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La banca vasca sortea la crisis de La Naval y pilla a Santander, Bankia, Sabadell y Caixa
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BBVA, fuera del 'pool' de bancos financiadores

La banca vasca sortea la crisis de La Naval y pilla a Santander, Bankia, Sabadell y Caixa

Las entidades más próximas geográficamente y con más clientes en el territorio no están entre los financiadores o cuentan, como en el caso de Kutxabank, con una presencia testimonial

Foto: Vista del astillero La Naval de Sestao. (EFE)
Vista del astillero La Naval de Sestao. (EFE)

Los socios financieros que han acompañado en los últimos años a La Naval de Sestao (Vizcaya) hacia el abismo de la quiebra no son precisamente los que más oficinas tienen a orillas de la ría del Nervión. Los acreedores financieros más comprometidos en este momento, después de que Construcciones Navales del Norte solicitara el preconcurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) a finales de agosto, son Banco Santander, Bankia, Banco Sabadell y CaixaBank.

Según las cuentas presentadas en el Registro Mercantil, La Naval acumulaba a cierre de 2016 casi 100 millones de euros de deuda con entidades financieras por varios créditos que podrían ampliarse de continuar los trabajos. Del montante total, el 75% corresponde a la gran banca del resto de España: Banco Santander tiene un riesgo expuesto de unos 24 millones de euros (16 propios y nueve heredados de Banco Popular), Bankia tiene 23 millones comprometidos, Banco Sabadell puso 16 millones de euros y CaixaBank, 12,5 millones, según detallan fuentes financieras cercanas a las negociaciones con la empresa.

Foto: Trabajadores de La Naval se manifiestan en protesta por su situación laboral. (EFE)

La parte restante de la deuda bancaria, menos del 25%, corresponde a un conglomerado de participaciones minoritarias como la de Kutxabank, que ronda los siete millones de euros, y aportaciones testimoniales de Bankoa (Credit Agricole), Bankinter y Caja Rural de Navarra. En la negociación, la banca acreedora cuenta como asesores legales con KPMG y Freshfields. Por su parte, este servicio lo presta Norgestión para la compañía en apuros económicos.

Gran ausencia financiera vasca

Entre los prestadores de la centenaria empresa privatizada en 2006 no está el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), con sede social a pocos kilómetros del astillero. Tampoco está Laboral Kutxa, entidad que está entre las tres que más clientes tienen en País Vasco, junto con BBVA y Kutxabank.

La participación minoritaria de Kutxabank, el banco con más clientes en País Vasco, es mucho menor a la de otras entidades de España. Además, su vinculación con La Naval es mayor. Kutxabank cuenta con una relación accionarial indirecta con el astillero. El máximo accionista de Construcciones Navales del Norte es Ingeteam (39% del capital social), grupo vizcaíno de equipos electrónico que participa en labores de construcción de los barcos. Ingeteam, a su vez, cuenta como segundo máximo accionista (25% del capital social) con Kartera 2, fondo de participadas de la propia Kutxabank. Esta compañía tiene acciones de empresas como San Mamés Barria, el estadio del Athletic Club o Euskaltel, la firma de telecomunicaciones.

Kutxabank participó testimonialmente en la financiación a La Naval en 2015 y 2016. Ambas tienen relación accionarial indirecta

Además del riesgo expuesto por la banca en La Naval, fuentes financieras consultadas señalan que existe riesgo no expuesto que podría elevar el agujero de los bancos aún más. Aparte de la banca, La Naval acumula deudas con innumerables proveedores, cuyo cobro está en el aire. En la parte positiva, el astillero está construyendo tres barcos que podrían aliviar su situación y un ferri encargado por Balearia. Los trabajos de oficina de este último están avanzados, pero no se sabe si llegará su construcción a taller. Fuentes próximas a la compañía aseguran que el problema de La Naval no es de carga de trabajo sino de rentabilidad.

Impacto social en Vizcaya

La repercusión de esta crisis para el sector industrial vasco y el empleo de la margen izquierda de la ría es clave. La Naval, que tuvo como presidente tras su privatización al exministro de Defensa Pedro Morenés, empleaba a finales de 2016 a 200 trabajadores fijos y 12 eventuales. Pero el impacto social va más allá, dado que el astillero da trabajo a más de 1.500 personas de forma indirecta.

A día de hoy, todo está en el aire. Los rumores del futuro inmediato de la empresa no cesan, y tanto el Gobierno vasco como la Administración central están al corriente de los movimientos. Guindos respondió a un diputado del PNV cuestiones relacionadas con la situación del astillero en el Congreso de los Diputados esta semana.

Según fuentes financieras conocedoras de la situación, lo más probable es que el astillero de Bilbao declare el concurso de acreedores, en octubre, y acto seguido vaya a liquidación. Ahí podría entrar un nuevo socio sin las cargas económicas que arrastra ahora mismo, pero eso pondría a los pies de los caballos a los proveedores y sobre todo a la banca acreedora que puso dinero en 2015 y 2016, cuando la compañía tenía problemas para seguir adelante con su actividad.

Durante los últimos meses, se ha estado barajando una solución que evitara el concurso de acreedores. Todos los ojos estaban puestos en el asturiano afincado en Miami Manuel del Dago, cuyo objetivo era recapitalizar la empresa a través de una ampliación de 42 millones que le permitiera seguir adelante. Sin embargo, tras reunirse para negociar con la banca acreedora, Del Dago no culminó sus planes, lo que hizo que la caída de La Naval se acelerara. El futuro aún es incierto a orillas del Nervión.

Los socios financieros que han acompañado en los últimos años a La Naval de Sestao (Vizcaya) hacia el abismo de la quiebra no son precisamente los que más oficinas tienen a orillas de la ría del Nervión. Los acreedores financieros más comprometidos en este momento, después de que Construcciones Navales del Norte solicitara el preconcurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) a finales de agosto, son Banco Santander, Bankia, Banco Sabadell y CaixaBank.

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