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Los ayuntamientos y autonomías retiraron depósitos en plena alarma sobre el Popular
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Sacaron "fuertes cantidades"

Los ayuntamientos y autonomías retiraron depósitos en plena alarma sobre el Popular

Cada rebaja de 'rating' provocó una fuga de dinero que finalmente fue insostenible. La quiebra del banco hubiese atrapado 35.000 millones de ahorros de las familias

Hace un mes, los directivos del Banco Popular creían que la entidad tenía liquidez suficiente como para llegar hasta final de año. Hoy ya no existe. La fuga de depósitos que sufrió en mayo y la primera semana de julio fue tal que acabó por 'secar' al banco. El lunes día 5 de junio ya no tenía 'cash' para responder a todas las peticiones de los clientes y tuvo que acudir al último recurso: la liquidez de emergencia al BCE (ELA).

Al día siguiente se complicaron las cosas y al mediodía ya había agotado todos los colaterales que son la garantía para seguir pidiendo más fondos. Había acabado el oxígeno en sólo dos días y se quedó sin alternativa a la caída. No tuvo aire ni siquiera para llegar al fin de semana (que es cuando las autoridades prefieren hacer estas operaciones de rescate o resolución, ya que tienen dos días con los mercados cerrados).

La gran pregunta es ¿quién provocó el colapso si los pequeños ahorradores mantenían todavía su dinero en el banco? El ministro de Economía, Luis de Guindos, acudió ayer al Congreso para explicar la resolución del Popular y respondió a la pregunta: fueron los ayuntamientos y las comunidades autónomas quienes retiraron "fuertes cantidades" de su dinero y precipitaron la caída del banco.

Pero no fueron los únicos, también otros inversores institucionales sacaron su dinero del Popular. Muchos de estos ahorradores tienen cláusulas en sus folletos de inversión que les impiden asumir riesgos y, mantener depósitos en un banco se había convertido en un 'juego' peligroso. Mucho riesgo que el banco premiaba pagando una rentabilidad mayor que el resto del sector. El riesgo se mide por la calificación crediticia del banco y, en los últimos meses el banco sufrió varias rebajas del 'rating' por parte de las grandes agencias, hasta hundirlo al fondo del bono basura. "Se dio una correlación enorme entre la salidas de depósitos y cada una de las rebajas de calidad crediticia", señaló el ministro.

Se dio una correlación enorme entre la salidas de depósitos y cada una de las rebajas de calidad crediticia

Quien no retiró su dinero fue la Seguridad Social, que mantuvo una posición muy importante en el banco hasta el final de vida de la entidad. Aunque Guindos no quiso determinar la cantidad que conservó, fuentes del ministerio explican que el miércoles (día de la intervención) había más dinero que la media de los diez meses anteriores.

La venta del Popular al Santander calmó los nervios de los ahorradores que, inmediatamente dejaron de retirar su dinero. "Ya no hubo más salidas de depósitos", afirmó Guindos, lo que refleja que la operación generó confianza entre los ahorradores.

Depositantes atrapados

El Banco Popular era una entidad viable hasta las 11 de la noche del martes 6 de junio. Hasta ese momento era oficialmente solvente. Fue entonces cuando el Banco Central Europeo (BCE) apretó el gatillo. Determinó que ya no era viable y ordenó que la Junta Única de Resolución (JUR) liquidase y vendiese la entidad a otro banco. La alternativa hubiese sido dejar quebrar al banco y entrar en concurso de acreedores. Esto es, liquidar la entidad y pagar con los acivos el mayor número de pasivos posibles.

La historia ha enseñado a los bancos centrales que dejar caer a un banco nunca es una buena decisión, ya que es imposible controlar las consecuencias que puede tener. En este caso, para empezar, hubiese atrapado a más de un millón de hogares que tenían depósitos en el banco. En total, estas familias guardaban hasta 35.000 millones de euros que se hubiesen quedado atrapados en el banco a la espera de que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) hubiese respondido por todos los activos de hasta 100.000 euros.

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A esto habría que añadirle los casi 8.300 millones de euros depositados en el banco por pymes, ya que el Popular es una entidad con una gran cuota de mercado entre las pequeñas y medianas empresas. En total, algo más de 43.000 millones pequeños ahorradores se hubiesen quedado atrapados el miércoles, ya que tras la liquidación, el banco no huebiese vuelto a abrir sus puertas. Estos datos, facilitados por Guindos, demuestran hasta qué punto se había complicado el panorama para el Popular.

La quiebra del Popular hubiese atrapado a más de un millón de hogares que tenían depósitos

En España están garantizados todos los depósitos de hasta 100.000 euros, por lo que los ahorradores no habrían perdido su dinero, pero sí se hubiesen quedado atrapados hasta que se hubiese articulado la respuesta del FGD. La quiebra del Popular hubiese desbordado al Fondo, que a finales de 2016 contaba con unos recursos de menos de 1.600 millones. La posibilidad de que hubiese respondido a los más de 43.000 millones que necesitaba el Popular era remota y hubiesen sido necesarias soluciones 'creativas' para garantizar el dinero de los pequeños ahorradores.

Finalmente (y como determina la normativa bancaria europea), la Junta de Resolución resolvió el banco y lo vendió al Santander, el único que mantuvo su oferta hasta el final. Los accionistas y bonistas perdieron todo su dinero, "ya sé que esto es duro", reconoció Guindos, "pero de vez en cuando, en estas situaciones tienes que escoger la solución que genera el menor número de complicaciones y la resolución es infinitamente mejor que el concuso".

¿Solvencia o liquidez?

El Banco Central Europeo ha alegado en todo momento que su decision de declarar al Banco Popular inviable se produjo por un problema de liquidez y no de solvencia. En otras palabras: en banco tenía un balance suficientemente bueno como para sobrevivir, pero no tenía la capacidad para soportar tal fuga de depósitos. De esta forma, el BCE defiende su supervisión, ya que en numerosas ocasiones determinó que el banco era solvente.

Sin embargo, las declaraciones de Guindos en el Congreso ponen esta versión en entredicho. La Junta Única de Resolución encargó, a mediados de mayo, un informe independiente para conocer el verdadero estado de las cuentas del banco. En ese estudio se localizaron unas pérdidas potenciales de 8.200 millones de euros en un escenario estresado. Esto significa que el valor del banco era negativo, como ha señalado Guindos, de ahí que el Santander haya tenido que hacer una ampliación de 7.000 millones de euros para sanear la entidad.

Si el valor neto del banco era negativo, ¿cómo podía ser solvente? Esta es una de las grandes dudas que deja la resolución de la entidad y pone un velo de dudas sobre la calidad de la supervisión del BCE. El propio Guindos reconoció en el Congreso que el Popular era un "banco zombie" y que ahora con el Santander ha resucitado y ya tiene "posibilidades de competir".

Hace un mes, los directivos del Banco Popular creían que la entidad tenía liquidez suficiente como para llegar hasta final de año. Hoy ya no existe. La fuga de depósitos que sufrió en mayo y la primera semana de julio fue tal que acabó por 'secar' al banco. El lunes día 5 de junio ya no tenía 'cash' para responder a todas las peticiones de los clientes y tuvo que acudir al último recurso: la liquidez de emergencia al BCE (ELA).

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