el banco que tenía en Portugal.

“No encaja”. Así definen en Banco Santander a TotalBank, la entidad financiera que Popular compró en Florida (Estados Unidos) en 2007. Tras un primer análisis de la cartera de participadas que tenía el banco intervenido por las autoridades europeas, Ana Botín ha dado orden de continuar con las conversaciones que ya Emilio Saracho había emprendido con Banco de Crédito de Inversiones (BCI), el grupo chileno que presentó una oferta por algo más de 450 millones de euros. El principal problema es que Santander quiere un precio más alto.

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