Banco Santander da tres meses más a Duro Felguera para evitar la quiebra

Hasta el 31 de diciembre tendrá tiempo Duro Felguera para evitar el concurso de acreedores. Banco Santander, el principal prestamista de la empresa asturiana, ha decidido, junto con BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell, alargar por tres meses la prórroga que le concedieron antes del verano para alcanzar un acuerdo y que vencía este próximo sábado. Un plazo vital para acercar posturas ante la incapacidad del grupo de ingeniería de hacer frente a sus obligaciones financieras. La sede en Madrid ha sido puesta a la venta para conseguir liquidez y mantener al día las nóminas de los 2.000 empleados.

Fuentes próximas a las conversaciones han confirmado que los administradores de Duro Felguera y Banco Santander han pactado prorrogar por 90 días más el ‘standstill’ —como se conoce en el mundo financiero— que los acreedores ya le concedieron el pasado 4 de julio. La decisión de ampliar el periodo de las negociaciones y no ejecutar las garantías es la postura más flexible de la banca y del presidente, Ángel Antonio del Valle, de ceder en sus posiciones en busca de una solución que permita mantener la empresa en pie.

La banca está por la labor de arrimar el hombro y apuntarse las pérdidas en su cartera de préstamos, pero exige una oferta en firme de un inversor

El plan de reestructuración consiste en la capitalización de la mitad de los 360 millones de deuda bruta —dispone de 100 millones en caja— que arrastra el grupo especializado en obras eléctricas y la entrada de dinero fresco por un importe cercano a los 100 millones de euros. Una inyección de fondos propios que darían una participación mayoritaria en el capital al comprador, por lo que los accionistas actuales perderían el 95% de su patrimonio actual.

La banca está por la labor de arrimar el hombro y apuntarse las pérdidas en su cartera de préstamos, pero exige una oferta en firme de un inversor. Como adelantó El Confidencial el 7 de septiembre, el que más avanzado está es el fondo oportunista ByBrook, pero su propuesta inicial está basada en la concesión de préstamos convertibles posteriormente en capital. Un instrumento que salvaría a Duro Felguera, pero que tendría un alto coste para las finanzas de la empresa. Por ello, los acreedores están escuchando otros acercamientos, como el de Elecnor, que ya analizó la operación, pero que se retiró del proceso, y de varios 'family offices' españoles.

Mientras tanto, la dirección del grupo especialista en instalaciones eléctricas está pidiendo a la banca que le desbloquee los avales para poder pujar por proyectos que engorden su cartera, ya que si no consigue nuevos contratos a medio plazo, la cifra de negocios sufrirá un importante descenso. Duro Felguera todavía no ha presentado los resultados del primer semestre del año, una incertidumbre que, junto a las dudas sobre su futuro y la propuesta de liquidación de 122 millones de la Agencia Tributaria, castiga con dureza a la cotización en bolsa. En lo que va de año, se ha dejado un 47% de su valor.

Pendientes de las cuentas

Una situación que llevó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a pedirle aclaraciones sobre su balance y su cuenta de resultados antes del verano y que también ha provocado una llamada de atención por parte de Ernst & Young, su auditor. La firma advierte en su informe anual de que “las circunstancias descritas anteriormente indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento”.

Las ventas de la compañía bajaron el 39,8%, hasta 115,4 millones de euros

Duro Felguera perdió 327.000 euros en el primer trimestre del año, frente a la ganancia de 2,1 millones del mismo periodo del año pasado. Las ventas de la compañía bajaron el 39,8%, hasta 115,4 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación o ebitda se redujo un 39,8%, hasta 5,2 millones de euros. La sociedad está intentando vender su sede central en Madrid por cerca de 35 millones de euros, una desinversión que le permitiría afrontar sin problemas el pago de las nóminas a sus 2.000 trabajadores.