Liberbank amplía capital en 500 millones para acelerar el desagüe inmobiliario

El consejo de administración de Liberbank ha aprobado este miércoles la convocatoria de una junta general extraordinaria, que se celebrará el próximo 9 de octubre, destinada a aprobar una ampliación de capital por 500 millones de euros, que se destinará a reducir el ladrillo tóxico y acelerar el plan de mejora de rentabilidad.

Una noticia que el mercado ha recibido este jueves con fuertes caídas, ante el convencimiento de que el banco deberá ofrecer un elevado descuento, castigo que ha llevado a Liberbank ha cerrado la sesión con un recorte del 12,4% en bolsa, hasta situar el precio de sus títulos en los 0,85 euros por acción. Se trata del segundo peor registro de todo el Mercado Continuo en la jornada, sólo por detrás de Duro Felguera, cuyo futuro está en el aire tras la negativa de su banca acreedora al plan de rescate presentado.

El objetivo del banco es deshacerse de activos inmobiliarios adjudicados por importe de 800 millones de euros antes de final de año, objetivo que requerirá antes un importante ejercicio de saneamiento, elevando hasta el 50% los niveles de cobertura, frente al entorno del 38% en que se mueve actualmente.

La ampliación de capital tendrá derecho de suscripción preferente y cuenta ya con el respaldo de sus accionistas de referencia Oceanwood, Ernesto Tinajero y Corporación Masaveu, que poseen el 12,6%, 7,4% y 5% respectivamente, y que han manifestado su voluntad de ejercer la totalidad de sus derechos de suscripción.

Las fundaciones bancarias de las cajas de Asturias, Extremadura y Cantabria, titulares conjuntamente del 43,8%, también acudirán a la ampliación, pero con el objetivo de que esta resulte económicamente neutra, lo que conllevará que vendan acciones y derechos y ejerciten sus derechos de suscripción preferente.

Liberbank prevé que la mora se sitúe en el 3,5% en 2019 y la ratio de adjudicados quede por debajo del 9%. La rentabilidad sobre recursos propios (ROE) prevista para 2020 es del 8%, y la entidad prevé volver a abonar dividendo con cargo al ejercicio 2018.

La entidad ha contratado a Deutsche como banco coordinador y, junto a Citigroup ,asegura la operación, mientras que Alantra es el asesor del banco. Este se enfrenta a tener que ofrecer un fuerte descuento para sacar adelante sus planes, ya que a pesar del importante respaldo que supone contar con la confianza del núcleo duro, todavía está muy reciente el fuerte castigo que recibió hace tres meses.

El banco dirigido por Manuel Menéndez está en el ojo del huracán desde la resolución de Banco Popular, el pasado junio, cuando en apenas tres sesiones se dejó un 65% en bolsa y encendió todas las alarmas, hasta el punto de que la CNMV —Comisión Nacional del Mercado de Valores— decidió suspender las operaciones en corto sobre la entidad.

Poco después, en verano, acordó la venta de su 'servicer' inmobiliario, Mihabitans, a Haya Real Estate, firma propiedad de Cerberus, por 85 millones de euros. Sin embargo, el peso que tienen los adjudicados sobre su activo es muy superior al del resto del sector en España, con niveles de cobertura por debajo de la media, lo que explica el interés del banco por acelerar la venta de carteras en la recta final del año.

De hecho, este es el principal mensaje que estaban transmitiendo los analistas a la entidad, la necesidad de reducir el peso del ladrillo tóxico, petición que se ha visto redoblada con la operación de venta de 30.000 millones en activos tóxicos de Banco Popular a Blackstone, ya que los niveles de saneamiento que alcanzará el nuevo dueño de la entidad, Santander, meten todavía más presión al resto del sector.