Los accionistas institucionales de ACS se oponen al 'megasueldo' de Florentino Pérez
La mitad de los inversores de la constructora ha votado en contra de la política retributiva del grupo, que tiene reservados casi 40 millones al presidente en concepto de pensiones
Florentino Pérez vivió la semana pasada una junta general de accionistas de ACS de lo más pacífica, con la cotización de la compañía en máximos de casi seis años, el balance saneado gracias a desinversiones como la de Urbaser y con la garantía de ser por primera vez en su historia una empresa segura para invertir gracias a la concesión del 'rating' por parte de Standard & Poor's. Sin embargo, la mitad de los accionistas de la constructora se opusieron al sueldo del presidente y del resto del consejo de administración, una oposición que es todo un aviso a navegantes.
Según datos oficiales, el 40,26% de los asistentes a la junta general rechazó la política de remuneración de ACS, que tiene como principal beneficiario al propio Florentino Pérez, a José Luis del Valle, el hombre que conoce todos los secretos de la compañía, a Antonio García Ferrer (Dragados), Marcelino Fernández Verdes, el nuevo consejero delegado, y a Ángel Altozano, la persona encargada del día a día financiero del 'holding'. Un 59,26% votó a favor de las salarios del consejo de administración y el equipo directivo, mientras que un 0,4% se abstuvo.
No obstante, del colectivo que respaldó la política salarial de ACS hay que restar el paquete del 12,4% que tiene el presidente y el 6% que aún mantienen Alberto Alcocer y Alberto Cortina una vez que los March y los Fluxá ya no están en el capital. En consecuencia, la mitad de los inversores institucionales de la constructora se opuso a los 5,93 millones de euros que ganó Florentino Pérez en 2016. De esta cantidad, 4,57 millones fueron en concepto de sueldo y 1,36 millones, en aportación a su plan de pensiones.
Respecto al salario, el presidente y primer accionista percibió 1,89 millones como sueldo fijo y otros 2,67 millones en concepto de bonus. Una retribución variable ligada al cumplimiento de determinados objetivos cuantitativos y cualitativos que ACS cumplió presuntamente, pese a que su beneficio quedó muy lejos —ganó 751 millones en 2016— de los 1.000 millones que había prometido Pérez en la junta general de accionistas de 2015. Además, el primer ejecutivo contaba con un plan de 'stock options' por 18,33 millones de euros, a un precio de ejercicio de 33,90 euros, que finalmente no ha podido ejecutar.
Por su parte, su plan de pensiones se elevó hasta los 38,67 millones de euros tras la última aportación de 1,36 millones, mientras que el de José Luis del Valle asciende a 8,87 millones. Además, Antonio García Ferrer tiene un fondo acumulado de 3,83 millones. Este beneficio social lo pueden cobrar de una sola vez en el caso de que dejen sus puestos en la compañía y sin que sea incompatible con desarrollar otro puesto de responsabilidad en otra sociedad del sector competencia de ACS.
Transparencia repentina
Hasta este mismo año, la constructora no solía detallar el resultado de las votaciones a los puntos del orden del día de la junta. Pero tras el tirón de orejas que le dio la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que le requirió mejorar de forma sustancial su política de transparencia en cuanto a gobierno corporativo se refiere —en marzo, le pidió una aclaración adicional—, ACS ha publicado de golpe las votaciones de las juntas de accionistas desde 2015 en adelante.
En las de los dos últimos años, el informe de remuneraciones había sido aprobado por entre el 72 y el 73% y rechazado por el 23,6 y el 26,9% respectivamente. En ningún caso, la oposición de los accionistas había alcanzado el 40%. Valga como ejemplo que en el caso de Ferrovial, su mayor competidora por capitalización y controlada en un 35% por la familia Del Pino, la política retributiva fue respaldada por el 82,24% y afeada por un 16% de los asistentes.
Pero la salida paulatina del capital de Corporación Financiera Alba, que llegó a tener el 22% del capital, y la venta del 5,3% que tenía la familia Fluxá (Iberostar) han dejado a Florentino Pérez sin dos ‘amigos’ para validar su generosa política de remuneraciones. Unas retribuciones que crecerán de forma significativa en 2017 en cuanto se compute el sueldo de Marcelino Fernández Verdes como nuevo consejero delegado de ACS. El delfín del presidente es el directivo mejor pagado del 'holding', hasta el punto de que fue premiado con un bonus de más de 31 millones de euros en acciones de la filial australiana.
En 2016, el consejo de administración de ACS percibió un total de 13,64 millones de euros, un 7,9% más que un año antes. Por su parte, el equipo directivo ganó 28,13 millones, un 7,25% menos que en 2015.
Florentino Pérez vivió la semana pasada una junta general de accionistas de ACS de lo más pacífica, con la cotización de la compañía en máximos de casi seis años, el balance saneado gracias a desinversiones como la de Urbaser y con la garantía de ser por primera vez en su historia una empresa segura para invertir gracias a la concesión del 'rating' por parte de Standard & Poor's. Sin embargo, la mitad de los accionistas de la constructora se opusieron al sueldo del presidente y del resto del consejo de administración, una oposición que es todo un aviso a navegantes.