Aguirre Newman se lanza en los brazos de Savills tras encallar la negociación con C&W

Giro de 180 grados en el proceso de venta de Aguirre Newman. Cuando parecía estar encarrilada la venta a Cushman & Wakefield, la consultora inmobiliaria española ha acercado posiciones con Savills y la ha elegido para negociar en exclusiva su venta, según ha comunicado la propia dirección a la plantilla.

Sin embargo, tanto desde Aguirre como desde Savills han declinado hacer comentarios al respecto. La firma dirigida en España por Rafael Merry del Vall ha estado interesada en hacerse con su competidor desde que este encargó a Atlas Capital la venta de la mayoría de su capital, operación que se cifra en torno a los 80 millones de euros, y en la que también ha participado Colliers.

Pero la mejor oferta presentada por Cushman & Wakefield, unida al interés de la multinacional por ganar tamaño de cara a sus planes de salir a bolsa, parecía condenar al resto de interesados al papel de convidados de piedra. Un reparto de papeles que se rompió por sorpresa hace dos semanas, cuando el propio Santiago Aguirre viajó en persona a Londres, donde está el cuartel general de Savills.

Aunque se desconocen los motivos que han llevado a encallar las negociaciones con Cushman & Wakefield en la recta final del acuerdo, fuentes del mercado aseguran que el principal escollo radica en las garantías pedidas por Aguirre Newman para su plantilla, en general, y para el equipo directivo, en particular.

Desde este punto de vista, el encaje con Savills parece 'a priori' más sencillo, ya que a pesar de ser la primera firma de su sector en Reino Unido, y cuarta en todo el mundo, en España opera más como una 'boutique', especializada en operaciones fuera de mercado y muy cuidadas, como demostró recientemente con la compra de Torre Agbar, y con una plantilla de apenas 70 personas, frente los más de 200 trabajadores de Cushman & Wakefield.

La propuesta de Savills, siempre según fuentes de mercado, es menos generosa que la presentada por su competidor, y podría limitarse al entorno de los 60 millones de euros, pero permitiría garantizar la continuidad de un mayor número de profesionales, incluidos aquellos que realizan tareas de 'back-office', cuya permanencia parecía más complicada con la alternativa de C&W.

Aunque Aguirre Newman ha optado por mantener un perfil bajo durante todo este proceso, la firma siempre ha insistido en señalar que el mandato a Atlas responde a una reflexión sobre el futuro del grupo y su necesidad de integrarse en una gran red internacional, pero sin cerrar la puerta a que, si ninguna de las propuestas recibidas le convencen, pueda terminar optando por seguir en solitario.