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Franquiciados de Yoigo echan el cierre: “No podemos seguir con estas condiciones”
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EL MáSTER FRANQUICIA BYMOVIL CAMBIA EL CONTRATO

Franquiciados de Yoigo echan el cierre: “No podemos seguir con estas condiciones”

Decenas de tiendas Yoigo cierran por negarse a firmar el nuevo contrato que les impone ByMovil, la distribuidora de la telefónica

Foto: Monica Torralbo, de Albolote, con el cartel que deben colgar a partir del 1 de julio.
Monica Torralbo, de Albolote, con el cartel que deben colgar a partir del 1 de julio.

Mónica Torralbo regenta la única tienda de Yoigo en Albolote, Granada. Desde 2010 ha conseguido mantener a su familia a base de colocar unos 30 contratos con productos de telefonía al mes. Sin embargo, hace tiempo que no consigue más de 10. El sábado echará el cierre definitivamente: “Nos cierran ellos, no nosotros”.

No es la única. Decenas de franquiciados colgarán el cartel de 'cerrado' en las próximas horas. El motivo es el cambio de contrato con el máster franquicia de la compañía, ByMovil, que, según denuncian, empeora las “condiciones abusivas” que arrastran desde hace tiempo.

El pasado mes de marzo todos los subdistribuidores recibieron un burofax donde se les informaba de la rescisión de su contrato actual el 30 de junio. Semanas después, les llegó un nuevo texto que debían firmar si querían continuar en el negocio con condiciones que muchos no están dispuestos a aceptar.

La “puntilla”, como apunta Alberto, otro distribuidor de Madrid que prefiere no dar su nombre real, ha sido una cláusula donde se especifica que cobrarán sus comisiones en base a objetivos, sin señalar cuáles serán o cómo se calcularán. Según les han explicado, será ByMovil quien de manera unilateral impondrá los de cada uno cuando considere, reservándose el derecho a cerrar la tienda si no los alcanzan durante dos meses consecutivos. “Es completamente arbitrario, solo conseguiré llegar a los objetivos cuando ellos quieran”, señala Alberto, que abrió su tienda en 2011. Ante las escasas opciones de negociación, él también cerrará su punto de venta: “No hay por dónde cogerlo, me pueden echar por todas las causas posibles. Yo no puedo firmar un contrato en el que todas las cláusulas son para poder cerrar mi tienda”.

Obligaciones solo para los franquiciados

ByMovil gestiona los 850 puntos de venta que tiene Yoigo por todo el país, después de desbancar a los otros máster franquicia con los que competían, como 20:20 Mobile, Smol o K-Habls. En su web prometen rentabilizar la inversión desde el primer momento. Sin embargo, la realidad de estos franquiciados se aleja de la imagen idílica por la que decidieron invertir cerca de 18.000 euros.

“En los 137 folios del contrato hay una sola obligación para ByMovil, las 90 restantes son para el distribuidor. Y la única que tienen, que es suministrarte, ni siquiera es completa, porque especifican que dependerá de las circunstancias”, señala la abogada de la Asociación Nacional de Tiendas Yoigo, que aglutina a cerca de 50 socios y representa a 70.

No puedo firmar un contrato en el que todas las cláusulas son para poder cerrar mi tienda

José Antonio Hurtado, presidente de la asociación y dueño de una tienda en Huesca, también dejará de trabajar el primero de julio: “Es un contrato suicida. Calculamos que 40 de nuestros miembros van a cerrar, más otras 100 sucursales que se han puesto en contacto con nosotros”. A pesar de tener clara su decisión, confiesa no saber qué hará a partir de ahora. “Aún estoy en 'shock', no sé qué hacer, nos dejan con una mano delante y otra detrás”.

La asociación consiguió hace unas semanas que el juzgado mercantil de Cantabria estableciese una medida cautelar para que Bymovil no les obligase a firmar dos anexos que modificaban las comisiones y establecían una duración indeterminada al antiguo contrato. Después, presentaron una demanda donde también les acusaban de competencia desleal, coacciones, captación de clientela y aprovechamiento de reputación ajena.

La empresa ByMovil no ha querido hacer declaraciones a este periódico si no era de manera presencial en su sede, en Torrelavega (Cantabria), para, según sus palabras, “aportar el máximo rigor” al ejercicio periodístico. Yoigo tampoco se pronuncia por no tener relación contractual con los franquiciados, que se quejan de no tener ninguna vía de comunicación con la empresa a la que representan.

Penalizaciones y competencia desleal

El contrato de la discordia, al que ha tenido acceso El Confidencial, recoge numerosas cláusulas que los franquiciados enumeran como las culpables del cierre de sus tiendas. Entre ellas, están las penalizaciones si, por ejemplo, el tráfico de clientes ha sido generado con la finalidad de generar comisiones. “No tiene ningún sentido, es precisamente la obligación principal del comisionista; pretenden penalizarte ni más ni menos que por hacer tu trabajo. ¡Pero es que si no generas tráfico, también te multan!”, señala la abogada. Los subdistribuidores también pueden ser penalizados si la documentación o DNI de una nueva alta tiene algún defecto o perder la comisión si un cliente de prepago se da de baja o no gasta más de 25 euros antes de seis meses, algo que consideran “incontrolable”.

El negocio de ByMovil es ir colocando la franquicia a uno y a otro hasta que terminan yéndose o les echan con deudas importantes

Además, ByMovil se reserva la posibilidad de hacerles abrir los sábados por la tarde y multarles con 200 euros si cualquier día se retrasan en la apertura, un requisito que consideran que va contra la filosofía de autoempleo con que muchos se embarcaron en este negocio. “Yo tengo dos niños y me metí en la tienda para tener flexibilidad y poder cerrar si les pasa algo. No quiero abrir los sábados también, quiero estar con mis hijos”, señala Mónica, de Albolote.

A la indignación de los franquiciados por estas condiciones se suma el descenso de las ventas. Acusan a la compañía de competencia desleal por llevar a cabo ofertas y descuentos solo disponibles en gestiones a través de la web o de manera telefónica, así como dejarles fuera de toda la publicidad corporativa, que ha mermado sus posibilidades de ingresos. A algunos, como a Alberto, les han llegado a “robar clientes” desde dentro de la compañía ofreciéndoles mejores condiciones mientras aún estaban en su tienda. “Estás haciendo un contrato con un cliente y le llamaban para mejorarlela oferta, y qué le vas a decir, si el sistema no te deja ofrecerle lo mismo...”, denuncia Alberto. “Y luego encima te piden explicaciones porque las tiendas hemos perdido un 30% de cuota”. Los puntos de venta tampoco pueden ofrecer el 20% de descuento que obtienen por la web. “Nos han dicho que si lo hacemos es a costa de nuestra comisión”, se quejan.

placeholder Tienda de Yoigo. (Reuters)
Tienda de Yoigo. (Reuters)

“El negocio de ByMovil es ir colocando la franquicia a uno y a otro hasta que terminan yéndose o les echan con deudas importantes”, explican desde el despacho de abogados de la asociación. “Es una franquicia por definición antieconómica: para que dé dinero, tienes que alcanzar unas ventas muy importantes porque tiene comisiones ridículas y unos gastos bestiales, y así es imposible. Antiguamente, con el 'boom' de las telecomunicaciones más o menos iban, a pesar de tener condiciones algo abusivas, pero ahora hay mucha competencia”.

Solo en caso de que la empresa decida cerrar la tienda debe pagar la indemnización por cartera, es decir, una compensación por todos los clientes que el subdistribuidor ha aportado durante su ejercicio, y por los que les pagan una parte fija al mes. Por eso, algunos de los denunciantes consideran que detrás del endurecimiento de las condiciones está el objetivo de reducir sus puntos de venta ahorrándose pagar estas contraprestaciones. “Te están dando una soga para que te tires tú solo”, sentencia Alberto.

Los que tiraron la toalla

Los que echan el cierre estos días no son los primeros que se dan por vencidos con ByMovil. Carmen Olmo, de Puertollano, decidió poner fin a su tienda el año pasado, después de que su anterior distribuidor, Smol, cambiase por Bymovil sin recibir ninguna notificación. Aun así, sus problemas no han terminado. “Tenía dificultades personales y la tienda no iba bien, así que decidí cerrar”, explica la subdistribuidora. “En total, he perdido unos 40.000 euros porque nunca fue rentable y ByMovil no se ha hecho responsable de los terminales de 'stock' que tenía con Smol. Ahora mismo tengo 20.000 euros en teléfonos que no se llevan”, denuncia. Además, todavía le deben otros 20.000 euros por comisiones que aún no ha cobrado. “Nunca percibí un cierre de mes positivo, siempre te pasaban unas cuentas donde la que tenías que pagar eras tú y tenías que reclamar”.

Sobre Yoigo: “Se lavan las manos, no quieren ser partícipes de esto”

También Carlos Jiménez decidió cerrar sus tres tiendas en La Rioja después de que el estrés le provocase una parálisis facial por no llegar a fin de mes. Cuando bajó definitivamente el cierre, ni siquiera cubría gastos, a pesar de la buena posición de sus tiendas, una de ellas en el centro comercial de La Morea: “No era porque no fuera gente, sino porque hacían ofertas poco competitivas”. En su caso, le deben 12.000 euros de comisiones atrasadas.

Los dos se plantean unirse ahora a Alberto, Mónica y José Antonio en la demanda colectiva contra ByMovil. Además, muchos de ellos afrontarán también pleitos particulares reclamando indemnizaciones por daños y perjuicios. Por el momento no se plantean hacerlo contra Yoigo, de quien no tienen noticias, aunque algunos no lo descartan. “Se lavan las manos, no quieren ser partícipes de esto”, señala el presidente de la asociación.

Mónica Torralbo regenta la única tienda de Yoigo en Albolote, Granada. Desde 2010 ha conseguido mantener a su familia a base de colocar unos 30 contratos con productos de telefonía al mes. Sin embargo, hace tiempo que no consigue más de 10. El sábado echará el cierre definitivamente: “Nos cierran ellos, no nosotros”.

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